Lucia Casal Sun Aug 08, 2010 7:30 pmEn esta novela el recurso de estilo que predomina es el leiv motiv, ya que se repiten varias frases sucesivamente como pobre hombre:“Apenas alcanzó a pensar: “¡Dios mío, pobre hombre!” (Pág. 60). Otra frase que se repite es cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días: “y habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días…”(Pág. 33 “)
Este libro comienza narrando la muerte de Jeremiah de Saint-Amour, que se había convertido en amigo del Dr. Juvenal Urbino de la Calle y jugaban ajedrez a diario en el Café de la Parroquia. Lo habían encontrado en su casa muerto por las emanaciones de cianuro de oro activado en una cubeta por algún ácido fotográfico y a pesar de saber que la muerte no había sido accidental, su muerte quedó registrada como accidental.
Florentino Ariza vio a Fermina por primera vez, cuando fue a su casa a llevarle un telegrama, es en ese momento que se enamora de ella y comienza a conquistarla con sus apasionadas cartas y a mirarla desde un banco que se encuentra en el parque frente a su casa.
Su tía Escolástica y ella se dieron cuenta que él se sentaba allí para mirarla y escribía extensas carta para ella.
Fermina no le había dado respuesta a su primera carta, mientras el desesperado comía gardenias de la casa de su mama porque le acordaban a Fermina. Transito Ariza, su mamá, decía que el estaba enfermo de cólera, pero realmente sabia que lo único que estaba era enamorado.
Pese a que Fermina se niega por un tiempo a corresponderle, luego se enamora de él.
Un día llaman a Lorenzo Daza de la escuela donde estaba su hija Fermina diciéndole que habían encontrado a Fermina escribiéndole una carta a Florentino y la expulsaron de la escuela, el padre quedo indignado e incluso hizo que la tía se fuera de la casa porque decía que ella era la culpable por haberla apoyado.
El papá decide llevarse a Fermina del pueblo a un viaje que duró 3 años para que se olvidara de ese amor imposible pero ambos siguieron a escondidas contacto mediante cartas
Florentino al saber que ella había regresado de su viaje fue al Café de la Parroquia y la encontró en la Plaza de la Catedral con Gala Placida la sirvienta de la casa, ella no había percibido de que él estaba ahí, cuando logro verla la siguió por la plaza, ella estaba entre la multitud, no la perdía de vista, se le acercó por detrás y le dijo al oído que no era lugar para una Diosa Coronada, ella se volteo, lo miro y lo único que dijo fue pobre hombre. En un instante se le revelo la completa magnitud de su propio engaño, y se preguntó, como había podido encumbrar por tanto tiempo y con tanta crueldad semejante quimera en el corazón. Florentino trato de decir algo pero Fermina lo paró con un gesto y lo borro de su vida.
Mando a Gala Placida con una carta que decía que lo de ellos no era mas que una ilusión, le envío todas las cartas que él le había mandado y le pedía las de ella junto con la trenza que le había regalado el día de su partida.
Florentino le escribía desesperado, pero no le devolvió la trenza al instante con la esperanza que ella la fuera a buscar. Al darse cuenta que no sería así se la envío. Ella dejo de hablarle y de escribirle durante medio siglo.
Urbino de La Calle era un doctor que había estudiado el cólera muy minuciosamente y era muy respetado en el pueblo por sus obras de caridad.
Recibió una llamada de la casa de Fermina que al parecer tenía los síntomas del cólera lo que resultó ser solo una infección intestinal.
A ella no le simpatizó mucho el Dr. pero el quedó obsesionado con Fermina y comenzó a escribirle cartas cortejándola con la aceptación de Lorenzo ya que el sabia que era un buen partido. El doctor Juvenal Urbino de la Calle era el soltero más codiciado, intacto y atractivo de la época. A ella, le pareció un pedante incapaz de querer a nadie distinto de sí mismo. Sin embargo, Fermina decidió casarse con Juvenal, el día que Hildebranda, su prima, estaba coqueteando con él, tuvo hijos, y se creyó la más feliz. Y a pesar de las diferentes crisis matrimoniales sufridas a lo largo del tiempo, hubiera vuelto a preferir a su marido entre todos los hombres del mundo si hubiera tenido que escoger otra vez.
Mientras Fermina estuvo en Paris de luna de miel sucedieron muchas cosas. La madre de Florentino, Tránsito Ariza, le pidió al tío de Florentino, León XII, que le diera un empleo en la empresa de navegación, ya que aquel se encontraba destruido por la boda de Fermina. Florentino aceptó el trabajo y se fue a navegar. Un día el estaba en un pasillo y alguien entro en un cuarto, era una misteriosa mujer que hizo que ese día el perdiera su virginidad, él nunca supo quien fue.
Cuando Florentino vuelve de su viaje, Fermina continuaba de luna de miel.
Entre tanto, Tránsito le había dado asilo a una mujer a la que conocían como la Viuda de Nazareth que, con la excusa de no caber en la cama de Tránsito, fue a dormir con Florentino. Un día se comenzó a desnudar y terminaron haciendo el amor. Ellos siguieron teniendo relaciones porque Florentino creía que era una buena forma de olvidar a Fermina.
Cuando Fermina regresa embarazada y mas madura de Europa, Florentino quedó sorprendido y toma la determinación de ganar nombre y fortuna para merecerla.
Cuando la madre de Florentino muere este se refugia en los libros que le apasionaban. Existían rumores, de hecho ciertos, que el Dr. Juvenal engañaba a su esposa con una mulata llamada Bárbara Lynch. Esta infidelidad abrió una brecha entre ambos e hizo que Fermina levantara una barrera entre ambos, decidiendo ir a vivir por un tiempo con su prima Hildebranda. Pasados dos años, cuando Juvenal la va a buscar, ella se siente aliviada de volver a su casa, aunque no fue tan fácil como él creía, porque a pesar de estar feliz de regresar, estaba resuelta a cobrarle en silencio los sufrimientos por los que había pasado.
Florentino, ya siendo Gerente General de la Compañía Fluvial del Caribe, se sintió atraído por una niña llamada América Vicuña, que había venido dos años antes de la localidad marítima de Puerto Padre, encomendada por su familia a Florentino Ariza, su tutor, con quien tenían un parentesco sanguíneo reconocido. La niña cursaba la Primaria y era muy parecida a Fermina, él la llevaba al cine, le brindaba helados y ella con su inocencia de niña al fin, aceptaba los obsequios.
Una mañana Florentino se entera de la muerte del Dr. Juvenal Urbino al caerse de una escalera, tratando de atrapar al loro que él había amaestrado y le reitera la declaratoria de amor eterno, su juramento de fidelidad y se pone a su disposición, Fermina le pide a Florentino que se vaya y le manifiesta que no lo quiere volver a ver, estaba desvastada y se sentía muy sola por la ausencia de Juvenal.
Florentino no se atemoriza y empieza a enviarle cartas, hasta vencer la resistencia de Fermina, quien accede a verlo en su casa. Las visitas se hacen más frecuentes y así pasan los días, hasta que Fermina decide hacer un viaje por el río Magdalena en uno de los barcos de la Compañía marítima de Florentino, con el afán de que termine de reponerse del luto. Florentino la acompaña en ese viaje y es en ese barco llamado la Nueva Fidelidad, Fermina se rinde en los brazos de Florentino.
Durante 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches él había esperado, se cumple, para seguir por tiempo indefinido en un ir y venir por el curso del río montados en el barco, y así demostrar que el amor persevera y que más que la muerte es la vida la que no tiene límites.
Este libro comienza narrando la muerte de Jeremiah de Saint-Amour, que se había convertido en amigo del Dr. Juvenal Urbino de la Calle y jugaban ajedrez a diario en el Café de la Parroquia. Lo habían encontrado en su casa muerto por las emanaciones de cianuro de oro activado en una cubeta por algún ácido fotográfico y a pesar de saber que la muerte no había sido accidental, su muerte quedó registrada como accidental.
Florentino Ariza vio a Fermina por primera vez, cuando fue a su casa a llevarle un telegrama, es en ese momento que se enamora de ella y comienza a conquistarla con sus apasionadas cartas y a mirarla desde un banco que se encuentra en el parque frente a su casa.
Su tía Escolástica y ella se dieron cuenta que él se sentaba allí para mirarla y escribía extensas carta para ella.
Fermina no le había dado respuesta a su primera carta, mientras el desesperado comía gardenias de la casa de su mama porque le acordaban a Fermina. Transito Ariza, su mamá, decía que el estaba enfermo de cólera, pero realmente sabia que lo único que estaba era enamorado.
Pese a que Fermina se niega por un tiempo a corresponderle, luego se enamora de él.
Un día llaman a Lorenzo Daza de la escuela donde estaba su hija Fermina diciéndole que habían encontrado a Fermina escribiéndole una carta a Florentino y la expulsaron de la escuela, el padre quedo indignado e incluso hizo que la tía se fuera de la casa porque decía que ella era la culpable por haberla apoyado.
El papá decide llevarse a Fermina del pueblo a un viaje que duró 3 años para que se olvidara de ese amor imposible pero ambos siguieron a escondidas contacto mediante cartas
Florentino al saber que ella había regresado de su viaje fue al Café de la Parroquia y la encontró en la Plaza de la Catedral con Gala Placida la sirvienta de la casa, ella no había percibido de que él estaba ahí, cuando logro verla la siguió por la plaza, ella estaba entre la multitud, no la perdía de vista, se le acercó por detrás y le dijo al oído que no era lugar para una Diosa Coronada, ella se volteo, lo miro y lo único que dijo fue pobre hombre. En un instante se le revelo la completa magnitud de su propio engaño, y se preguntó, como había podido encumbrar por tanto tiempo y con tanta crueldad semejante quimera en el corazón. Florentino trato de decir algo pero Fermina lo paró con un gesto y lo borro de su vida.
Mando a Gala Placida con una carta que decía que lo de ellos no era mas que una ilusión, le envío todas las cartas que él le había mandado y le pedía las de ella junto con la trenza que le había regalado el día de su partida.
Florentino le escribía desesperado, pero no le devolvió la trenza al instante con la esperanza que ella la fuera a buscar. Al darse cuenta que no sería así se la envío. Ella dejo de hablarle y de escribirle durante medio siglo.
Urbino de La Calle era un doctor que había estudiado el cólera muy minuciosamente y era muy respetado en el pueblo por sus obras de caridad.
Recibió una llamada de la casa de Fermina que al parecer tenía los síntomas del cólera lo que resultó ser solo una infección intestinal.
A ella no le simpatizó mucho el Dr. pero el quedó obsesionado con Fermina y comenzó a escribirle cartas cortejándola con la aceptación de Lorenzo ya que el sabia que era un buen partido. El doctor Juvenal Urbino de la Calle era el soltero más codiciado, intacto y atractivo de la época. A ella, le pareció un pedante incapaz de querer a nadie distinto de sí mismo. Sin embargo, Fermina decidió casarse con Juvenal, el día que Hildebranda, su prima, estaba coqueteando con él, tuvo hijos, y se creyó la más feliz. Y a pesar de las diferentes crisis matrimoniales sufridas a lo largo del tiempo, hubiera vuelto a preferir a su marido entre todos los hombres del mundo si hubiera tenido que escoger otra vez.
Mientras Fermina estuvo en Paris de luna de miel sucedieron muchas cosas. La madre de Florentino, Tránsito Ariza, le pidió al tío de Florentino, León XII, que le diera un empleo en la empresa de navegación, ya que aquel se encontraba destruido por la boda de Fermina. Florentino aceptó el trabajo y se fue a navegar. Un día el estaba en un pasillo y alguien entro en un cuarto, era una misteriosa mujer que hizo que ese día el perdiera su virginidad, él nunca supo quien fue.
Cuando Florentino vuelve de su viaje, Fermina continuaba de luna de miel.
Entre tanto, Tránsito le había dado asilo a una mujer a la que conocían como la Viuda de Nazareth que, con la excusa de no caber en la cama de Tránsito, fue a dormir con Florentino. Un día se comenzó a desnudar y terminaron haciendo el amor. Ellos siguieron teniendo relaciones porque Florentino creía que era una buena forma de olvidar a Fermina.
Cuando Fermina regresa embarazada y mas madura de Europa, Florentino quedó sorprendido y toma la determinación de ganar nombre y fortuna para merecerla.
Cuando la madre de Florentino muere este se refugia en los libros que le apasionaban. Existían rumores, de hecho ciertos, que el Dr. Juvenal engañaba a su esposa con una mulata llamada Bárbara Lynch. Esta infidelidad abrió una brecha entre ambos e hizo que Fermina levantara una barrera entre ambos, decidiendo ir a vivir por un tiempo con su prima Hildebranda. Pasados dos años, cuando Juvenal la va a buscar, ella se siente aliviada de volver a su casa, aunque no fue tan fácil como él creía, porque a pesar de estar feliz de regresar, estaba resuelta a cobrarle en silencio los sufrimientos por los que había pasado.
Florentino, ya siendo Gerente General de la Compañía Fluvial del Caribe, se sintió atraído por una niña llamada América Vicuña, que había venido dos años antes de la localidad marítima de Puerto Padre, encomendada por su familia a Florentino Ariza, su tutor, con quien tenían un parentesco sanguíneo reconocido. La niña cursaba la Primaria y era muy parecida a Fermina, él la llevaba al cine, le brindaba helados y ella con su inocencia de niña al fin, aceptaba los obsequios.
Una mañana Florentino se entera de la muerte del Dr. Juvenal Urbino al caerse de una escalera, tratando de atrapar al loro que él había amaestrado y le reitera la declaratoria de amor eterno, su juramento de fidelidad y se pone a su disposición, Fermina le pide a Florentino que se vaya y le manifiesta que no lo quiere volver a ver, estaba desvastada y se sentía muy sola por la ausencia de Juvenal.
Florentino no se atemoriza y empieza a enviarle cartas, hasta vencer la resistencia de Fermina, quien accede a verlo en su casa. Las visitas se hacen más frecuentes y así pasan los días, hasta que Fermina decide hacer un viaje por el río Magdalena en uno de los barcos de la Compañía marítima de Florentino, con el afán de que termine de reponerse del luto. Florentino la acompaña en ese viaje y es en ese barco llamado la Nueva Fidelidad, Fermina se rinde en los brazos de Florentino.
Durante 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches él había esperado, se cumple, para seguir por tiempo indefinido en un ir y venir por el curso del río montados en el barco, y así demostrar que el amor persevera y que más que la muerte es la vida la que no tiene límites.
