Reseña Campo de Fresas:
Luciana acostada en la camilla del Hospital Clínico del día viernes o mejor dicho sábado a la madrugada, recientemente entrada por urgencia “Ella estaba acostada, se notaba muy cansada y también muy pálida”. Los padres de Luciana estaban durmiendo lo más tranquilo, cuando suena el teléfono celular y se enteran que su hija está internada “La mano del hombre se aferró al auricular del teléfono, lo descolgó mientras se incorporaba un poco para hablar, y se lo llevo al oído”. Mientras tanto los amigos de Luciana estaban en el hospital con ella, esperando arrepentidos a ver cuál va a ser el futuro de Luciana “Cinta, Santi y Máximo no se movían desde hacía ya unos minutos, era como si no se atrevieran, solo de vez en cuando los ojos de uno se movían hacia la puerta”. Al rato de la internación de Luciana, los amigos de ella, llaman a su novio Eloy el cual estaba durmiendo en la casa, cansado de tanto estudiar, esperando al lunes para rendir un examen “Lo despertó el timbre del teléfono y al levantar la cabeza de la mesa, el cuello le envió una punzada de dolor al cerebro”. Enseguida Eloy cuando se enteró de la noticia de que su novia estaba internada en coma en el Hospital Clínico, salió disparado para allá.
Cuando llega al Hospital y encuentra a los amigos de Luciana, les pregunta inmediatamente que había pasado, y Máximo con un poco de temor le conto lo que sucedió, que habían tomado pastillas de Éxtasis y Eva. Que habían comprado todos sus amigos pastillas para tomar y aguantar más adentro del boliche, pero a ella sola le cayeron mal. “Toma con esta pastilla te mantienes en pie 24 horas más, ya verás. No hace falta que tomes dos o tres” Mientras tanto en el hospital estaban los padres de Luciana adentro de la sala donde ella estaba, ambos angustiados por lo que le había pasado a ella. La hermana más chiquita Norma estaba esperando afuera de la sala, muy triste y acompañada. “Norma vi como sus padres salían de la habitación en la que acababan de instalar a Luciana, reclamados de nuevo por los médicos que la atendían, y se quedó sola con ella.”
En la novela también se cuenta del lado de Luciana en primera persona, lo que va pasando afuera y lo que va sintiendo cuando pasan a visitarla sus familiares y sus amigos. “No llores norma, no llores por favor, ayúdame, os necesito fuertes a todos, así que no llores”. Mientras que los padres y la hermana de Luciana estaban con ella en todo momento, el doctor Pons quiere interrogar a los amigos de ella y saber exactamente que tomaron, quien se la vendió, como fue, etc. “Cinta era de estatura media, tirando a baja, adolecentemente atractiva con la ropa que llevaba, pero también juvenilmente sexy, cabello largo, ojos grandes, labios pequeños, cuerpo en plena explosión. Santi llevaba el cabello corto y tenía la cara llena de espinillas, como si en lugar de piel tuviera sembrado. Máximo mostraba una densa cabellera rizada, como si de la cabeza le nacieran dos o tres mil tirabuzones de color negro que luego le caían en desorden por todas partes”. El doctor les pregunto dónde la compraron, a quien, si lo tomaban a menudo, etc.
Luego que termine el interrogatorio, se les apareció un policía, se le presento a cada uno y enseguida se interiorizo en el tema, preguntándoles de todo, y diciéndoles que eso era un delito. “Oídme: cuanto antes me contéis, antes podre hacer algo”. Al instante en que el policía termino de preguntarle qué había pasado a los amigos de Luciana, salió inmediatamente a investigar, a buscar personas, a recorrer lugares. Eloy, el novio de Luciana interesadísimo en la salud de ella salió a intentar de conseguir otra de esas pastillas para saber que tenía en el cuerpo Luciana. Eloy fue a la casa de Poli Garcia, que era uno de los que estaba esa noche con ellos. “Era un hombre de unos treinta años, puede que menos, no tengo buen ojo para eso.” ”Me pareció normal, vulgar” “Bajo, cabello negro y corto, vestía traje oscuro, con una nariz aguileña”. Entonces empezó a recorrer todos los lugares posibles, salió la noche del sábado a recorrer una lista de boliches. La información de donde estaba parando el que les vendió las pastillas se la dio un tal Raúl, amigo de ellos. Y Eloy, salió boliche tras boliche a buscar al camello que les vendió las pastillas de éxtasis y de eva. Luego de recorrer un boliche, Eloy va hacia otro a seguir buscando. En el ínterin el Inspector Espinos estaba buscando por otro lado junto a Lorenzo Roca.
Mientras tanto en el Hospital, estaba Loreto apoyando a su amiga y dándole fuerzas. “la delgadez de su hija era tan manifiesta que seguía horrorizándola” “los brazos y las piernas eran simples huesos con apenas unos gramos de carne todavía luchando con firmeza por la supervivencia” “El pecho no existía” “Pero lo peor seguía siendo el rostro, enteco, lleno de ángulos debido a que en él no había ya más que piel”.
En la zona de boliches esta Eloy, que cuando sale del primero, enseguida llama a Cinta, Máximo y Santi para que vallan hacia allí, que creía que sabía dónde estaba el camello que le había vendido la pastilla, y enseguida los amigos de Luciana salieron para allí. “Eloy ya había visto el taxi, primero porque su velocidad decrecía, después por el intermitente indicando que se detenía, y finalmente, porque sentados detrás conto tres cuerpos”. Cuando bajaron enseguida fueron a varios boliches, en el primero no lo encuentran, pero en el segundo lo han visto. En los baños de mujeres había mucho movimiento, en una de esas entradas y salidas se ve que sale Poli García de los lavabos y se va a la barra a tomar algo. “Poli Garcia salió de los lavabos y se encamino al bar de la discoteca para tomarse algo antes de largarse”.
Luego de tanto, Eloy descubre que era Poli Garcia el camello y lo empieza a seguir, y luego salen hacia fuera del boliche. Empiezan las corridas de parte de los 4, hasta que de pronto poli se resbala con algo en la vereda, y se trompieza. Cuando van a ver Eloy y Máximo (más atrás Cinta y Santi), poli estaba muerta. Y enseguida viene el Ispector Espinos dice que esta muerto. “Entonces el camello resbalo, piso algo, o fue su propia velocidad” “Despues cayo al suelo de nuca dejándolo muerto en el piso”.
Luego de todo estas corridas y luchas sucede un milagro. Al llegar al hospital Cinta; Eloy; Maximo y Santi se encuentran con una muy buena noticia. Luciana estaba conciente otra vez.
Reseña de La piedra de Toque:
Cuando sus padres le buscan una cita con un psiquiatra que tiene parálisis cerebral. ”El doctor no consigue controlar sus movimientos, emite unos sonidos confusos que la enfermera interpreta: Paralitico cerebral”. Cuando el paciente se entera gracias a la enfermera de esto que le estaba sucediendo al psicólogo, se interioriza en el tema. Y la novela empieza a contar la historia del psicólogo:
Fernando se llamaba el, era un chico tonto, o mejor dicho con problemas, necesitaba ayuda para todo, para bañarse, para cambiarse, para comer, lo tenían que acostar, lo tenían que levantar, etc. “Lo conoce usted? Si lo conoce todo el barrio. Tiene un hijo tonto, la pobre mujer”. La madre del chico tonto llamado Fernando, se llamaba María, mujer la cual vivía sola, porque el marido estaba trabajando en Alemania, y tenía que aguantar a todo el tema del hijo con problemas ella sola. “El hijo tonto…, el marido trabajando en Alemania, y ahora esto”. Entonces un día María cayó inadvertidamente en la calle con todas las bolsas de compras, y ella tirada en el piso no pudiendo más del dolor. “Una mujer que de pronto soltó la bolsa y empezó a dar gritos”. Cuando viene la ambulancia se la llevan para ser atendida. “Atrás, Abran paso. Circulen, por favor – venían diciendo los de la camilla, entrando a empujones al centro de corrillo”. Cuando se la llevan, el hijo Fernando, queda totalmente solo y sin nadie que lo pueda atender. Entonces los distintos vendedores del centro de corrillo se juntaron y se dispusieron a ayudarlo y a atenderlo un rato cada uno. “Tranquila María, que no le han de faltar cuidados a su hijo, lo vamos a cuidar muy bien”. Como nadie se decidió, una señora llamada Carmen se hizo cargo de Fernando. Primero fue a cuidarlo a la casa donde estaba viviendo, y luego la policía la saco por invasión de propiedad, pero entonces se mudaron a la casa de ella. Carmen vivía con su esposo Fermín y sus 2 hijos recién nacidos Andrés y Pablo. Los hijos de Carmen, siempre buscaban la forma de pelearle a Fernando, o de ponerle trampas que él no entendiera, y estaban celosos, porque la mama, le prestaba más atención a Fernando que a ellos. “Ahora quiero empezar los entrenamientos” “Coloca a Fernando en el pasillo junto al gato, cuidando de que estén en línea las dos cabezas, para hacer una carrera”.
Mientras crecía Fernando en la casa de Carmen, muy bien cuidado, y tratado. Fue aprendiendo cosas muy pero muy importantes, como sus habilidades no eran muchas, y no tenía la misma habilidad de los demás nenes, Carmen le quiso enseñar a hablar, a caminar, mejor dicho gatear, con los codos y las rodillas. “Vamos Fernando, haz un esfuerzo, mírame y avanza, vamos, codos, rodillas, codos, rodillas”. Con el tiempo Fernando fue creciendo, y empezó a tener habilidades que antes no tenía. Era un chico con problemas especial, que tenía unos dones impresionantes, que ningún otro chico con problemas podía tener. Al poco tiempo Fernando entro a la escuela. La directora impresionada por su desarrollo a pasar las semanas en la escuela.
Luego la madre María recuperada vuelve a la casa, cuando vuelve la madre se queda impresionadísima con lo que había crecido su hijo, la cantidad de cosas que había aprendido a hacer.
Y así es su primer año de vida de Fernando. “Aquel año fue el primero de mi vida, y ya había cumplido los siete, lo demás se cuenta deprisa”. Luego de pasar un tiempo largo, pude superar el retraso “Después de dos cursos en el aula de educación especial me integraron en una clase normal, les llevaba dos años a mis compañeros, entre los que se encontraba mi amigo pablo, pero yo tenía tiempo, todo el tiempo, para observar, para escuchar, para leer, para estudiar y antes de terminar la básica había superado el retraso”. Estuvo a punto de irse a naufragar, pero justo volvió su padre de Alemania. Luego después de pensarlo mucho termino eligiendo médico y psiquiatría. De ahora en más nadie lo ha discriminado más por mi defecto que había tenido en la infancia. “En la universidad nunca me sentí marginado y apenas minusválido, pero siempre he sentido el peso de las miradas de los demás clavadas en mi”. Luego al finalizar su carrera le ofrecieron trabajo en un consultorio médico, y el acepto. “Al finalizar la carrera me ofreció un puesto en su consulta, instándome a que lo aceptase durante algún tiempo, antes de dedicarme en exclusiva a mis iguales, los paralíticos cerebrales”.
Carlos Alberto era un chico con depresión, por la muerte de su mejor amiga, y se fue a atender con el doctor Méndez. Y al contarle toda esta historia Carlos dijo – “gracias” “Se hizo un silencio. El doctor Méndez tenía las dos manos apoyadas sobre la mesa y la cabeza y las patitas de la tortuga de juguete apenas se movían, Carlos Alberto se levantó, dando por terminados la visita y el tratamiento”. Toda la historia transcurrida en el consultorio del doctor Fernando Méndez. El tratamiento duro simplemente 2 consultas
FIN
Luciana acostada en la camilla del Hospital Clínico del día viernes o mejor dicho sábado a la madrugada, recientemente entrada por urgencia “Ella estaba acostada, se notaba muy cansada y también muy pálida”. Los padres de Luciana estaban durmiendo lo más tranquilo, cuando suena el teléfono celular y se enteran que su hija está internada “La mano del hombre se aferró al auricular del teléfono, lo descolgó mientras se incorporaba un poco para hablar, y se lo llevo al oído”. Mientras tanto los amigos de Luciana estaban en el hospital con ella, esperando arrepentidos a ver cuál va a ser el futuro de Luciana “Cinta, Santi y Máximo no se movían desde hacía ya unos minutos, era como si no se atrevieran, solo de vez en cuando los ojos de uno se movían hacia la puerta”. Al rato de la internación de Luciana, los amigos de ella, llaman a su novio Eloy el cual estaba durmiendo en la casa, cansado de tanto estudiar, esperando al lunes para rendir un examen “Lo despertó el timbre del teléfono y al levantar la cabeza de la mesa, el cuello le envió una punzada de dolor al cerebro”. Enseguida Eloy cuando se enteró de la noticia de que su novia estaba internada en coma en el Hospital Clínico, salió disparado para allá.
Cuando llega al Hospital y encuentra a los amigos de Luciana, les pregunta inmediatamente que había pasado, y Máximo con un poco de temor le conto lo que sucedió, que habían tomado pastillas de Éxtasis y Eva. Que habían comprado todos sus amigos pastillas para tomar y aguantar más adentro del boliche, pero a ella sola le cayeron mal. “Toma con esta pastilla te mantienes en pie 24 horas más, ya verás. No hace falta que tomes dos o tres” Mientras tanto en el hospital estaban los padres de Luciana adentro de la sala donde ella estaba, ambos angustiados por lo que le había pasado a ella. La hermana más chiquita Norma estaba esperando afuera de la sala, muy triste y acompañada. “Norma vi como sus padres salían de la habitación en la que acababan de instalar a Luciana, reclamados de nuevo por los médicos que la atendían, y se quedó sola con ella.”
En la novela también se cuenta del lado de Luciana en primera persona, lo que va pasando afuera y lo que va sintiendo cuando pasan a visitarla sus familiares y sus amigos. “No llores norma, no llores por favor, ayúdame, os necesito fuertes a todos, así que no llores”. Mientras que los padres y la hermana de Luciana estaban con ella en todo momento, el doctor Pons quiere interrogar a los amigos de ella y saber exactamente que tomaron, quien se la vendió, como fue, etc. “Cinta era de estatura media, tirando a baja, adolecentemente atractiva con la ropa que llevaba, pero también juvenilmente sexy, cabello largo, ojos grandes, labios pequeños, cuerpo en plena explosión. Santi llevaba el cabello corto y tenía la cara llena de espinillas, como si en lugar de piel tuviera sembrado. Máximo mostraba una densa cabellera rizada, como si de la cabeza le nacieran dos o tres mil tirabuzones de color negro que luego le caían en desorden por todas partes”. El doctor les pregunto dónde la compraron, a quien, si lo tomaban a menudo, etc.
Luego que termine el interrogatorio, se les apareció un policía, se le presento a cada uno y enseguida se interiorizo en el tema, preguntándoles de todo, y diciéndoles que eso era un delito. “Oídme: cuanto antes me contéis, antes podre hacer algo”. Al instante en que el policía termino de preguntarle qué había pasado a los amigos de Luciana, salió inmediatamente a investigar, a buscar personas, a recorrer lugares. Eloy, el novio de Luciana interesadísimo en la salud de ella salió a intentar de conseguir otra de esas pastillas para saber que tenía en el cuerpo Luciana. Eloy fue a la casa de Poli Garcia, que era uno de los que estaba esa noche con ellos. “Era un hombre de unos treinta años, puede que menos, no tengo buen ojo para eso.” ”Me pareció normal, vulgar” “Bajo, cabello negro y corto, vestía traje oscuro, con una nariz aguileña”. Entonces empezó a recorrer todos los lugares posibles, salió la noche del sábado a recorrer una lista de boliches. La información de donde estaba parando el que les vendió las pastillas se la dio un tal Raúl, amigo de ellos. Y Eloy, salió boliche tras boliche a buscar al camello que les vendió las pastillas de éxtasis y de eva. Luego de recorrer un boliche, Eloy va hacia otro a seguir buscando. En el ínterin el Inspector Espinos estaba buscando por otro lado junto a Lorenzo Roca.
Mientras tanto en el Hospital, estaba Loreto apoyando a su amiga y dándole fuerzas. “la delgadez de su hija era tan manifiesta que seguía horrorizándola” “los brazos y las piernas eran simples huesos con apenas unos gramos de carne todavía luchando con firmeza por la supervivencia” “El pecho no existía” “Pero lo peor seguía siendo el rostro, enteco, lleno de ángulos debido a que en él no había ya más que piel”.
En la zona de boliches esta Eloy, que cuando sale del primero, enseguida llama a Cinta, Máximo y Santi para que vallan hacia allí, que creía que sabía dónde estaba el camello que le había vendido la pastilla, y enseguida los amigos de Luciana salieron para allí. “Eloy ya había visto el taxi, primero porque su velocidad decrecía, después por el intermitente indicando que se detenía, y finalmente, porque sentados detrás conto tres cuerpos”. Cuando bajaron enseguida fueron a varios boliches, en el primero no lo encuentran, pero en el segundo lo han visto. En los baños de mujeres había mucho movimiento, en una de esas entradas y salidas se ve que sale Poli García de los lavabos y se va a la barra a tomar algo. “Poli Garcia salió de los lavabos y se encamino al bar de la discoteca para tomarse algo antes de largarse”.
Luego de tanto, Eloy descubre que era Poli Garcia el camello y lo empieza a seguir, y luego salen hacia fuera del boliche. Empiezan las corridas de parte de los 4, hasta que de pronto poli se resbala con algo en la vereda, y se trompieza. Cuando van a ver Eloy y Máximo (más atrás Cinta y Santi), poli estaba muerta. Y enseguida viene el Ispector Espinos dice que esta muerto. “Entonces el camello resbalo, piso algo, o fue su propia velocidad” “Despues cayo al suelo de nuca dejándolo muerto en el piso”.
Luego de todo estas corridas y luchas sucede un milagro. Al llegar al hospital Cinta; Eloy; Maximo y Santi se encuentran con una muy buena noticia. Luciana estaba conciente otra vez.
Reseña de La piedra de Toque:
Cuando sus padres le buscan una cita con un psiquiatra que tiene parálisis cerebral. ”El doctor no consigue controlar sus movimientos, emite unos sonidos confusos que la enfermera interpreta: Paralitico cerebral”. Cuando el paciente se entera gracias a la enfermera de esto que le estaba sucediendo al psicólogo, se interioriza en el tema. Y la novela empieza a contar la historia del psicólogo:
Fernando se llamaba el, era un chico tonto, o mejor dicho con problemas, necesitaba ayuda para todo, para bañarse, para cambiarse, para comer, lo tenían que acostar, lo tenían que levantar, etc. “Lo conoce usted? Si lo conoce todo el barrio. Tiene un hijo tonto, la pobre mujer”. La madre del chico tonto llamado Fernando, se llamaba María, mujer la cual vivía sola, porque el marido estaba trabajando en Alemania, y tenía que aguantar a todo el tema del hijo con problemas ella sola. “El hijo tonto…, el marido trabajando en Alemania, y ahora esto”. Entonces un día María cayó inadvertidamente en la calle con todas las bolsas de compras, y ella tirada en el piso no pudiendo más del dolor. “Una mujer que de pronto soltó la bolsa y empezó a dar gritos”. Cuando viene la ambulancia se la llevan para ser atendida. “Atrás, Abran paso. Circulen, por favor – venían diciendo los de la camilla, entrando a empujones al centro de corrillo”. Cuando se la llevan, el hijo Fernando, queda totalmente solo y sin nadie que lo pueda atender. Entonces los distintos vendedores del centro de corrillo se juntaron y se dispusieron a ayudarlo y a atenderlo un rato cada uno. “Tranquila María, que no le han de faltar cuidados a su hijo, lo vamos a cuidar muy bien”. Como nadie se decidió, una señora llamada Carmen se hizo cargo de Fernando. Primero fue a cuidarlo a la casa donde estaba viviendo, y luego la policía la saco por invasión de propiedad, pero entonces se mudaron a la casa de ella. Carmen vivía con su esposo Fermín y sus 2 hijos recién nacidos Andrés y Pablo. Los hijos de Carmen, siempre buscaban la forma de pelearle a Fernando, o de ponerle trampas que él no entendiera, y estaban celosos, porque la mama, le prestaba más atención a Fernando que a ellos. “Ahora quiero empezar los entrenamientos” “Coloca a Fernando en el pasillo junto al gato, cuidando de que estén en línea las dos cabezas, para hacer una carrera”.
Mientras crecía Fernando en la casa de Carmen, muy bien cuidado, y tratado. Fue aprendiendo cosas muy pero muy importantes, como sus habilidades no eran muchas, y no tenía la misma habilidad de los demás nenes, Carmen le quiso enseñar a hablar, a caminar, mejor dicho gatear, con los codos y las rodillas. “Vamos Fernando, haz un esfuerzo, mírame y avanza, vamos, codos, rodillas, codos, rodillas”. Con el tiempo Fernando fue creciendo, y empezó a tener habilidades que antes no tenía. Era un chico con problemas especial, que tenía unos dones impresionantes, que ningún otro chico con problemas podía tener. Al poco tiempo Fernando entro a la escuela. La directora impresionada por su desarrollo a pasar las semanas en la escuela.
Luego la madre María recuperada vuelve a la casa, cuando vuelve la madre se queda impresionadísima con lo que había crecido su hijo, la cantidad de cosas que había aprendido a hacer.
Y así es su primer año de vida de Fernando. “Aquel año fue el primero de mi vida, y ya había cumplido los siete, lo demás se cuenta deprisa”. Luego de pasar un tiempo largo, pude superar el retraso “Después de dos cursos en el aula de educación especial me integraron en una clase normal, les llevaba dos años a mis compañeros, entre los que se encontraba mi amigo pablo, pero yo tenía tiempo, todo el tiempo, para observar, para escuchar, para leer, para estudiar y antes de terminar la básica había superado el retraso”. Estuvo a punto de irse a naufragar, pero justo volvió su padre de Alemania. Luego después de pensarlo mucho termino eligiendo médico y psiquiatría. De ahora en más nadie lo ha discriminado más por mi defecto que había tenido en la infancia. “En la universidad nunca me sentí marginado y apenas minusválido, pero siempre he sentido el peso de las miradas de los demás clavadas en mi”. Luego al finalizar su carrera le ofrecieron trabajo en un consultorio médico, y el acepto. “Al finalizar la carrera me ofreció un puesto en su consulta, instándome a que lo aceptase durante algún tiempo, antes de dedicarme en exclusiva a mis iguales, los paralíticos cerebrales”.
Carlos Alberto era un chico con depresión, por la muerte de su mejor amiga, y se fue a atender con el doctor Méndez. Y al contarle toda esta historia Carlos dijo – “gracias” “Se hizo un silencio. El doctor Méndez tenía las dos manos apoyadas sobre la mesa y la cabeza y las patitas de la tortuga de juguete apenas se movían, Carlos Alberto se levantó, dando por terminados la visita y el tratamiento”. Toda la historia transcurrida en el consultorio del doctor Fernando Méndez. El tratamiento duro simplemente 2 consultas
FIN