Crónicas de una Muerte Anunciada
En esta historia, se habla de varios temas, pero nuestro tema principal, en este caso es: La Muerte: “El día en que lo iban a matar a, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana” (Pág. 7) “[…] Los hermanos Vicario lo buscaban para matarlo” (Pág. 180).
Nuestra historia se remonta a tiempos pasados, en los cuales Santiago Nasar, hijo de una familia adinerada, una persona intuitiva, valerosa, prudente, alegre pacífico de corazón fácil, un cazador, […] un hombre acostumbrado a matar animales […]”(Pág. 18), y a manejar armas de fuego enseñado por su padre: “Aprendió desde muy niño el dominio de las armas de fuego” (Pág. 14)
Acababa de tener una noche de mujeres y alcohol. Llego a su casa y durmió aproximadamente una hora. Solo eso porque esperaba al Obispo: Una persona algo engreída, ya que Plácida Linero la madre de Santiago Nasar, una madre cuidadosa
“[…] lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía […] (Pág. 15) opinaba que el Obispo como siempre lo hacia solo saludaría desde el barco en el cual venía. Victoria Guzmán, la cocinera de la familia, esa mañana le sirvió a Santiago Nasar el desayuno, y como era habitual tuvieron una discusión, sobre su hija: Divina Flor, una persona algo montaraz.
Luego de su desayuno fue caminando hacia el puerto. En el camino pasó por la tienda de Clotilde Armenta, quien la abría. Todos sabían que iban a matarlo, especialmente ella, pero nadie opinaba.
El caso de la muerte de Santiago Nasar estaba resuelto: Por una acción violenta de Santiago Nasar contra: Ángela Vicario: Una joven atrevida, que no llego virgen al matrimonio, que era lo que en ese momento se estipulaba, fue, luego de su casamiento, devuelta por Bayardo Juan Román, quien iba dispuesto a casarse con la mujer que encontrara “Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien casarme”.
Volviendo al tema anterior, los hermanos de Ángela Vicario, Pablo y Pedro Vicario: alcohólicos: “Los hermanos Vicarios entraron a las 4:10[…] Pero Clotilde les vendió una botella de aguardiente” (Pág. 85) y con una imagen de niños inocentes: “A quien se le podía ocurrir que los gemelos iban a matar a nadie con un cuchillo” (Pág. 110)
Decidieron vengarse por lo que Santiago Nasar le había hecho a su hermana. Y para vengarse decidieron matarlo.
Cristo Bedoya, su amigo de fiestas, lo había perdido de vista hacia unos minutos, en la multitud de la plaza. Y cuando vio donde estaba, ya era demasiado tarde. Lo habían matado.
Fue delante de todos, en la puerta de su propia casa. Delante de los ojos de mil personas. Esa mañana en la que todos recibían al Obispo en el puerto.
El Túnel
Juan Pablo Castel, un pintor porteño, reconocido por sus obras “[…] , una persona tímida, y algo violento: “[…] Le agarraba los brazos como con tenazas, se los retorcía […]” (Pág.112). Se enamora de María Iribarne Hunter. Una mujer casada, aunque el no lo sabía, algo tímida: “Pero en seguida, al mirarme, se sonrojó tan intensamente que comprendí que me había reconocido” (Pág. 66). Juan Pablo no se entera de su estado civil hasta que va a su casa a buscar una carta que le había dejado María. Cuando entró se encontró con una persona no vidente: Allende, el marido, el cual fue muy respetuoso y agradable con él.
María se había ido a una estancia, donde vivía el primo de Allende, Hunter: un hombre mujeriego y cínico, alto, moreno, flaco y de mirada escurridiza, era arquitecto.
Luego de un tiempo, Juan Pablo fue a la estación Allende, en busca de María
y conoció a Mimí Allende: malvada y miope. Tenía gustos de arte distintos a los de Castel: “Cite torpemente algunos nombres: Van Gogh […]” en cambio a Mimí: “me disgusta la gente demasiado grande […]”
Estos diálogos extravagantes y confusos no sumaban nada a la desesperación de Juan Pablo, quien cegado por sus celos, desmenuza cada gesto y actitud que María tenia con su primo Hunter, su única conclusión, después de muchas idas y vueltas, fue que eran
amantes. Su corazón no soporto tamaña realidad y obligado por su orgullo y congoja decidió abandonar inesperadamente la estancia, Un simple mayordomo fue quien tomo el recado.
Sin atreverse a volver la mirada y sin evaluar la distancia, camino hasta la estación. Aguardo hasta ultimo momento que María interrumpiera en la escena, pero esto no sucedió, y el tren partió.
Preso de su desolación, ya instalado en buenos aires, recurre a las amenazas de su muerte para que María fuera ha verlo.
María acepta el encuentro, pero este debe realizarse en su casa.
Juan Pablo herido y despechado cree que ha llegado por fin el momento del encuentro, pero nada es lo que parece, se desliza por la reja de una ventana, ansioso camino por recovecos y pasillos desconocidos una luz lo guío al dormitorio de María, Lloraba, abrió la puerta, se abalanzo sobre ella la hoja del cuchillo se enterraba en su carne desgarrándola una y otra vez.El tema principal de esta historia es el amor en tiempos de venganza: "Tengo que matarte. Me has dejado solo" (pág. 194)
"Un súbito esfuerzo fortaleció mi alma y clavé muchas veces el cuchillo en su pecho y en su vientre." (Pág. 194)El lugar: el dormitorio de María. Una noche lluviosa.
En esta historia, se habla de varios temas, pero nuestro tema principal, en este caso es: La Muerte: “El día en que lo iban a matar a, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana” (Pág. 7) “[…] Los hermanos Vicario lo buscaban para matarlo” (Pág. 180).
Nuestra historia se remonta a tiempos pasados, en los cuales Santiago Nasar, hijo de una familia adinerada, una persona intuitiva, valerosa, prudente, alegre pacífico de corazón fácil, un cazador, […] un hombre acostumbrado a matar animales […]”(Pág. 18), y a manejar armas de fuego enseñado por su padre: “Aprendió desde muy niño el dominio de las armas de fuego” (Pág. 14)
Acababa de tener una noche de mujeres y alcohol. Llego a su casa y durmió aproximadamente una hora. Solo eso porque esperaba al Obispo: Una persona algo engreída, ya que Plácida Linero la madre de Santiago Nasar, una madre cuidadosa
“[…] lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía […] (Pág. 15) opinaba que el Obispo como siempre lo hacia solo saludaría desde el barco en el cual venía. Victoria Guzmán, la cocinera de la familia, esa mañana le sirvió a Santiago Nasar el desayuno, y como era habitual tuvieron una discusión, sobre su hija: Divina Flor, una persona algo montaraz.
Luego de su desayuno fue caminando hacia el puerto. En el camino pasó por la tienda de Clotilde Armenta, quien la abría. Todos sabían que iban a matarlo, especialmente ella, pero nadie opinaba.
El caso de la muerte de Santiago Nasar estaba resuelto: Por una acción violenta de Santiago Nasar contra: Ángela Vicario: Una joven atrevida, que no llego virgen al matrimonio, que era lo que en ese momento se estipulaba, fue, luego de su casamiento, devuelta por Bayardo Juan Román, quien iba dispuesto a casarse con la mujer que encontrara “Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien casarme”.
Volviendo al tema anterior, los hermanos de Ángela Vicario, Pablo y Pedro Vicario: alcohólicos: “Los hermanos Vicarios entraron a las 4:10[…] Pero Clotilde les vendió una botella de aguardiente” (Pág. 85) y con una imagen de niños inocentes: “A quien se le podía ocurrir que los gemelos iban a matar a nadie con un cuchillo” (Pág. 110)
Decidieron vengarse por lo que Santiago Nasar le había hecho a su hermana. Y para vengarse decidieron matarlo.
Cristo Bedoya, su amigo de fiestas, lo había perdido de vista hacia unos minutos, en la multitud de la plaza. Y cuando vio donde estaba, ya era demasiado tarde. Lo habían matado.
Fue delante de todos, en la puerta de su propia casa. Delante de los ojos de mil personas. Esa mañana en la que todos recibían al Obispo en el puerto.
El Túnel
Juan Pablo Castel, un pintor porteño, reconocido por sus obras “[…] , una persona tímida, y algo violento: “[…] Le agarraba los brazos como con tenazas, se los retorcía […]” (Pág.112). Se enamora de María Iribarne Hunter. Una mujer casada, aunque el no lo sabía, algo tímida: “Pero en seguida, al mirarme, se sonrojó tan intensamente que comprendí que me había reconocido” (Pág. 66). Juan Pablo no se entera de su estado civil hasta que va a su casa a buscar una carta que le había dejado María. Cuando entró se encontró con una persona no vidente: Allende, el marido, el cual fue muy respetuoso y agradable con él.
María se había ido a una estancia, donde vivía el primo de Allende, Hunter: un hombre mujeriego y cínico, alto, moreno, flaco y de mirada escurridiza, era arquitecto.
Luego de un tiempo, Juan Pablo fue a la estación Allende, en busca de María
y conoció a Mimí Allende: malvada y miope. Tenía gustos de arte distintos a los de Castel: “Cite torpemente algunos nombres: Van Gogh […]” en cambio a Mimí: “me disgusta la gente demasiado grande […]”
Estos diálogos extravagantes y confusos no sumaban nada a la desesperación de Juan Pablo, quien cegado por sus celos, desmenuza cada gesto y actitud que María tenia con su primo Hunter, su única conclusión, después de muchas idas y vueltas, fue que eran
amantes. Su corazón no soporto tamaña realidad y obligado por su orgullo y congoja decidió abandonar inesperadamente la estancia, Un simple mayordomo fue quien tomo el recado.
Sin atreverse a volver la mirada y sin evaluar la distancia, camino hasta la estación. Aguardo hasta ultimo momento que María interrumpiera en la escena, pero esto no sucedió, y el tren partió.
Preso de su desolación, ya instalado en buenos aires, recurre a las amenazas de su muerte para que María fuera ha verlo.
María acepta el encuentro, pero este debe realizarse en su casa.
Juan Pablo herido y despechado cree que ha llegado por fin el momento del encuentro, pero nada es lo que parece, se desliza por la reja de una ventana, ansioso camino por recovecos y pasillos desconocidos una luz lo guío al dormitorio de María, Lloraba, abrió la puerta, se abalanzo sobre ella la hoja del cuchillo se enterraba en su carne desgarrándola una y otra vez.El tema principal de esta historia es el amor en tiempos de venganza: "Tengo que matarte. Me has dejado solo" (pág. 194)
"Un súbito esfuerzo fortaleció mi alma y clavé muchas veces el cuchillo en su pecho y en su vientre." (Pág. 194)El lugar: el dormitorio de María. Una noche lluviosa.