EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE
Si nos remitimos a indagar entre las páginas de algunos diccionarios de nuestra lengua, podríamos asegurar que darle un significado a la palabra infidelidad es algo meramente sencillo de explicar y lo mismo de entender.
Encontramos que infidelidad es no cumplir con el compromiso de fidelidad, entendiéndose por la misma, al pacto que una pareja generalmente hace, al respeto que hacia dicho pacto se tiene, en el cual se deja por sentado un obvio sentimiento de exclusividad.
Aunque en realidad no es siempre tan sencillo de explicar y, la palabra infidelidad deja tras de sí un trasfondo de profundidad con múltiples causas, motivos, situaciones y consecuencias que hacen de este tema, múltiples motivos de debates y cuestionamientos.
La infidelidad no es solamente quebrar un pacto de exclusividad en una pareja, se puede además ser infiel en otras relaciones humanas, como ser la amistad.
En una pareja pueden ser múltiples las causas que originan el distanciamiento entre ambos. Aunque sigan conviviendo, a veces, es tanta la separación que existe entre dos seres, que tarde o temprano se produce la necesidad de que cada uno busque su lugar lejos del otro, para no lastimarse ni lastimar a su entorno.
ENTRE LAS POSIBLES CAUSAS ENCONTRAMOS:
Cuando se acaba el amor, cuando la relación deja de tener ese ingrediente fundamental, es un grave problema. El “capital afectivo” que es el amor es imprescindible para poder sobrellevar todos los problemas que aparecen inevitablemente en un matrimonio.
La vida cotidiana: los temas de todos los días necesitan que haya acuerdos para facilitar la convivencia. Las pequeñas desavenencias a veces se convierten en asuntos terribles cuando la pareja está en crisis.
Los hijos: la llega de los hijos es gratificante pero también tiene sus “desventajas”. El rol de madre y padre de por si es difícil cuando todo marcha bien, por lo que se deduce que si hay inconvenientes de cualquier índole se debe estar fortalecido como pareja para sostenerse uno al otro y ayudarse mutuamente.
Porque cada uno de los integrantes de la pareja es independiente a la otra y eso implica una maduración y una etapa de vida por la que se transita, además de una carga emocional que conlleva la vida misma.
Es decir las causas que pueden provocar una infidelidad pueden ser variadas y acordes a la personalidad, ánimo y sensibilidad del infiel. Pero casi siempre están basadas en un sentimiento de insatisfacción.
La insatisfacción es la sensación de que algo está faltando de que hay un vacío necesario de llenar y es eso lo que lleva al infiel a buscar qué o quién sea capaz de ocupar ese lugar.
La infidelidad surge en parte por nuestra sociedad, ya que crecemos y somos educados de tal manera que hoy resulta extraño hacer referencia a la pareja fiel. Cuando se supone que es lo éticamente correcto. Por lo contrario toman la infidelidad como un acto masivo y por tal, justificable.
Es cierto que de generación en generación se van perdiendo la moral, valores y formas de comportamiento que hacían de éste un tema inusual y hasta nefasto desde el punto de vista social y vigente en esa época.
El problema surge cuando los seres humanos en ocasiones piden cosas opuestas a lo que se esperaba, en este caso en aspectos relacionados con la pasión y el amor.
La pasión y el amor que se desvanecen con la rutina y la monotonía, llenando a la pareja de obligaciones, mala comunicación, decepciones, etc. “tu padre se enfado muchísimo conmigo y me dijo que me estaba comportando como una estúpida […] pero es que yo estaba muy alterada” (pág. 139)
Puede pasar que uno de ellos se sienta solo, aunque viva acompañado “Y Roger me conto que él y Eileen ya no estaban más enamorados desde hacia muchísimo tiempo, lo que significaba que él también se sentía solo[…]así que teníamos mucho en común” (pág. 140) entonces encuentre en una tercera esa compañía que añora alguien que lo escuche, lo comprenda, que entienda su tristeza ya sea por ser un ser humano sensible o simplemente porque está pasando una situación similar y como producto de esas situaciones puede generarse un romance. “pero yo empecé a ver a Roger a solas, porque con él podría hablar. Era la única persona con la que podía hablar de verdad. Y cuando estaba con él ya no me sentía sola” (pág. 140).
No saber manejar ciertas situaciones provoca que una persona quiera huir, aunque sea ficticiamente de la realidad y se invente otra, siendo infiel y buscando otro mundo. “quizás si las cosas hubiesen sido diferentes, si tu hubieses sido diferente, yo habría sido una mejor madre” (pág. 138) “ya no podía soportarlo más” (pág. 139)
El libro remite a un niño, Christopher protagonista de la historia con una enfermedad muy particular llamada síndrome de Asperger. Afecta el desarrollo de su cerebro, con deficiencias en su interacción social. Tiene una apariencia normal y suele ser muy inteligente, no teniendo retrasos en el aprendizaje del habla. “y me dieron los resultados de mis examen de bachiller en matemáticas, y saqué un sobresaliente, que es el mejor resultado” (pág. 263)
Sin embargo presenta problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones tienen comportamientos inadecuados “la gente me provoca confusión” (pág. 27) “el policía me agarro del brazo y me hizo poner de pie. No me gustó que me tocara de esa forma. Y entonces le pegué” (pág. 17)
Los niños afectados por el síndrome suelen fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva muchas veces, por lo que no es extraño que aprendan a leer por si solos a una edad muy precoz, si esa es el área de su atención.
“me sé todos los países del mundo y sus capitales y todos los números primos hasta el 7.507” (pág. 11)
Un niño con este síndrome también se ve afectado de manera variable en sus conexiones y habilidades sociales, posee un comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de intereses. Tienen una comprensión muy ingenua de las situaciones sociales y no suelen manipularlas para su propio beneficio. La mala adaptación que presentan en contextos sociales es fruto de un mal entendimiento y de la confusión que les crea las relaciones interpersonales.
“– Estos son algunos de mis problemas de conducta:
No hablar durante mucho tiempo.
No gustarme que me toquen.
No gustarme estar en sitios pequeños con otras personas.
Gemir.
Destrozar cosas cuando estoy enfadado o confundido.
No sonreír.
Hacer cosas estúpidas.
Negarme a usar el cepillo de dientes si alguien lo ha tocado.
Ponerme furioso cuando alguien ha movido los muebles” (pág. 66/67)
A pesar de estas dificultades, de los niños que padecen este trastorno son nobles poseen gran corazón, una bondad sin límites, son fieles, sinceros, etc. Poseen varios talentos; la gente con síndrome de Asperger a menudo tienen la habilidad de actuar, le gusta actuar de una forma que tena sentido, ve y recuerda detalles que otras personas no prestan atención, tienen una memoria extraordinaria, son buenos recordando leyes, reglas, sistemas y hechos importantes, son mejores escribiendo que hablando con la gente, porque son cuidadosos exigiendo las palabas que significan exactamente lo que quieren decir, son buenos en matemáticas y programando ordenadores, tienen un interés especial y se divierten haciendo lo mismo muchas veces, lo que la mayoría encontraría aburrido.
O sean es una enfermedad que requiere que el niño afectado posea un entorno contenedor, fuerte y consolidado.
El infiel engaña porque puede hacerlo es decir que encontró con quien “el Sr. Shears estaba casado con la Sra. Shears y vivían juntos hasta hace dos años. Entonces, el Sr. Shears se fue y no volvió. Ya no estaba más casado” (pág. 61)
Encontrar una persona sin compromisos y necesitado de afecto, siempre es una buena ocasión para elegir con quien ser infiel; si se desea serlo.
Pero esto no ocurre de la noche a la mañana. Llegar a la infidelidad es transitar un camino doloroso que se podría evitar cuando comienzan a vislumbrarse los sentimientos provocados por situaciones determinadas. Estas provocan discusiones, peleas, “madre y padre tenían muchas peleas y a veces se enfadaban muchísimo. Yo solía pensar que iban a divorciarse (pág. 66)”. Pero no siempre es sencillo divorciarse y asumir la situación, entonces, aparece la vía de escape, la opción de la infidelidad, la ocasión que la permita y esto origina curiosidad y una adrenalina nueva que no siempre le sigue la ruptura sino que conviven las dos situaciones: la pareja se mantiene y la relación paralela también.
Traición, mentira, engaño, son los sinónimos que enojan a la persona engañada. Cuando esta se entera, hay muchas formas de reaccionar pero generalmente, el amor propio del individuo en cuestión, aflora y se comporta según su personalidad.
Los efectos son devastadores y casi siempre se produce un choque emocional muy doloroso y fuerte, que llega a parecerse al odio hacia el infiel o hacia su nueva pareja elegida. “No toleraré que el nombre de ese hombre se pronuncie en nuestra casa […] porque es un hombre malo” (pág. 70)
Se destruye la confianza y quisiéramos ver muerto al ser amado, antes que en brazos de otro. Tal es la fuerza del dolor que la infidelidad provocó en ese ser humano. “tu madre murió de un ataque al corazón”. (pág. 44)
Y generalmente también, una infidelidad menoscaba la autoestima de la persona agraviada, que prefiere ocultarlo, que nadie sepa que le fueron infiel, porque quizás internamente crea que tiene algo de culpa y por lo tanto provocó en cierta medida esa situación. Se siente inferior y prefiere esconderlo. No lo han elegido y eso le hace perder seguridad y confianza en sí mismo. O para proteger a otros de ese sentimiento que a él le duele tanto, lo esconde o lo disfraza, tratando de que el otro, a quien desea proteger desconozca el verdadero motivo “- Lo hice por tu bien Christopher. De verdad que sí. Nunca pretendí mentirte […] Tan solo pensé que era mejor que no supieras” (pág. 147)
Se puede llegar a ser muy malo, y para castigar al infiel, hacer sufrir a otros, a veces seres muy queridos como los hijos, poniéndolos en el medio de una guerra feroz, usándolos como trofeos. Ahí no se miden las consecuencias y el daño hecho a quien se quiere proteger suele ser mayor que el que se recibió primero.
“Conté los sobres. Había 43. Todos iban dirigidos a mi”. (pág. 137)
Cuando la infidelidad está seguida de un abandono, a veces sufren terceros, como ser los hijos. El agraviado se siente con derechos a castigar al infiel y a veces no mide las consecuencias.
“Cuando te llamé, tu padre me dijo que no podía volver […] Yo no sabía qué hacer. Tu padre me dijo que era una egoísta y que nunca volvería a poner los pies en esa casa” (pág. 141)
Querer proteger a los hijos es a veces la excusa para hacer sufrir la penitencia al tramposo. Pero el riesgo es que termina a veces sufriendo tanto o más que aquellas personas de las que se quiere proteger.
“Madre, no había tenido un ataque al corazón. Madre no había muerto. Madre había estado viva todo el tiempo […] Y Padre me había mentido sobre eso” (pág. 145).
“La cabeza me daba vueltas […] Me dolía el estómago” (pág. 145)
En base a todo lo que del tema puede decirse surge la pregunta: ¿se puede perdonar una infidelidad?
Tal vez. Todo depende de cada persona, su grado de autoestima, su sensación de dolor ante el engaño sufrido.
Fingir que todo sigue igual no es beneficioso y ahí es donde llega el momento del análisis, hay que averiguar los porqués y erradicarlos de raíz, para tratar de evitar que se repitan. Cada persona decidirá por sí mismo qué es lo que quiere hacer, siendo libre para decidir el futuro. Si se decide seguir adelante, hay que asumirlo, hacer “borrón y cuenta nueva” y esto supone que todas las emociones fueron canalizadas y se ha perdonado.
De lo contrario, es mejor darle un fin a esa relación, ya que de continuarse sería enfermante para los dos, debido a que las sospechas y las dudas jamás desaparecerán.
No todos los afectados por una infidelidad reaccionan de la misma manera. A veces los hijos, que formando parte de una pareja en conflicto, irremediablemente se ven perjudicados, no usan la misma vara para medir el grado de traición que supuestamente ocurrió. Quizás perdonan más fácilmente.
“pensé que podía irme a vivir con Madre […] Pensaba que había muerto, pero aún estaba viva […] y Padre me mintió” (pág. 168)
“y entonces me sentí contento porque podía vivir con madre” (pág. 236).
Y son los adultos, heridos en su amor propio, los que no quieren perdonar, porque simplemente no pueden hacerlo a causa de la bronca y el resentimiento.
“fuiste tú la que se largó maldita sea […] ¿Así decidiste borrarme simplemente de su vida, así, sin más?” (pág. 237)
Otras consecuencias de la infidelidad:
La separación a veces es la única manera en la que una pareja decide terminar in matrimonio. Luego de una infidelidad y el posterior abandono de uno de los cónyuges, a veces es imposible recuperar la confianza e intentar un nuevo proyecto de convivencia, por lo que, a veces, no queda más opción que separarse.
Una separación o ruptura matrimonial siempre es dolorosa. Pero a pesar de ello, es importante notar que los hijos, de todas las edades (también los más pequeños) que lo fundamental respecto a ellos no cambian y está seguro. No tiene que caber ninguna duda de que el amor de los padres hacia los hijos sigue en pié. Lo que sucedió es un asunto de adultos, exclusivamente de los padres, es un problema de ellos, y no de los hijos.
“quería explicarte por qué me había marchado” (pág. 138)
“te mando montones y montones de cariño” (pág. 144)
“¿Por qué no me escribiste, Christopher? Yo te escribí todas esas cartas” (pág. 234)
Una vez ya establecida y aceptada una separación estaría bueno establecer nuevas pautas de trato en la familia, como se vivirá, establecer horarios y días de visita, etcétera. Cuando los padres ya están seguros de que la separación es una decisión tomada e irreversible, conviene que los dos juntos y de mutuo acuerdo hablen con los hijos, y que los hijos puedan estar o visitar libremente a cada uno de los padres también es mejor.
“Pero entonces todo fue bien porque Madre encontró un trabajo […] Así que nos mudamos a una habitación en una casa grande que estaba hecha de ladrillos rojos” (pág. 259)
“Madre cogió la gripe y tuve que pasar tres días con Padre y quedarme en su casa. Pero estaba bien” (pág. 263)
CONCLUSION:
Pueden existir muchas razones por las que se producen infidelidades. Algo en la vida de la persona no marcha bien y vemos que esto puede ser producido por múltiples causas y no necesariamente es un único factor, una única causa entre las mencionadas anteriormente sino que pueden ser varias de ellas que llevan a cometer dichos actos de infidelidad.
Hemos dejado en claro que esta ruptura que se produce en el pacto entre dos personas, no solo daña a éstas que se separan, sino también a su entorno que se encuentra relacionado a dicho matrimonio y que la ruptura del mismo no solo deja a sus integrantes desligados uno con otro sino que quiebra, debilita y rompe los vínculos que estas dos personas poseen principalmente, para con sus hijos.
Mas allá de los problemas que tengan o causen, sin ser ellos los responsables de tal acto inmoral, son perjudicados enormemente por una situación de este tipo.
Generalmente se indica un deseo interno de cambio, este cambio puede lograrse teniendo en cuenta la causa, pero eso no significa que es tarea menor ni fácil de realizar. Lógicamente nadie quiere fracasar en ningún aspecto de su vida, pero las realidades no siempre acompañan al ideal de las personas y uno debe discernir y priorizar ciertas cosas para sobrellevar y mejorar otras. Y esto no es así solo en una relación matrimonial sino en cualquier relación, y en cualquier situación de la vida misma, uno elige constantemente y al elegir ciertas cosas deja de lado muchas otras. Uno con sus decisiones va trazando su propio camino.
Si nos remitimos a indagar entre las páginas de algunos diccionarios de nuestra lengua, podríamos asegurar que darle un significado a la palabra infidelidad es algo meramente sencillo de explicar y lo mismo de entender.
Encontramos que infidelidad es no cumplir con el compromiso de fidelidad, entendiéndose por la misma, al pacto que una pareja generalmente hace, al respeto que hacia dicho pacto se tiene, en el cual se deja por sentado un obvio sentimiento de exclusividad.
Aunque en realidad no es siempre tan sencillo de explicar y, la palabra infidelidad deja tras de sí un trasfondo de profundidad con múltiples causas, motivos, situaciones y consecuencias que hacen de este tema, múltiples motivos de debates y cuestionamientos.
La infidelidad no es solamente quebrar un pacto de exclusividad en una pareja, se puede además ser infiel en otras relaciones humanas, como ser la amistad.
En una pareja pueden ser múltiples las causas que originan el distanciamiento entre ambos. Aunque sigan conviviendo, a veces, es tanta la separación que existe entre dos seres, que tarde o temprano se produce la necesidad de que cada uno busque su lugar lejos del otro, para no lastimarse ni lastimar a su entorno.
ENTRE LAS POSIBLES CAUSAS ENCONTRAMOS:
Cuando se acaba el amor, cuando la relación deja de tener ese ingrediente fundamental, es un grave problema. El “capital afectivo” que es el amor es imprescindible para poder sobrellevar todos los problemas que aparecen inevitablemente en un matrimonio.
La vida cotidiana: los temas de todos los días necesitan que haya acuerdos para facilitar la convivencia. Las pequeñas desavenencias a veces se convierten en asuntos terribles cuando la pareja está en crisis.
Los hijos: la llega de los hijos es gratificante pero también tiene sus “desventajas”. El rol de madre y padre de por si es difícil cuando todo marcha bien, por lo que se deduce que si hay inconvenientes de cualquier índole se debe estar fortalecido como pareja para sostenerse uno al otro y ayudarse mutuamente.
Porque cada uno de los integrantes de la pareja es independiente a la otra y eso implica una maduración y una etapa de vida por la que se transita, además de una carga emocional que conlleva la vida misma.
Es decir las causas que pueden provocar una infidelidad pueden ser variadas y acordes a la personalidad, ánimo y sensibilidad del infiel. Pero casi siempre están basadas en un sentimiento de insatisfacción.
La insatisfacción es la sensación de que algo está faltando de que hay un vacío necesario de llenar y es eso lo que lleva al infiel a buscar qué o quién sea capaz de ocupar ese lugar.
La infidelidad surge en parte por nuestra sociedad, ya que crecemos y somos educados de tal manera que hoy resulta extraño hacer referencia a la pareja fiel. Cuando se supone que es lo éticamente correcto. Por lo contrario toman la infidelidad como un acto masivo y por tal, justificable.
Es cierto que de generación en generación se van perdiendo la moral, valores y formas de comportamiento que hacían de éste un tema inusual y hasta nefasto desde el punto de vista social y vigente en esa época.
El problema surge cuando los seres humanos en ocasiones piden cosas opuestas a lo que se esperaba, en este caso en aspectos relacionados con la pasión y el amor.
La pasión y el amor que se desvanecen con la rutina y la monotonía, llenando a la pareja de obligaciones, mala comunicación, decepciones, etc. “tu padre se enfado muchísimo conmigo y me dijo que me estaba comportando como una estúpida […] pero es que yo estaba muy alterada” (pág. 139)
Puede pasar que uno de ellos se sienta solo, aunque viva acompañado “Y Roger me conto que él y Eileen ya no estaban más enamorados desde hacia muchísimo tiempo, lo que significaba que él también se sentía solo[…]así que teníamos mucho en común” (pág. 140) entonces encuentre en una tercera esa compañía que añora alguien que lo escuche, lo comprenda, que entienda su tristeza ya sea por ser un ser humano sensible o simplemente porque está pasando una situación similar y como producto de esas situaciones puede generarse un romance. “pero yo empecé a ver a Roger a solas, porque con él podría hablar. Era la única persona con la que podía hablar de verdad. Y cuando estaba con él ya no me sentía sola” (pág. 140).
No saber manejar ciertas situaciones provoca que una persona quiera huir, aunque sea ficticiamente de la realidad y se invente otra, siendo infiel y buscando otro mundo. “quizás si las cosas hubiesen sido diferentes, si tu hubieses sido diferente, yo habría sido una mejor madre” (pág. 138) “ya no podía soportarlo más” (pág. 139)
El libro remite a un niño, Christopher protagonista de la historia con una enfermedad muy particular llamada síndrome de Asperger. Afecta el desarrollo de su cerebro, con deficiencias en su interacción social. Tiene una apariencia normal y suele ser muy inteligente, no teniendo retrasos en el aprendizaje del habla. “y me dieron los resultados de mis examen de bachiller en matemáticas, y saqué un sobresaliente, que es el mejor resultado” (pág. 263)
Sin embargo presenta problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones tienen comportamientos inadecuados “la gente me provoca confusión” (pág. 27) “el policía me agarro del brazo y me hizo poner de pie. No me gustó que me tocara de esa forma. Y entonces le pegué” (pág. 17)
Los niños afectados por el síndrome suelen fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva muchas veces, por lo que no es extraño que aprendan a leer por si solos a una edad muy precoz, si esa es el área de su atención.
“me sé todos los países del mundo y sus capitales y todos los números primos hasta el 7.507” (pág. 11)
Un niño con este síndrome también se ve afectado de manera variable en sus conexiones y habilidades sociales, posee un comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de intereses. Tienen una comprensión muy ingenua de las situaciones sociales y no suelen manipularlas para su propio beneficio. La mala adaptación que presentan en contextos sociales es fruto de un mal entendimiento y de la confusión que les crea las relaciones interpersonales.
“– Estos son algunos de mis problemas de conducta:
No hablar durante mucho tiempo.
No gustarme que me toquen.
No gustarme estar en sitios pequeños con otras personas.
Gemir.
Destrozar cosas cuando estoy enfadado o confundido.
No sonreír.
Hacer cosas estúpidas.
Negarme a usar el cepillo de dientes si alguien lo ha tocado.
Ponerme furioso cuando alguien ha movido los muebles” (pág. 66/67)
A pesar de estas dificultades, de los niños que padecen este trastorno son nobles poseen gran corazón, una bondad sin límites, son fieles, sinceros, etc. Poseen varios talentos; la gente con síndrome de Asperger a menudo tienen la habilidad de actuar, le gusta actuar de una forma que tena sentido, ve y recuerda detalles que otras personas no prestan atención, tienen una memoria extraordinaria, son buenos recordando leyes, reglas, sistemas y hechos importantes, son mejores escribiendo que hablando con la gente, porque son cuidadosos exigiendo las palabas que significan exactamente lo que quieren decir, son buenos en matemáticas y programando ordenadores, tienen un interés especial y se divierten haciendo lo mismo muchas veces, lo que la mayoría encontraría aburrido.
O sean es una enfermedad que requiere que el niño afectado posea un entorno contenedor, fuerte y consolidado.
El infiel engaña porque puede hacerlo es decir que encontró con quien “el Sr. Shears estaba casado con la Sra. Shears y vivían juntos hasta hace dos años. Entonces, el Sr. Shears se fue y no volvió. Ya no estaba más casado” (pág. 61)
Encontrar una persona sin compromisos y necesitado de afecto, siempre es una buena ocasión para elegir con quien ser infiel; si se desea serlo.
Pero esto no ocurre de la noche a la mañana. Llegar a la infidelidad es transitar un camino doloroso que se podría evitar cuando comienzan a vislumbrarse los sentimientos provocados por situaciones determinadas. Estas provocan discusiones, peleas, “madre y padre tenían muchas peleas y a veces se enfadaban muchísimo. Yo solía pensar que iban a divorciarse (pág. 66)”. Pero no siempre es sencillo divorciarse y asumir la situación, entonces, aparece la vía de escape, la opción de la infidelidad, la ocasión que la permita y esto origina curiosidad y una adrenalina nueva que no siempre le sigue la ruptura sino que conviven las dos situaciones: la pareja se mantiene y la relación paralela también.
Traición, mentira, engaño, son los sinónimos que enojan a la persona engañada. Cuando esta se entera, hay muchas formas de reaccionar pero generalmente, el amor propio del individuo en cuestión, aflora y se comporta según su personalidad.
Los efectos son devastadores y casi siempre se produce un choque emocional muy doloroso y fuerte, que llega a parecerse al odio hacia el infiel o hacia su nueva pareja elegida. “No toleraré que el nombre de ese hombre se pronuncie en nuestra casa […] porque es un hombre malo” (pág. 70)
Se destruye la confianza y quisiéramos ver muerto al ser amado, antes que en brazos de otro. Tal es la fuerza del dolor que la infidelidad provocó en ese ser humano. “tu madre murió de un ataque al corazón”. (pág. 44)
Y generalmente también, una infidelidad menoscaba la autoestima de la persona agraviada, que prefiere ocultarlo, que nadie sepa que le fueron infiel, porque quizás internamente crea que tiene algo de culpa y por lo tanto provocó en cierta medida esa situación. Se siente inferior y prefiere esconderlo. No lo han elegido y eso le hace perder seguridad y confianza en sí mismo. O para proteger a otros de ese sentimiento que a él le duele tanto, lo esconde o lo disfraza, tratando de que el otro, a quien desea proteger desconozca el verdadero motivo “- Lo hice por tu bien Christopher. De verdad que sí. Nunca pretendí mentirte […] Tan solo pensé que era mejor que no supieras” (pág. 147)
Se puede llegar a ser muy malo, y para castigar al infiel, hacer sufrir a otros, a veces seres muy queridos como los hijos, poniéndolos en el medio de una guerra feroz, usándolos como trofeos. Ahí no se miden las consecuencias y el daño hecho a quien se quiere proteger suele ser mayor que el que se recibió primero.
“Conté los sobres. Había 43. Todos iban dirigidos a mi”. (pág. 137)
Cuando la infidelidad está seguida de un abandono, a veces sufren terceros, como ser los hijos. El agraviado se siente con derechos a castigar al infiel y a veces no mide las consecuencias.
“Cuando te llamé, tu padre me dijo que no podía volver […] Yo no sabía qué hacer. Tu padre me dijo que era una egoísta y que nunca volvería a poner los pies en esa casa” (pág. 141)
Querer proteger a los hijos es a veces la excusa para hacer sufrir la penitencia al tramposo. Pero el riesgo es que termina a veces sufriendo tanto o más que aquellas personas de las que se quiere proteger.
“Madre, no había tenido un ataque al corazón. Madre no había muerto. Madre había estado viva todo el tiempo […] Y Padre me había mentido sobre eso” (pág. 145).
“La cabeza me daba vueltas […] Me dolía el estómago” (pág. 145)
En base a todo lo que del tema puede decirse surge la pregunta: ¿se puede perdonar una infidelidad?
Tal vez. Todo depende de cada persona, su grado de autoestima, su sensación de dolor ante el engaño sufrido.
Fingir que todo sigue igual no es beneficioso y ahí es donde llega el momento del análisis, hay que averiguar los porqués y erradicarlos de raíz, para tratar de evitar que se repitan. Cada persona decidirá por sí mismo qué es lo que quiere hacer, siendo libre para decidir el futuro. Si se decide seguir adelante, hay que asumirlo, hacer “borrón y cuenta nueva” y esto supone que todas las emociones fueron canalizadas y se ha perdonado.
De lo contrario, es mejor darle un fin a esa relación, ya que de continuarse sería enfermante para los dos, debido a que las sospechas y las dudas jamás desaparecerán.
No todos los afectados por una infidelidad reaccionan de la misma manera. A veces los hijos, que formando parte de una pareja en conflicto, irremediablemente se ven perjudicados, no usan la misma vara para medir el grado de traición que supuestamente ocurrió. Quizás perdonan más fácilmente.
“pensé que podía irme a vivir con Madre […] Pensaba que había muerto, pero aún estaba viva […] y Padre me mintió” (pág. 168)
“y entonces me sentí contento porque podía vivir con madre” (pág. 236).
Y son los adultos, heridos en su amor propio, los que no quieren perdonar, porque simplemente no pueden hacerlo a causa de la bronca y el resentimiento.
“fuiste tú la que se largó maldita sea […] ¿Así decidiste borrarme simplemente de su vida, así, sin más?” (pág. 237)
Otras consecuencias de la infidelidad:
La separación a veces es la única manera en la que una pareja decide terminar in matrimonio. Luego de una infidelidad y el posterior abandono de uno de los cónyuges, a veces es imposible recuperar la confianza e intentar un nuevo proyecto de convivencia, por lo que, a veces, no queda más opción que separarse.
Una separación o ruptura matrimonial siempre es dolorosa. Pero a pesar de ello, es importante notar que los hijos, de todas las edades (también los más pequeños) que lo fundamental respecto a ellos no cambian y está seguro. No tiene que caber ninguna duda de que el amor de los padres hacia los hijos sigue en pié. Lo que sucedió es un asunto de adultos, exclusivamente de los padres, es un problema de ellos, y no de los hijos.
“quería explicarte por qué me había marchado” (pág. 138)
“te mando montones y montones de cariño” (pág. 144)
“¿Por qué no me escribiste, Christopher? Yo te escribí todas esas cartas” (pág. 234)
Una vez ya establecida y aceptada una separación estaría bueno establecer nuevas pautas de trato en la familia, como se vivirá, establecer horarios y días de visita, etcétera. Cuando los padres ya están seguros de que la separación es una decisión tomada e irreversible, conviene que los dos juntos y de mutuo acuerdo hablen con los hijos, y que los hijos puedan estar o visitar libremente a cada uno de los padres también es mejor.
“Pero entonces todo fue bien porque Madre encontró un trabajo […] Así que nos mudamos a una habitación en una casa grande que estaba hecha de ladrillos rojos” (pág. 259)
“Madre cogió la gripe y tuve que pasar tres días con Padre y quedarme en su casa. Pero estaba bien” (pág. 263)
CONCLUSION:
Pueden existir muchas razones por las que se producen infidelidades. Algo en la vida de la persona no marcha bien y vemos que esto puede ser producido por múltiples causas y no necesariamente es un único factor, una única causa entre las mencionadas anteriormente sino que pueden ser varias de ellas que llevan a cometer dichos actos de infidelidad.
Hemos dejado en claro que esta ruptura que se produce en el pacto entre dos personas, no solo daña a éstas que se separan, sino también a su entorno que se encuentra relacionado a dicho matrimonio y que la ruptura del mismo no solo deja a sus integrantes desligados uno con otro sino que quiebra, debilita y rompe los vínculos que estas dos personas poseen principalmente, para con sus hijos.
Mas allá de los problemas que tengan o causen, sin ser ellos los responsables de tal acto inmoral, son perjudicados enormemente por una situación de este tipo.
Generalmente se indica un deseo interno de cambio, este cambio puede lograrse teniendo en cuenta la causa, pero eso no significa que es tarea menor ni fácil de realizar. Lógicamente nadie quiere fracasar en ningún aspecto de su vida, pero las realidades no siempre acompañan al ideal de las personas y uno debe discernir y priorizar ciertas cosas para sobrellevar y mejorar otras. Y esto no es así solo en una relación matrimonial sino en cualquier relación, y en cualquier situación de la vida misma, uno elige constantemente y al elegir ciertas cosas deja de lado muchas otras. Uno con sus decisiones va trazando su propio camino.