OJOS DE PERRO SIBERIANO
Ver cambiar a tus padres de un día al otro sin saber por qué. Luego encontrar la razón que era preferible no saberla.
Un niño aplicado, de pelo castaño y ojos marrones (“Yo tengo la combinación inversa; el pelo castaño de mi padre y los ojos marrones de mi madre” P.14 “Seguí dedicándome al colegio, al estudio y a los libros” Cap. XXXIX) se enfrenta a la difícil tarea de aceptar la enfermedad de su hermano mayor, Ezequiel, la cual es negada por sus padres. Ezequiel, era un muchacho morocho de ojos claros (“Pelo negro como el de mi madre, y los ojos azules como los de el” P.14) era un amante de la literatura, le gustaba tocar el chelo, había abandonado su casa a los 18 para irse a vivir a un departamento en San Isidro, desempleado, el orgullo de sus padres. (“Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años” P.9 “De San Isidro a Palermo” P.27 “En su trabajo se enteraron de su enfermedad y lo echaron” P.90 “De repente se levantó y trajo el chelo.” Cap. XXV; “Mi hermano había sido su orgullo, el primogénito y el primer nieto de la familia” P.14 “Ezequiel era un gran lector” P.104)
Su padre, una persona corpulenta, de mirada terrible y ojos azules, malhumorada, ausente, autoritario, amante de la música clásica y los deportes (“Mi padre es, […] corpulento. Tiene una mirada terrible, una de esas miradas que bastan para que uno se sienta en inferioridad de condiciones.” “Que enfocara en mi sus ojos azules asesinos”.[i] P.13 [i]“Papá, con el buen humor que lo caracteriza (estoy siendo irónico)” P.24 “El que sí me miro, y cómo, fue mi padre. […]. -Andá a tu cuarto- me dijo.” P. 20 “Fue el pilar en el San Isidro Club en su juventud” P.13 “Me sometía a largas sesiones de música clásica. Mi padre amaba esa música, en especial a Wagner” P.42 “Cuando Ezequiel murió, papá estaba de viaje de negocios” P.115) al igual que su mujer, no querían aceptar la enfermedad de su hijo, por eso la negaban, trataban de no hablar de el, y de evitar que sus hijos se vieran. (“Mis padres como siempre, se empeñaron a hacer de cuenta que nada sucedía.” “Mis padres, al no poder evitar la evidencia de que Ezequiel se iba a morir, tuvieron que inventarle una enfermedad.” P.113 “Cuando preguntaba por Ezequiel me contestaban que estaba estudiando, o con alguna de esas evasivas tan típicas de mi familia”. P.15).
Por su parte, el pequeño adolecente, notaba actitudes raras en su familia (“Mi madre había descuidado su jardín, algo que se notaba a simple vista. Y mi padre… bueno, su malhumor superaba todo lo imaginado” P.26), por eso decidió averiguar qué era lo que sucedía. Para eso le pidió ayuda a su amigo de toda la vida, Mariano (“Con Mariano estuvimos juntos desde jardín” P.19)
Él se dirigió hacia el departamento de su hermano, mientras su amigo lo cubría.
Al llegar al departamento pudo observar un hermoso perro, su nombre era Sacha, un perro siberiano, con características diferentes a cualquier otro, tenía ojos marrones, y una gran importancia en la vida de Ezequiel. (“Cuando abrió a puerta del departamento saltó sobre mi un enorme perro siberiano” P. 30“Uno de los motivos porque quiero tanto a este perro es por sus ojos. Desde que estoy enfermo la gente me mira de distinta manera. En los ojos de algunos veo temor, en los de otros, intolerancia. En los de la abuela veo lástima. En los de papá enojo y vergüenza. En los de mama miedo y reproche. En tus ojos curiosidad y misterio, a menos que creas que mi enfermedad no tiene nada que ver con que estemos juntos en este momento. Los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro. En los ojos de Sacha” P.94/95)
Poco a poco fueron ganando confianza, y Ezequiel, le contó a su hermano que tenía SIDA.
Su relación era impedida por sus padres, pero su abuela, la única persona que podía “manejar” a su padre, la que estaba siempre estaba junto a su nieto Ezequiel (“Yo lo veo seguido, al menos una vez por semana” P.48 “Mi abuela lo toleró un buen rato hasta que le contestó […]” P.46) fue la persona que hizo que la relación entre ellos se fortalezca.
Luego de aproximadamente un año el destino les pego una mala jugada. (“Ezequiel en el cajón parecía más solo todavía” P.115 La historia comienza cuando el protagonista comienza el colegio; y termina, luego de pasar navidad y año nuevo, cuando vuelve a comenzar el colegio.)
Esta novela, nos ayuda a comprender el amor de las personas a pesar de todo obstáculo. (“Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no es más que eso: Asomar la cabeza, para ver qué pasa fuera, aunque haya tormenta” P.135)
CAMPOS DE FRESA
La historia basada en hechos reales “Campos de fresa” nos enseña la fuerza que puede haber cuando uno tiene ganas de vivir.
Una noche, como tantas otras, un grupo de amigos, Ana, Loreto, Cinta, Máximo, Santi, Raúl, Luciana, Paco fueron a bailar a un conocido boliche llamado Pandora’s. Uno de ellos, Raúl decidió comparar drogas: el eva. Instantáneamente Luciana, una chica de dieciocho años, jugadora de ajedrez (P.24/62), sufrió un golpe de calor, lo cual la dejó en coma por 2 días.
Esta noticia, hizo entristecer y preocupar, a sus amigos, a su novio Eloy, a sus papas y hermana: el señor y la señora salas y Norma, su hermana menor. (P.14).
A todo esto, llega al hospital el Inspector Espinós, Vicente Espinós, un hombre con voz ruda, dispuesto a encontrar a la persona que le había vendido esas pastillas y a encontrar una de ellas, para poderla analizar de que estaba hecha.
A su vez, Cinta, una adolecente de estatura media, atractiva, de pelo largo, ojos grandes, labios pequeños, de mucho carácter; Santiago, de cabello corto con la cara llena de espinillas; Máximo, con densa cabellera rizada de color negro (P.21), y Eloy decidieron ir en busca de el Mosca, o mejor dicho Poli García, un hombre de unos treinta años, vulgar, bajo de cabello negro y corto y nariz aguileña (P.156/30).
El inspector, realizó un “allanamiento” en la casa de Poli, pero ya era tarde, porque Eulalia Rodríguez Espartero, la dueña del alojamiento donde se encontraba este, la había avisado que venían por él, entonces él escapó, y se dirigió a hablar con su jefe de todo lo que estaba pasando. Pero Vicente pudo encontrar una libreta de la Mosca, donde se encontraban registrados los boliches a los cuales iría a vender drogas ese fin de semana. (P.89/90)
Simultáneamente, Eloy iba en busca de Raúl (P.108), el más fiestero de todos los amigos, que seguramente, él sabría donde se encontraba Poli.
Mientras tanto en el Hospital Clínico, apareció un periodista, Mariano Zapata, que quería averiguar todo sobre el tema, por eso fue a hablar con Espinos (P.42). Como no logra conseguir información, se dirige al bar del Hospital, donde se encuentra con la Norma, y allí logra conseguir un poco de información. Supone que es lo suficiente, pero no se detiene y va en busca de más: una foto. Entonces entró cuidadosamente a la habitación de Luciana, y tomó la fotografía. La llevó al estudio y armó la noticia para publicarla en el diario.
Durante el tiempo que Eloy estaba en busca de Raúl, ella estaba allí, Loreto hablando con su amiga, aunque ella no la podía oir ni ver. Loreto le rogaba que viva, que sin ella no seguía, porque ella era una de las pocas personas que le daba aliento para terminar con su enfermedad que casi la lleva a la muerte: la bulimia. A causa de esto Loreto, tenia los dedos sin uñas, llenos de callosidades, sus dientes estaban con las encías descarnadas, colgando como racimos de uva seca, tenía el cabello débil, la piel seca y la pelvis salida. (P.59).
Eloy y sus amigos logran localizar al Mosca, al igual que el Inspector, sin saber, terminan yendo al mismo boliche con el mismo propósito.
El mosca se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, y salió corriendo hacia el exterior del boliche donde se encontraba vendiendo la droga, entonces Cinta lo comenzó a perseguir, aunque sus fuerzas no le daban y decide ir a paso más lento, pero Espinos y su ayudante Lorenzo Roca, un joven alto y de ojos saltones, logran divisarlo y comienzan a perseguirlo. Luego de una larga corrida, Poli, resbaló, y se cayó contra el piso, provocando su muerte. El inspector y Eloy, se dieron cuenta que las pastillas se habían caído por la alcantarilla, pero de repente llegó Cinta con una sonrisa en su cara porque, había podido encontrar una de las drogas. (P.152/155/156/160/162)
Finalmente, en el tercer día de internación Luciana despierta de su estado de coma, gracias a haber ganado en su imaginación una partida de ajedrez. (P.163/166)
LOS VECINOS MUEREN EN LAS NOVELAS
John Bland, un vecino social, escritor de novelas policiales, irlandés (“Tenía la costumbre de presentarse a sus vecinos” P.5 “No se le ocurría nada para escribir” P.7 “Era irlandés sin duda” P. 13), se muda a un campo a las afueras de Chipping Campden, junto a su esposa Anne. Ella tenía a su padre enfermo, por esa razón, el mismo día de la mudanza, vuelve a Londres a cuidar a su papá. (“Es papá, acaba de llamar, el… no durmió bien. No me gustó el tono de su voz, yo… lo siento. Realmente lo siento John, pero necesito ir a verlo” P.6)
Su mujer se fue, entonces él decidió ir a la casa de su vecina a presentarse. Muy amablemente ella le abre la puerta y lo hace pasar. Su nombre era Emma Greenwold. Ella le ofrece un té y unos scons.
Comienzan a charlar y él le comenta que es escritor de novelas policiales y ella le dice que es una fanática de ese tipo de novelas. Él le comentó que no tenía ninguna idea para su próxima novela, entonces ella se ofreció a contarle una. (P.13)
En 1954 la señora tomó un tren que partía de King's Cross a Edimburgo. Cuando se termina de ubicar en uno de los vagones del tren, ve a una muchacha llorando en el otro costado del vagón. Era joven, de cara pálida y algo ancha y vulgar (P.16). Emma le pregunto si le sucedía algo y la joven le contó que un hombre la quería matar, porque ella había visto desde la ventana de a casa donde trabajaba a un hombre maduro, bajo y casi calvo haciendo movimientos extraños, lo cual ella creyó que era un asesinato, entonces rápidamente se dirigió hacia la estación de trenes para tomar el tren, y desde su ventanilla, logró volver a ese hombre, y que ese hombre estaba allí en ese tren. La joven le contó que ella se llamaba Julie (P.17/19/20/26).
Entonces Greenwold le propuso que ella iría a recorrer el tren, en busca del hombre, mientras ella esperaría adentro del baño, y hasta que ella no vuelva y le toque tres veces la puerta, no saldría. (P. 34)
La señora recorre todos los vagones, pero lo único que encuentra es un hombre rubio, un hombre transformado por la guerra, un sacerdote sentado, una mujer con un bebe en brazos y otra mujer con dos hijos discutiendo (P. 37, 41). Regresa en busca de Julie y le comenta lo que vió, aunque ella continuó llorando (P. 42). Emma le propuso dormir y no hablar más del tema, pero ella le dijo que seguía sintiendo que esa persona la miraba. (P.42/43)
Al llegar a Edimburgo, Greenwold baja rápidamente del tren dejando a Julie allí dentro. (P. 48)
John escuchaba atentamente la historia, aunque no le parecía muy creible (“¿Acaso esa vieja le había visto cara de idiota? No solo pretendía hacerle creer el cuento del tren” P. 51). Entonces decide contarle la historia de su próxima novela, que en realidad era su propia historia pero le agregó unos de detalles: Él mataría a su vecina y a su esposa, por serle infiel. (P. 58/59/60/61/62/64/65/66)
La señora Greenwold la escuchó atentamente, mientras le servía una taza más de té. Y comenzó nuevamente, ella, a contar la historia que había “inventado” sobre lo que había sucedido antes de lo del tren.
La historia se situaba en Londres, donde una mujer algo solitaria, se había sentado en una plaza de Berkeley Street. De repente, ve a un hombre. Fue amor a primera vista. Él era Robert Barnes. El hombre estaba casado con una mujer no muy bonita, pero rica y alcohólica llamada Helen, Robert era un pintor mediocre, que era mantenido por su esposa.
La joven y Barnes tenían una relación a escondidas, hasta que un día ella se cansó y obligó a su amante a declararle todo a su mujer. Como él no le contaba, fue la mujer y le contó todo a Helen.
La mujer loca, mató a Helen y la dejó tirada en la bañadera haciendo simular, una caída en al bañadera.
Robert limpió toda evidencia cuando vió que desde la casa de enfrente alguien lo observaba. Rápidamente fue a contarle a su amante, y ambos comenzaron a seguir a la joven de la casa de enfrente.
Robert, vió a la joven arriba de uno de los trenes, y ella también lo vió. Entonces su amante, compró unos boletos para el mismo tren, y ordenó a Barnes a volver a la casa y llamar a la policía, contando lo que había sucedido “supuestamente”.
La mujer subió al mismo vagón que la joven y ella le pregunto por qué estaba llorando, y Emma volvió a relatar lo mismo que antes.
Al otro día la amante de Robert se despertó y vio a Julie durmiendo. Apoyo sus dos manos sobre la nuca descubierta y presiono ligeramente, la había matado.
Cuando el tren llego a destino, salió del tren corriendo.
John creía que la Sra. Greenwold era una escritora. Ella creía que el era un asesino, por eso le dijo “¿qué otro argumento podría relatar un asesino, más que su propio plan para matarme?”.
Emma le confesó a John, que ella era la que había matado a Helen y a Julie, y luego a Robert, ya que este no había llamado a la policía y podría declarar en contra de ella. También le dijo a John que en su taza de té había puesto sales de bario, que era un veneno. John salió corriendo directo a su casa. Cuando llegó las puertas estaban cerradas y las ventanas también. Finalmente se dejó caer paralizado, por efecto de ese té. No intento moverse y cerró los ojos, y rogó que todo aquello fuese sólo una novela.