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    Seis problemas para Don Isidro Parodi- Borges; Casares

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    Lautaro Cucurella


    Posts : 2
    Join date : 22/05/2010

    Seis problemas para Don Isidro Parodi- Borges; Casares Empty Seis problemas para Don Isidro Parodi- Borges; Casares

    Post  Lautaro Cucurella Sun Aug 22, 2010 3:50 pm

    Las doce figuras del
    mundo









    Este cuento trata sobre un hombre, Aquiles Molinari llega a
    la celda 273 de la penitenciaría, donde residía Don Isidro Parodi, un hombre
    encarcelado por un crimen que el no había cometido.


    Molinari conocido en los diarios por que lo acusaban de
    homicidio procedió a contarle la historia a Parodi…


    El había conocido al doctor Abenjaldún en una radio.
    Abenjaldún pertenecía a una secta de
    drusos y daba una “fiesta” en su “quinta papal” el domingo, quería que Molinari
    se una a ellos, pero tenía que pasar una prueba muy difícil y tenía que
    prepararse, tres días a té solo y recordar los doce signos del zodíaco en orden, como están en el
    almanaque Bristol.


    El día de la prueba en el tren siguió estudiándose los doce
    signos.


    Abenjaldún le explica la prueba “[…] tú no buscaras cuatro
    objetos mágicos, buscaras a los cuatro maestros, estarán tapados pero tu
    corazón sabrá cual es cual. Siempre repitiendo las doce figuras yo te ordenaré
    que traigas a Yusuf… y así hasta el cuarto […]”.


    Molinari hizo exactamente lo pedido hasta el tercero, el
    cuarto lo busco Abenjaldún porque lo veía muy cansado. Esa prueba la había
    superado pero tenía que superarse a una prueba dificilísima. “[…] Te vendaremos
    los ojos, pondremos en tu mano derecha esta larga caña, y nos ocultaremos, las
    doce figuras te guiaran, te confiamos el curso de ellas, si no alteras el orden
    nuestros destinos y el del mundo seguirán el curso prefijado, si tu imaginación
    se equivoca si después de la Balanza imaginas al León y no el Escorpión, el
    maestro que buscas perecerá y el mundo conocerá la amenaza del agua y del fuego
    […]”.


    Primero encontró a Abenjaldún. Luego en la secretaría oyó un
    grito, pero el no se había equivocado con las figuras.


    Al ver a Abenjaldún con sangre en la boca y su caña también
    pensó que por un momento se había equivocado en los signos y lo mató.


    El cuento termina en que Isidro Parodi le dice que el
    tesorero fue quien lo mató y luego para que justificar la desaparición de los
    libros incendio toso.










    Recursos de estilo:





    Enumeración:“[…] El Capricornio, el Acuario, los Peces, el Carnero, el Toro […]”
    Página 15.






    “[…] El Carnero, el Toro, los Gemelos, el Cangrejo, el León, la Virgen,
    la Balanza, el Escorpión, el Sagitario, el Capricornio, el Acuario, los Peces
    […]” Página 31.





    En este cuento el recurso que más se repite claramente es la
    enumeración, porque repite los 12 signos del zodiaco en varias ocasiones.
















    Las noches de
    Goliadkin






    Gervasio Montenegro, actor conocido a partir de estar
    acusado de robo y asesinato, se dirige a la Penitenciaría.


    El periodista Aquiles Molinari lo había publicado en el
    diario y había logrado esta visita irregular al detective Isidro Parodi, en su
    celda.


    Allí, Montenegro le cuenta cómo fueron los hechos (Parodi
    había leído la versión del periodista en el diario para quería conocer la
    versión del actor).


    Va enumerando las personas con las que compartió un viaje en
    el tren “Panamericano”, volviendo de Bolivia a Buenos Aires: Goliadkin (israelí
    o ruso o judío, traficante de diamantes), una mujer (Puffendorf Duvernois), un
    poeta catamarqueño (Bibiloni), un sacerdote (Brown).


    Goliadkin le cuenta que había tenido un romance con una
    princesa, y que le había robado un diamante, que tenía un defecto. Esto había
    pasado hacía 20 años y seguía escapándose (venía de Àfrica, de Brasil, de
    Bolivia) y buscando a la princesa para devolvérselo. Le habían dicho que estaba
    en Argentina, por eso estaba yendo hacia allá.


    Los hechos que suceden: la repentina desaparición del poeta,
    una partida de poker entre Montenegro y Goliadkin en la que éste apuesta el
    diamante y lo pierde, Goliadkin atacado y arrojado del tren, Montenegro acusado
    por los otros pasajeros de ser el asesino.





    A la semana, Montenegro vuelve a la Penitenciaría y Parodi
    le propone contarle una historia: la de un cochero que se enamoró de una
    princesa rusa, y le robó un brillante.


    Después se arrepintió, pero por la revolución habían quedado
    separados y anduvo por África, Brasil, Bolivia... escapando de ladrones y
    buscando a la princesa en Argentina para devolvérselo. En el tren viajaron
    ladrones disfrazados (de sacerdote, de provinciano…) Y viajaba un actor, que no
    detectó a los disfrazados, ya que siempre estaba entre disfrazados, por su
    profesión, y que sin querer les fue arruinando los planes de robarle el
    diamante…


    El detective le demostró cómo fue que Goliadkin apostó el
    diamante para que quedara en sus manos (de Montenegro) y así salvarlo, sabiendo
    que a él lo matarían. El diamante ya estaba en manos de su dueña.





    Recursos de Estilo:


    Comparación: “[…] Caí como un trompo en
    la litera […]” Página 52.


    Sinestesia:
    “[…] El cielo se hizo inmenso […]” Página 49.






    Enumeración:
    “[…] Bajo el benéfico derroche solar, los postes, los alambrados, los cardos,
    lloraron de alegría […]” Página 49.









    El dios de los toros





    Montenegro le recomienda a Carlos Anglada (escritor, autor
    de Las Pagodas Seniles) que visite a Isidro Parodi.


    El le cuenta que en su Chalet de
    Vicente López, en su escritorio tenía una caja que encerraba un paquete de
    cartas.


    Anglada se mandaba cartas con Mariana Ruiz Villalba de Muñagorri.


    El 14 de Agosto le abre invita a su casa a escritores y
    suscriptores de Probeta.


    Ya a las 2 a.m.
    cuando el último se hubo retirado, Formento le hecho un balde de agua en la
    cara. Igual lo llevo hasta Saavedra en su auto.


    Una semana después Montenegro visita a Don Isidro y le
    cuenta lo nervioso que estaba Anglada cuando lo fue a ver. Y el plan de ir a
    pasar unos días a la cabaña de Muñagorri.


    Días después, José Formento visita a Parodi y le cuenta los
    hechos ocurridos en la cabaña. Allí estaban: Montenegro, Muñagorri, Anglada,
    Mariana, una institutriz, el bebé.


    La tarde del crimen, Formento intentaba leer en su
    habitación cuando oyó un grito: Mariana
    había descubierto a su esposo Muñagorri muerto por un puñal(el cuchillito del
    hijo) mientras observaba una desfile de toros.


    Días más tarde visitan a Parodi la señora de Muñagorri y la
    institutriz. La primera le cuenta los hechos: su esposo y Montenegro habían
    estado discutiendo sobre literatura la noche anterior. El día del asesinato
    Anglada la invito a caminar pero ella prefirió leer, pero antes quiso verlo a
    su esposo y lo encontró muerto.


    Parodi comienza a contarles la resolución del crimen:
    primero llego un “pavote” diciéndole que había perdido unas cartas pero no le
    creyó. Cuando estaban en el chalet, Formento vio el cuchillo del nene tirado,
    comprendió que era la hora; subió a la terraza y apuñalo a Muñagorri por la
    espalda, los peones no lo vieron porque estaban distraídos con los toros.









    Recursos de Estilo:





    Poliptoton: “[…]
    No creo, y no creeré que un encarcelado es persona indicada para resolver enigmas
    policiales […]” Página so.













    Las previsiones de
    Sangiácomo






    La historia
    comienza con la visita de Carlos Anglada, y su esposa Mariana a la celda 237
    del recluso Don Isidro Parodi para pedirle ayuda sobre la muerte de Julia Ruiz
    Villalba; Pumita para los de su clase. Ella es la hermana de Mariana Ruiz
    Villalba.


    Días más tarde
    Don Isidro es visitado por Ricardo Sangiácomo que le cuenta que su vida ya no
    es la misma desde la muerte de su novia.


    La siguiente
    persona que visita a Parodi es Mario Bonfanti, empleado de Ricardo.


    Le comentó que
    Sangiácomo acaba de morir y las sospechas de la policía recaen sobre el.


    El le relata los
    últimos días de Ricardo. Luego regresa a la penitenciaría y le lee la carta que
    él había escrito antes de suicidarse.


    Los autores van narrando todas las visitas que recibe Parodi, las
    mismas le van aportando información de lo sucedido.



    La historia termina con la visita de Mario Bonfanti y
    Gervasio Montenegro un año después de lo hechos. Don Isidro Parodi procede a
    explicarle el enigma de la muerte de Pumita y el suicidio de Sangiácomo: A
    pumita le cambian las pastillas para dormir por cianuro, al saber que ella se
    había enterado del plan.


    Ricardo sabiendo que estaba muy enfermo y que toda su vida
    había sido falsa. El se creía gran cosa pero todo había sido gracias a su
    padre.





    Recursos de Estilo:









    Enumeración: “[…] Se afirman los
    parques, los viveros, los invernáculos, el observatorio, los jardines, la
    pileta, las jaulas de los animales, el acuario subterráneo, las dependencias,
    el gimnasio […]” Página 82.





    “[…] El alfabetismo, la maffia, la intemperie, una fe ciega en el
    porvenir de la Patria […]”Página 82.





    Este recurso es el más utilizado en este cuento porque caracteriza
    enumerando.





    Metáfora: “[…] El revolver,
    caliente aún, custodiaba su eterno sueño.
    […]”Página 102.








    La víctima de Tadeo Limardo





    Relata la visita de Savastano, quien viene a pedirle ayuda a
    Parodi para dirimir el “hecho de sangre” ocurrido en el Hotel El Nuevo
    Imperial, donde él vive.


    Comparte la habitación con Simón
    Fainberg. El Hotel es manejado por el dueño y una pareja - socios recientes,
    venido el hombre de La Pampa, llamado
    Zarlenga. Ella se llama Juana Musante.


    Savastano le cuenta a Parodi cómo
    fue que Tadeo Limardo llegó al Hotel, sus características y forma de vida, la
    cual despertaba sospechas en Savastano. Limardo no tenía dinero para pagar, con
    lo cual comenzó a ayudar en la contabilidad del Hotel. En un momento se supo
    que el dueño había querido echarlo pero que Zarlenga se había opuesto. Savastano
    sospechaba que había sido al revés: Zarlenga lo había querido echar. Pero de a
    poco, Limardo iba haciendo cada vez más tareas del Hotel.


    Un día, Zarlenga y su esposa pelearon.
    Limardo convocó a todos los pensionistas y dio un discurso a favor de los
    matrimonios unidos y les pidió que se reconciliaran y se dieran un beso. La
    mujer reaccionó y también Zarlenga, quien lo echó del Hotel. Sin embargo, al
    día siguiente el propio Limardo despertó a Savastano, porque a último momento
    Zarlenga lo dejó quedarse, en el lugar donde se guardan las escobas y el
    kerosene. Días después, a raiz de un “chisme” que Savastano llevó a Zarlenga
    (que Limardo tenía un arma), Zarlenga le ordena entregárselo, a esto se negó
    Limardo, y al rato estaba muerto, en la cama de Savastano.


    Días después, Savastano vuelve con
    Zarlenga a la celda de Parodi. En esta ocasión, Parodi les da su versión
    esclareciendo el asesinato: Zarlenga le había quitado la esposa (Juana Musante)
    a Limardo, a quien Zarlenga disfrutaba humillándolo en el Hotel. Hasta que
    Limardo contó a otros pensionistas que tenía un revolver para matarlo… Juana
    Musante ese domingo lo vio entrar a la habitación (donde Zarlenga no estaba) y
    lo atacó y lo mató, logrando así Limardo
    su objetivo ya que el revólver era para suicidarse. Por eso aceptaba las
    humillaciones, para enojarse y tener la valentía de matarse.





    Recursos de Estilo:


    Elución: “[...] Columna mercurial […]” Página 119.


    “[…] Ola tórrida […]” Página 119.


    En este caso la elución es la más utilizada.











    La prolongada busca
    de Tai An






    Shu Tung, agregado cultural de la
    embajada china, visita a Isidro Parodi en su celda. Dice haber consultado ya a
    Montenegro, quien espía la conversación y luego entra también a la celda.


    Se refiere al robo del talismán
    hace diecinueve años, al que se le atribuyen la sabiduría y la magia. Cuenta
    que el jefe de los sacerdotes le pidio a Tai An que lo recuperara. Su sistema
    era escuchando con su oreja sobre la tierra y detectaba los pasos del ladrón, a
    quien ubicó en una ciudad de occidente. Después de viajar mucho y pasar por
    muchas situaciones, llegó a Montevideo y de allí a Buenos Aires. Tuvo una
    carbonería y luego una fábrica de biombos, mientras seguía buscando la joya. Un
    día defiende a otro hombre chino que estaba en la calle y lo lleva a su casa de
    la calle Dean Funes: era Fang She, llegado a Buenos Aires un año antes que el
    mago. En esa casa vivía Madame Hsin. El otro personaje es el socio de Tai An:
    Nemirovsky.


    Un día se produjo un incendio en
    esa casa; y luego del incendio, se enemistaron entre ellos. Días después, Fang
    She, que había quedado viviendo en esa casa, le dice a Shu Tung que estaba por
    volverse a China, pero que no le dijera nada a su salvador, Tai An. Pero se lo
    cuenta, de todas maneras. Tai An fue presuroso a la casa de la calle Dean
    Funes, pero ya no estaba Fang She; pero estaba Nemirovsky, que ya no vivía
    allí.


    El 15 de octubre Shu Tung fue
    llevado por la policía y se enteró que Nemirovsky había encontrado el cadáver
    del mago en la casa donde sólo vivía Fang She después del incendio, el mismo
    día que había partido de Buenos Aires. Lo apresaron en Montevideo.


    Cuatro meses después, es Fang She
    el que visita a Parodi. Éste le da su propia versión del asesinato, muy
    diferente a la que había contado Shu Tung. El talismán estaba escondido en la
    casa incendiada, y fue recuperado por Fang She, asesinando a Tai An y
    colocándoselo en su boca, para que al ser trasladado su cadáver a China, la
    joya regresara finalmente a su lugar.





    Recursos de Estilo:


    Comparación: “[…] No fue advertida por
    los negligentes vecinos que dormían como una rectilínea biblioteca de libros
    clásicos […]” Página 166.


    Sinestesia: “[…] En el encendido verano […]” Página 166


    Utiliza reiteradamente las comparaciones.

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