El coronel no tiene quien le escriba.
Hacía cincuenta y seis años que había terminado la guerra civil en Colombia.
El coronel vivía con su esposa, que era asmática, en una casa muy humilde en las afueras del pueblo. Su hijo Agustín había muerto acribillado en la gallera, hacía nueve meses, en el mes de enero y lo único que les había dejado como herencia, era un gallo. Estaban muy mal económicamente y hacía quince años que el coronel esperaba recibir una pensión como veterano de guerra.
En esa época, el pueblo vivía en toque de queda porque Colombia, luego de la guerra civil, estaba bajo la represión y censura del gobierno.
Durante todos esos años, todos los viernes el coronel se dirigía al puerto para esperar la lancha del correo. Pero nunca recibía ninguna carta. Siempre se encontraba allí con el médico del pueblo que atendía a su esposa por el asma.
Éste siempre le daba periódicos clandestinos en un sobre, para que el coronel se enterara de las últimas noticias en Colombia y Europa.
Al coronel y su esposa sólo le quedaban cincuenta centavos. Por momentos, pensaban en matar al gallo para comerlo, pero después se arrepentían. En la casa, sólo quedaba un reloj y un cuadro para vender y todavía faltaban tres meses para las riñas de gallo, donde pudieran ganar algo de dinero con las apuestas.
Como no tenían novedades sobre la pensión, decidieron cambiar de abogado y escribieron una carta al gobierno, demandando la pensión.
El coronel le ofreció a los amigos de Agustín, el gallo como regalo. Estos aceptaron alimentar al gallo hasta el momento de las riñas porque se dieron cuenta que el coronel no tenía los medios para hacerlo.
Un día, el coronel se encontró con su compadre Don Sabas, quien le dijo que vendiera el gallo, que podría sacar unos novecientos pesos por él. El coronel lo pensó y cuando volvió a lo de Don Sabas, éste le comentó que un cliente estaba dispuesto a pagar cuatrocientos pesos por él. El coronel aceptó igualmente y recibió setenta pesos de adelanto, porque Don Sabas estaba saliendo de viaje, en ese momento.
Como todos los viernes, el coronel fue hasta el pueblo por la esperada carta.
De paso, llegó hasta la gallera para ver los entrenamientos del gallo. Cuando lo vió, se acercó para tocarlo y sintió que todo el público ovacionaba al gallo.
El coronel sentía que el pueblo había despertado otra vez, después de muchos años.
Completamente emocionado, decidió no venderlo y llevárselo de vuelta a casa.
Cuando llegó, su esposa comenzó a reprocharle que comerían entonces que el gallo estaba de vuelta. Ella pensaba que todos tenían su vida asegurada y ellos seguían muertos de hambre. Que la vida había sido injusta con ellos. Él había dado su vida por la patria y el gobierno nunca lo había reconocido ni valorado.
En cambio, el coronel por primera vez en su vida, se sentía libre, pleno e invencible. Ya no quería escucharla más y le respondió: ….MIERDA.
Recursos estilísticos.
Sinestesia:
Tengo los huesos húmedos. (Pág.4)
Era un hombre árido, de huesos sólidos, articulados a tuerca y tornillo. (Pág.6)
Estaba rodeado de rostros herméticos. (Pág. 23)
Personificación:
… a través del minucioso cuchicheo y los sombríos olores del invierno. (Pag.11)
América del Sur es un hombre de bigotes con una guitarra y un revólver. (Pág.16)
…sordo resentimiento. (Pág. 18)
Animización:
Su traje de lino exhalaba un hálito de frescura. (Pág. 12)
El cielo se hizo profundo (Pág. 7)
Metáfora:
El trató de doblegar con un peine de cuerno, las cerdas color de acero. (Pág. 6)
…cubierto de rizos charolados. (Pág. 10)
Estás en el hueso pelado. (Pág. 21)
No lo hubiera sorprendido la mala hora. (Pág. 22)
Hipérbaton:
En el fondo, bajo una guitarra colgada de un clavo, una muchacha pegaba botones. (Pág. 23)
Progresión:
Se sintió puro, explícito, invencible, con una pureza absoluta en el momento de responder. (Pág.43)
Enumeración:
…lanzaron gritos de alabanza, de gratitud y despedida. (Pág. 7)
Poliptoton:
Si quiere, hablamos la semana entrante, compadre (…usted me había hablado de novecientos pesos) (Pág.34)
Antítesis:
Nos estamos pudriendo vivos. (Pág. 5)
Repicar, pero sin campanas. (Pág. 26)
Paralelismo y Anáfora:
Se dieron los buenos días. Se sentaron a desayunar en silencio. (Pág. 41)
Núcleo Resumidor:
Así es la vida. Así es. (Pág. 27)
Elución:
Ella celebró la ocurrencia. (la de llevarle al coronel Buendía, muchachitas para enrazar.) (Pág.28)
Pregunta Retórica:
Y mientras tanto que comemos. (Pág. 22)
Leiv Motiev:
El coronel no tiene quien le escriba. (Pág.16)
Comparación:
Debo parecer un papagayo. (Pág. 6)
Octubre es como tener animales en las tripas. (Pág.
Hacía cincuenta y seis años que había terminado la guerra civil en Colombia.
El coronel vivía con su esposa, que era asmática, en una casa muy humilde en las afueras del pueblo. Su hijo Agustín había muerto acribillado en la gallera, hacía nueve meses, en el mes de enero y lo único que les había dejado como herencia, era un gallo. Estaban muy mal económicamente y hacía quince años que el coronel esperaba recibir una pensión como veterano de guerra.
En esa época, el pueblo vivía en toque de queda porque Colombia, luego de la guerra civil, estaba bajo la represión y censura del gobierno.
Durante todos esos años, todos los viernes el coronel se dirigía al puerto para esperar la lancha del correo. Pero nunca recibía ninguna carta. Siempre se encontraba allí con el médico del pueblo que atendía a su esposa por el asma.
Éste siempre le daba periódicos clandestinos en un sobre, para que el coronel se enterara de las últimas noticias en Colombia y Europa.
Al coronel y su esposa sólo le quedaban cincuenta centavos. Por momentos, pensaban en matar al gallo para comerlo, pero después se arrepentían. En la casa, sólo quedaba un reloj y un cuadro para vender y todavía faltaban tres meses para las riñas de gallo, donde pudieran ganar algo de dinero con las apuestas.
Como no tenían novedades sobre la pensión, decidieron cambiar de abogado y escribieron una carta al gobierno, demandando la pensión.
El coronel le ofreció a los amigos de Agustín, el gallo como regalo. Estos aceptaron alimentar al gallo hasta el momento de las riñas porque se dieron cuenta que el coronel no tenía los medios para hacerlo.
Un día, el coronel se encontró con su compadre Don Sabas, quien le dijo que vendiera el gallo, que podría sacar unos novecientos pesos por él. El coronel lo pensó y cuando volvió a lo de Don Sabas, éste le comentó que un cliente estaba dispuesto a pagar cuatrocientos pesos por él. El coronel aceptó igualmente y recibió setenta pesos de adelanto, porque Don Sabas estaba saliendo de viaje, en ese momento.
Como todos los viernes, el coronel fue hasta el pueblo por la esperada carta.
De paso, llegó hasta la gallera para ver los entrenamientos del gallo. Cuando lo vió, se acercó para tocarlo y sintió que todo el público ovacionaba al gallo.
El coronel sentía que el pueblo había despertado otra vez, después de muchos años.
Completamente emocionado, decidió no venderlo y llevárselo de vuelta a casa.
Cuando llegó, su esposa comenzó a reprocharle que comerían entonces que el gallo estaba de vuelta. Ella pensaba que todos tenían su vida asegurada y ellos seguían muertos de hambre. Que la vida había sido injusta con ellos. Él había dado su vida por la patria y el gobierno nunca lo había reconocido ni valorado.
En cambio, el coronel por primera vez en su vida, se sentía libre, pleno e invencible. Ya no quería escucharla más y le respondió: ….MIERDA.
Recursos estilísticos.
Sinestesia:
Tengo los huesos húmedos. (Pág.4)
Era un hombre árido, de huesos sólidos, articulados a tuerca y tornillo. (Pág.6)
Estaba rodeado de rostros herméticos. (Pág. 23)
Personificación:
… a través del minucioso cuchicheo y los sombríos olores del invierno. (Pag.11)
América del Sur es un hombre de bigotes con una guitarra y un revólver. (Pág.16)
…sordo resentimiento. (Pág. 18)
Animización:
Su traje de lino exhalaba un hálito de frescura. (Pág. 12)
El cielo se hizo profundo (Pág. 7)
Metáfora:
El trató de doblegar con un peine de cuerno, las cerdas color de acero. (Pág. 6)
…cubierto de rizos charolados. (Pág. 10)
Estás en el hueso pelado. (Pág. 21)
No lo hubiera sorprendido la mala hora. (Pág. 22)
Hipérbaton:
En el fondo, bajo una guitarra colgada de un clavo, una muchacha pegaba botones. (Pág. 23)
Progresión:
Se sintió puro, explícito, invencible, con una pureza absoluta en el momento de responder. (Pág.43)
Enumeración:
…lanzaron gritos de alabanza, de gratitud y despedida. (Pág. 7)
Poliptoton:
Si quiere, hablamos la semana entrante, compadre (…usted me había hablado de novecientos pesos) (Pág.34)
Antítesis:
Nos estamos pudriendo vivos. (Pág. 5)
Repicar, pero sin campanas. (Pág. 26)
Paralelismo y Anáfora:
Se dieron los buenos días. Se sentaron a desayunar en silencio. (Pág. 41)
Núcleo Resumidor:
Así es la vida. Así es. (Pág. 27)
Elución:
Ella celebró la ocurrencia. (la de llevarle al coronel Buendía, muchachitas para enrazar.) (Pág.28)
Pregunta Retórica:
Y mientras tanto que comemos. (Pág. 22)
Leiv Motiev:
El coronel no tiene quien le escriba. (Pág.16)
Comparación:
Debo parecer un papagayo. (Pág. 6)
Octubre es como tener animales en las tripas. (Pág.