Las doce figuras del
mundo
Este cuento trata sobre un hombre, Aquiles Molinari llega a
la celda 273 de la penitenciaría, donde residía Don Isidro Parodi, un hombre
encarcelado por un crimen que el no había cometido.
Molinari conocido en los diarios por que lo acusaban de
homicidio procedió a contarle la historia a Parodi…
El había conocido al doctor Abenjaldún en una radio.
Abenjaldún pertenecía a una secta de
drusos y daba una “fiesta” en su “quinta papal” el domingo, quería que Molinari
se una a ellos, pero tenía que pasar una prueba muy difícil y tenía que
prepararse, tres días a té solo y recordar los doce signos del zodíaco en orden, como están en el
almanaque Bristol.
El día de la prueba en el tren siguió estudiándose los doce
signos.
Abenjaldún le explica la prueba “[…] tú no buscaras cuatro
objetos mágicos, buscaras a los cuatro maestros, estarán tapados pero tu
corazón sabrá cual es cual. Siempre repitiendo las doce figuras yo te ordenaré
que traigas a Yusuf… y así hasta el cuarto […]”.
Molinari hizo exactamente lo pedido hasta el tercero, el
cuarto lo busco Abenjaldún porque lo veía muy cansado. Esa prueba la había
superado pero tenía que superarse a una prueba dificilísima. “[…] Te vendaremos
los ojos, pondremos en tu mano derecha esta larga caña, y nos ocultaremos, las
doce figuras te guiaran, te confiamos el curso de ellas, si no alteras el orden
nuestros destinos y el del mundo seguirán el curso prefijado, si tu imaginación
se equivoca si después de la Balanza imaginas al León y no el Escorpión, el
maestro que buscas perecerá y el mundo conocerá la amenaza del agua y del fuego
[…]”.
Primero encontró a Abenjaldún. Luego en la secretaría oyó un
grito, pero el no se había equivocado con las figuras.
Al ver a Abenjaldún con sangre en la boca y su caña también
pensó que por un momento se había equivocado en los signos y lo mató.
El cuento termina en que Isidro Parodi le dice que el
tesorero fue quien lo mató y luego para que justificar la desaparición de los
libros incendio toso.
Recursos de estilo:
Enumeración:“[…] El Capricornio, el Acuario, los Peces, el Carnero, el Toro […]”
Página 15.
“[…] El Carnero, el Toro, los Gemelos, el Cangrejo, el León, la Virgen,
la Balanza, el Escorpión, el Sagitario, el Capricornio, el Acuario, los Peces
[…]” Página 31.
En este cuento el recurso que más se repite claramente es la
enumeración, porque repite los 12 signos del zodiaco en varias ocasiones.
Las noches de
Goliadkin
Gervasio Montenegro, actor conocido a partir de estar
acusado de robo y asesinato, se dirige a la Penitenciaría.
El periodista Aquiles Molinari lo había publicado en el
diario y había logrado esta visita irregular al detective Isidro Parodi, en su
celda.
Allí, Montenegro le cuenta cómo fueron los hechos (Parodi
había leído la versión del periodista en el diario para quería conocer la
versión del actor).
Va enumerando las personas con las que compartió un viaje en
el tren “Panamericano”, volviendo de Bolivia a Buenos Aires: Goliadkin (israelí
o ruso o judío, traficante de diamantes), una mujer (Puffendorf Duvernois), un
poeta catamarqueño (Bibiloni), un sacerdote (Brown).
Goliadkin le cuenta que había tenido un romance con una
princesa, y que le había robado un diamante, que tenía un defecto. Esto había
pasado hacía 20 años y seguía escapándose (venía de Àfrica, de Brasil, de
Bolivia) y buscando a la princesa para devolvérselo. Le habían dicho que estaba
en Argentina, por eso estaba yendo hacia allá.
Los hechos que suceden: la repentina desaparición del poeta,
una partida de poker entre Montenegro y Goliadkin en la que éste apuesta el
diamante y lo pierde, Goliadkin atacado y arrojado del tren, Montenegro acusado
por los otros pasajeros de ser el asesino.
A la semana, Montenegro vuelve a la Penitenciaría y Parodi
le propone contarle una historia: la de un cochero que se enamoró de una
princesa rusa, y le robó un brillante.
Después se arrepintió, pero por la revolución habían quedado
separados y anduvo por África, Brasil, Bolivia... escapando de ladrones y
buscando a la princesa en Argentina para devolvérselo. En el tren viajaron
ladrones disfrazados (de sacerdote, de provinciano…) Y viajaba un actor, que no
detectó a los disfrazados, ya que siempre estaba entre disfrazados, por su
profesión, y que sin querer les fue arruinando los planes de robarle el
diamante…
El detective le demostró cómo fue que Goliadkin apostó el
diamante para que quedara en sus manos (de Montenegro) y así salvarlo, sabiendo
que a él lo matarían. El diamante ya estaba en manos de su dueña.
Recursos de Estilo:
Comparación: “[…] Caí como un trompo en
la litera […]” Página 52.
Sinestesia:
“[…] El cielo se hizo inmenso […]” Página 49.
Enumeración:
“[…] Bajo el benéfico derroche solar, los postes, los alambrados, los cardos,
lloraron de alegría […]” Página 49.
El dios de los toros
Montenegro le recomienda a Carlos Anglada (escritor, autor
de Las Pagodas Seniles) que visite a Isidro Parodi.
El le cuenta que en su Chalet de
Vicente López, en su escritorio tenía una caja que encerraba un paquete de
cartas.
Anglada se mandaba cartas con Mariana Ruiz Villalba de Muñagorri.
El 14 de Agosto le abre invita a su casa a escritores y
suscriptores de Probeta.
Ya a las 2 a.m.
cuando el último se hubo retirado, Formento le hecho un balde de agua en la
cara. Igual lo llevo hasta Saavedra en su auto.
Una semana después Montenegro visita a Don Isidro y le
cuenta lo nervioso que estaba Anglada cuando lo fue a ver. Y el plan de ir a
pasar unos días a la cabaña de Muñagorri.
Días después, José Formento visita a Parodi y le cuenta los
hechos ocurridos en la cabaña. Allí estaban: Montenegro, Muñagorri, Anglada,
Mariana, una institutriz, el bebé.
La tarde del crimen, Formento intentaba leer en su
habitación cuando oyó un grito: Mariana
había descubierto a su esposo Muñagorri muerto por un puñal(el cuchillito del
hijo) mientras observaba una desfile de toros.
Días más tarde visitan a Parodi la señora de Muñagorri y la
institutriz. La primera le cuenta los hechos: su esposo y Montenegro habían
estado discutiendo sobre literatura la noche anterior. El día del asesinato
Anglada la invito a caminar pero ella prefirió leer, pero antes quiso verlo a
su esposo y lo encontró muerto.
Parodi comienza a contarles la resolución del crimen:
primero llego un “pavote” diciéndole que había perdido unas cartas pero no le
creyó. Cuando estaban en el chalet, Formento vio el cuchillo del nene tirado,
comprendió que era la hora; subió a la terraza y apuñalo a Muñagorri por la
espalda, los peones no lo vieron porque estaban distraídos con los toros.
Recursos de Estilo:
Poliptoton: “[…]
No creo, y no creeré que un encarcelado es persona indicada para resolver enigmas
policiales […]” Página so.
Las previsiones de
Sangiácomo
La historia
comienza con la visita de Carlos Anglada, y su esposa Mariana a la celda 237
del recluso Don Isidro Parodi para pedirle ayuda sobre la muerte de Julia Ruiz
Villalba; Pumita para los de su clase. Ella es la hermana de Mariana Ruiz
Villalba.
Días más tarde
Don Isidro es visitado por Ricardo Sangiácomo que le cuenta que su vida ya no
es la misma desde la muerte de su novia.
La siguiente
persona que visita a Parodi es Mario Bonfanti, empleado de Ricardo.
Le comentó que
Sangiácomo acaba de morir y las sospechas de la policía recaen sobre el.
El le relata los
últimos días de Ricardo. Luego regresa a la penitenciaría y le lee la carta que
él había escrito antes de suicidarse.
Los autores van narrando todas las visitas que recibe Parodi, las
mismas le van aportando información de lo sucedido.
La historia termina con la visita de Mario Bonfanti y
Gervasio Montenegro un año después de lo hechos. Don Isidro Parodi procede a
explicarle el enigma de la muerte de Pumita y el suicidio de Sangiácomo: A
pumita le cambian las pastillas para dormir por cianuro, al saber que ella se
había enterado del plan.
Ricardo sabiendo que estaba muy enfermo y que toda su vida
había sido falsa. El se creía gran cosa pero todo había sido gracias a su
padre.
Recursos de Estilo:
Enumeración: “[…] Se afirman los
parques, los viveros, los invernáculos, el observatorio, los jardines, la
pileta, las jaulas de los animales, el acuario subterráneo, las dependencias,
el gimnasio […]” Página 82.
“[…] El alfabetismo, la maffia, la intemperie, una fe ciega en el
porvenir de la Patria […]”Página 82.
Este recurso es el más utilizado en este cuento porque caracteriza
enumerando.
Metáfora: “[…] El revolver,
caliente aún, custodiaba su eterno sueño.
[…]”Página 102.
La víctima de Tadeo Limardo
Relata la visita de Savastano, quien viene a pedirle ayuda a
Parodi para dirimir el “hecho de sangre” ocurrido en el Hotel El Nuevo
Imperial, donde él vive.
Comparte la habitación con Simón
Fainberg. El Hotel es manejado por el dueño y una pareja - socios recientes,
venido el hombre de La Pampa, llamado
Zarlenga. Ella se llama Juana Musante.
Savastano le cuenta a Parodi cómo
fue que Tadeo Limardo llegó al Hotel, sus características y forma de vida, la
cual despertaba sospechas en Savastano. Limardo no tenía dinero para pagar, con
lo cual comenzó a ayudar en la contabilidad del Hotel. En un momento se supo
que el dueño había querido echarlo pero que Zarlenga se había opuesto. Savastano
sospechaba que había sido al revés: Zarlenga lo había querido echar. Pero de a
poco, Limardo iba haciendo cada vez más tareas del Hotel.
Un día, Zarlenga y su esposa pelearon.
Limardo convocó a todos los pensionistas y dio un discurso a favor de los
matrimonios unidos y les pidió que se reconciliaran y se dieran un beso. La
mujer reaccionó y también Zarlenga, quien lo echó del Hotel. Sin embargo, al
día siguiente el propio Limardo despertó a Savastano, porque a último momento
Zarlenga lo dejó quedarse, en el lugar donde se guardan las escobas y el
kerosene. Días después, a raiz de un “chisme” que Savastano llevó a Zarlenga
(que Limardo tenía un arma), Zarlenga le ordena entregárselo, a esto se negó
Limardo, y al rato estaba muerto, en la cama de Savastano.
Días después, Savastano vuelve con
Zarlenga a la celda de Parodi. En esta ocasión, Parodi les da su versión
esclareciendo el asesinato: Zarlenga le había quitado la esposa (Juana Musante)
a Limardo, a quien Zarlenga disfrutaba humillándolo en el Hotel. Hasta que
Limardo contó a otros pensionistas que tenía un revolver para matarlo… Juana
Musante ese domingo lo vio entrar a la habitación (donde Zarlenga no estaba) y
lo atacó y lo mató, logrando así Limardo
su objetivo ya que el revólver era para suicidarse. Por eso aceptaba las
humillaciones, para enojarse y tener la valentía de matarse.
Recursos de Estilo:
Elución: “[...] Columna mercurial […]” Página 119.
“[…] Ola tórrida […]” Página 119.
En este caso la elución es la más utilizada.
La prolongada busca
de Tai An
Shu Tung, agregado cultural de la
embajada china, visita a Isidro Parodi en su celda. Dice haber consultado ya a
Montenegro, quien espía la conversación y luego entra también a la celda.
Se refiere al robo del talismán
hace diecinueve años, al que se le atribuyen la sabiduría y la magia. Cuenta
que el jefe de los sacerdotes le pidio a Tai An que lo recuperara. Su sistema
era escuchando con su oreja sobre la tierra y detectaba los pasos del ladrón, a
quien ubicó en una ciudad de occidente. Después de viajar mucho y pasar por
muchas situaciones, llegó a Montevideo y de allí a Buenos Aires. Tuvo una
carbonería y luego una fábrica de biombos, mientras seguía buscando la joya. Un
día defiende a otro hombre chino que estaba en la calle y lo lleva a su casa de
la calle Dean Funes: era Fang She, llegado a Buenos Aires un año antes que el
mago. En esa casa vivía Madame Hsin. El otro personaje es el socio de Tai An:
Nemirovsky.
Un día se produjo un incendio en
esa casa; y luego del incendio, se enemistaron entre ellos. Días después, Fang
She, que había quedado viviendo en esa casa, le dice a Shu Tung que estaba por
volverse a China, pero que no le dijera nada a su salvador, Tai An. Pero se lo
cuenta, de todas maneras. Tai An fue presuroso a la casa de la calle Dean
Funes, pero ya no estaba Fang She; pero estaba Nemirovsky, que ya no vivía
allí.
El 15 de octubre Shu Tung fue
llevado por la policía y se enteró que Nemirovsky había encontrado el cadáver
del mago en la casa donde sólo vivía Fang She después del incendio, el mismo
día que había partido de Buenos Aires. Lo apresaron en Montevideo.
Cuatro meses después, es Fang She
el que visita a Parodi. Éste le da su propia versión del asesinato, muy
diferente a la que había contado Shu Tung. El talismán estaba escondido en la
casa incendiada, y fue recuperado por Fang She, asesinando a Tai An y
colocándoselo en su boca, para que al ser trasladado su cadáver a China, la
joya regresara finalmente a su lugar.
Recursos de Estilo:
Comparación: “[…] No fue advertida por
los negligentes vecinos que dormían como una rectilínea biblioteca de libros
clásicos […]” Página 166.
Sinestesia: “[…] En el encendido verano […]” Página 166
Utiliza reiteradamente las comparaciones.
mundo
Este cuento trata sobre un hombre, Aquiles Molinari llega a
la celda 273 de la penitenciaría, donde residía Don Isidro Parodi, un hombre
encarcelado por un crimen que el no había cometido.
Molinari conocido en los diarios por que lo acusaban de
homicidio procedió a contarle la historia a Parodi…
El había conocido al doctor Abenjaldún en una radio.
Abenjaldún pertenecía a una secta de
drusos y daba una “fiesta” en su “quinta papal” el domingo, quería que Molinari
se una a ellos, pero tenía que pasar una prueba muy difícil y tenía que
prepararse, tres días a té solo y recordar los doce signos del zodíaco en orden, como están en el
almanaque Bristol.
El día de la prueba en el tren siguió estudiándose los doce
signos.
Abenjaldún le explica la prueba “[…] tú no buscaras cuatro
objetos mágicos, buscaras a los cuatro maestros, estarán tapados pero tu
corazón sabrá cual es cual. Siempre repitiendo las doce figuras yo te ordenaré
que traigas a Yusuf… y así hasta el cuarto […]”.
Molinari hizo exactamente lo pedido hasta el tercero, el
cuarto lo busco Abenjaldún porque lo veía muy cansado. Esa prueba la había
superado pero tenía que superarse a una prueba dificilísima. “[…] Te vendaremos
los ojos, pondremos en tu mano derecha esta larga caña, y nos ocultaremos, las
doce figuras te guiaran, te confiamos el curso de ellas, si no alteras el orden
nuestros destinos y el del mundo seguirán el curso prefijado, si tu imaginación
se equivoca si después de la Balanza imaginas al León y no el Escorpión, el
maestro que buscas perecerá y el mundo conocerá la amenaza del agua y del fuego
[…]”.
Primero encontró a Abenjaldún. Luego en la secretaría oyó un
grito, pero el no se había equivocado con las figuras.
Al ver a Abenjaldún con sangre en la boca y su caña también
pensó que por un momento se había equivocado en los signos y lo mató.
El cuento termina en que Isidro Parodi le dice que el
tesorero fue quien lo mató y luego para que justificar la desaparición de los
libros incendio toso.
Recursos de estilo:
Enumeración:“[…] El Capricornio, el Acuario, los Peces, el Carnero, el Toro […]”
Página 15.
“[…] El Carnero, el Toro, los Gemelos, el Cangrejo, el León, la Virgen,
la Balanza, el Escorpión, el Sagitario, el Capricornio, el Acuario, los Peces
[…]” Página 31.
En este cuento el recurso que más se repite claramente es la
enumeración, porque repite los 12 signos del zodiaco en varias ocasiones.
Las noches de
Goliadkin
Gervasio Montenegro, actor conocido a partir de estar
acusado de robo y asesinato, se dirige a la Penitenciaría.
El periodista Aquiles Molinari lo había publicado en el
diario y había logrado esta visita irregular al detective Isidro Parodi, en su
celda.
Allí, Montenegro le cuenta cómo fueron los hechos (Parodi
había leído la versión del periodista en el diario para quería conocer la
versión del actor).
Va enumerando las personas con las que compartió un viaje en
el tren “Panamericano”, volviendo de Bolivia a Buenos Aires: Goliadkin (israelí
o ruso o judío, traficante de diamantes), una mujer (Puffendorf Duvernois), un
poeta catamarqueño (Bibiloni), un sacerdote (Brown).
Goliadkin le cuenta que había tenido un romance con una
princesa, y que le había robado un diamante, que tenía un defecto. Esto había
pasado hacía 20 años y seguía escapándose (venía de Àfrica, de Brasil, de
Bolivia) y buscando a la princesa para devolvérselo. Le habían dicho que estaba
en Argentina, por eso estaba yendo hacia allá.
Los hechos que suceden: la repentina desaparición del poeta,
una partida de poker entre Montenegro y Goliadkin en la que éste apuesta el
diamante y lo pierde, Goliadkin atacado y arrojado del tren, Montenegro acusado
por los otros pasajeros de ser el asesino.
A la semana, Montenegro vuelve a la Penitenciaría y Parodi
le propone contarle una historia: la de un cochero que se enamoró de una
princesa rusa, y le robó un brillante.
Después se arrepintió, pero por la revolución habían quedado
separados y anduvo por África, Brasil, Bolivia... escapando de ladrones y
buscando a la princesa en Argentina para devolvérselo. En el tren viajaron
ladrones disfrazados (de sacerdote, de provinciano…) Y viajaba un actor, que no
detectó a los disfrazados, ya que siempre estaba entre disfrazados, por su
profesión, y que sin querer les fue arruinando los planes de robarle el
diamante…
El detective le demostró cómo fue que Goliadkin apostó el
diamante para que quedara en sus manos (de Montenegro) y así salvarlo, sabiendo
que a él lo matarían. El diamante ya estaba en manos de su dueña.
Recursos de Estilo:
Comparación: “[…] Caí como un trompo en
la litera […]” Página 52.
Sinestesia:
“[…] El cielo se hizo inmenso […]” Página 49.
Enumeración:
“[…] Bajo el benéfico derroche solar, los postes, los alambrados, los cardos,
lloraron de alegría […]” Página 49.
El dios de los toros
Montenegro le recomienda a Carlos Anglada (escritor, autor
de Las Pagodas Seniles) que visite a Isidro Parodi.
El le cuenta que en su Chalet de
Vicente López, en su escritorio tenía una caja que encerraba un paquete de
cartas.
Anglada se mandaba cartas con Mariana Ruiz Villalba de Muñagorri.
El 14 de Agosto le abre invita a su casa a escritores y
suscriptores de Probeta.
Ya a las 2 a.m.
cuando el último se hubo retirado, Formento le hecho un balde de agua en la
cara. Igual lo llevo hasta Saavedra en su auto.
Una semana después Montenegro visita a Don Isidro y le
cuenta lo nervioso que estaba Anglada cuando lo fue a ver. Y el plan de ir a
pasar unos días a la cabaña de Muñagorri.
Días después, José Formento visita a Parodi y le cuenta los
hechos ocurridos en la cabaña. Allí estaban: Montenegro, Muñagorri, Anglada,
Mariana, una institutriz, el bebé.
La tarde del crimen, Formento intentaba leer en su
habitación cuando oyó un grito: Mariana
había descubierto a su esposo Muñagorri muerto por un puñal(el cuchillito del
hijo) mientras observaba una desfile de toros.
Días más tarde visitan a Parodi la señora de Muñagorri y la
institutriz. La primera le cuenta los hechos: su esposo y Montenegro habían
estado discutiendo sobre literatura la noche anterior. El día del asesinato
Anglada la invito a caminar pero ella prefirió leer, pero antes quiso verlo a
su esposo y lo encontró muerto.
Parodi comienza a contarles la resolución del crimen:
primero llego un “pavote” diciéndole que había perdido unas cartas pero no le
creyó. Cuando estaban en el chalet, Formento vio el cuchillo del nene tirado,
comprendió que era la hora; subió a la terraza y apuñalo a Muñagorri por la
espalda, los peones no lo vieron porque estaban distraídos con los toros.
Recursos de Estilo:
Poliptoton: “[…]
No creo, y no creeré que un encarcelado es persona indicada para resolver enigmas
policiales […]” Página so.
Las previsiones de
Sangiácomo
La historia
comienza con la visita de Carlos Anglada, y su esposa Mariana a la celda 237
del recluso Don Isidro Parodi para pedirle ayuda sobre la muerte de Julia Ruiz
Villalba; Pumita para los de su clase. Ella es la hermana de Mariana Ruiz
Villalba.
Días más tarde
Don Isidro es visitado por Ricardo Sangiácomo que le cuenta que su vida ya no
es la misma desde la muerte de su novia.
La siguiente
persona que visita a Parodi es Mario Bonfanti, empleado de Ricardo.
Le comentó que
Sangiácomo acaba de morir y las sospechas de la policía recaen sobre el.
El le relata los
últimos días de Ricardo. Luego regresa a la penitenciaría y le lee la carta que
él había escrito antes de suicidarse.
Los autores van narrando todas las visitas que recibe Parodi, las
mismas le van aportando información de lo sucedido.
La historia termina con la visita de Mario Bonfanti y
Gervasio Montenegro un año después de lo hechos. Don Isidro Parodi procede a
explicarle el enigma de la muerte de Pumita y el suicidio de Sangiácomo: A
pumita le cambian las pastillas para dormir por cianuro, al saber que ella se
había enterado del plan.
Ricardo sabiendo que estaba muy enfermo y que toda su vida
había sido falsa. El se creía gran cosa pero todo había sido gracias a su
padre.
Recursos de Estilo:
Enumeración: “[…] Se afirman los
parques, los viveros, los invernáculos, el observatorio, los jardines, la
pileta, las jaulas de los animales, el acuario subterráneo, las dependencias,
el gimnasio […]” Página 82.
“[…] El alfabetismo, la maffia, la intemperie, una fe ciega en el
porvenir de la Patria […]”Página 82.
Este recurso es el más utilizado en este cuento porque caracteriza
enumerando.
Metáfora: “[…] El revolver,
caliente aún, custodiaba su eterno sueño.
[…]”Página 102.
La víctima de Tadeo Limardo
Relata la visita de Savastano, quien viene a pedirle ayuda a
Parodi para dirimir el “hecho de sangre” ocurrido en el Hotel El Nuevo
Imperial, donde él vive.
Comparte la habitación con Simón
Fainberg. El Hotel es manejado por el dueño y una pareja - socios recientes,
venido el hombre de La Pampa, llamado
Zarlenga. Ella se llama Juana Musante.
Savastano le cuenta a Parodi cómo
fue que Tadeo Limardo llegó al Hotel, sus características y forma de vida, la
cual despertaba sospechas en Savastano. Limardo no tenía dinero para pagar, con
lo cual comenzó a ayudar en la contabilidad del Hotel. En un momento se supo
que el dueño había querido echarlo pero que Zarlenga se había opuesto. Savastano
sospechaba que había sido al revés: Zarlenga lo había querido echar. Pero de a
poco, Limardo iba haciendo cada vez más tareas del Hotel.
Un día, Zarlenga y su esposa pelearon.
Limardo convocó a todos los pensionistas y dio un discurso a favor de los
matrimonios unidos y les pidió que se reconciliaran y se dieran un beso. La
mujer reaccionó y también Zarlenga, quien lo echó del Hotel. Sin embargo, al
día siguiente el propio Limardo despertó a Savastano, porque a último momento
Zarlenga lo dejó quedarse, en el lugar donde se guardan las escobas y el
kerosene. Días después, a raiz de un “chisme” que Savastano llevó a Zarlenga
(que Limardo tenía un arma), Zarlenga le ordena entregárselo, a esto se negó
Limardo, y al rato estaba muerto, en la cama de Savastano.
Días después, Savastano vuelve con
Zarlenga a la celda de Parodi. En esta ocasión, Parodi les da su versión
esclareciendo el asesinato: Zarlenga le había quitado la esposa (Juana Musante)
a Limardo, a quien Zarlenga disfrutaba humillándolo en el Hotel. Hasta que
Limardo contó a otros pensionistas que tenía un revolver para matarlo… Juana
Musante ese domingo lo vio entrar a la habitación (donde Zarlenga no estaba) y
lo atacó y lo mató, logrando así Limardo
su objetivo ya que el revólver era para suicidarse. Por eso aceptaba las
humillaciones, para enojarse y tener la valentía de matarse.
Recursos de Estilo:
Elución: “[...] Columna mercurial […]” Página 119.
“[…] Ola tórrida […]” Página 119.
En este caso la elución es la más utilizada.
La prolongada busca
de Tai An
Shu Tung, agregado cultural de la
embajada china, visita a Isidro Parodi en su celda. Dice haber consultado ya a
Montenegro, quien espía la conversación y luego entra también a la celda.
Se refiere al robo del talismán
hace diecinueve años, al que se le atribuyen la sabiduría y la magia. Cuenta
que el jefe de los sacerdotes le pidio a Tai An que lo recuperara. Su sistema
era escuchando con su oreja sobre la tierra y detectaba los pasos del ladrón, a
quien ubicó en una ciudad de occidente. Después de viajar mucho y pasar por
muchas situaciones, llegó a Montevideo y de allí a Buenos Aires. Tuvo una
carbonería y luego una fábrica de biombos, mientras seguía buscando la joya. Un
día defiende a otro hombre chino que estaba en la calle y lo lleva a su casa de
la calle Dean Funes: era Fang She, llegado a Buenos Aires un año antes que el
mago. En esa casa vivía Madame Hsin. El otro personaje es el socio de Tai An:
Nemirovsky.
Un día se produjo un incendio en
esa casa; y luego del incendio, se enemistaron entre ellos. Días después, Fang
She, que había quedado viviendo en esa casa, le dice a Shu Tung que estaba por
volverse a China, pero que no le dijera nada a su salvador, Tai An. Pero se lo
cuenta, de todas maneras. Tai An fue presuroso a la casa de la calle Dean
Funes, pero ya no estaba Fang She; pero estaba Nemirovsky, que ya no vivía
allí.
El 15 de octubre Shu Tung fue
llevado por la policía y se enteró que Nemirovsky había encontrado el cadáver
del mago en la casa donde sólo vivía Fang She después del incendio, el mismo
día que había partido de Buenos Aires. Lo apresaron en Montevideo.
Cuatro meses después, es Fang She
el que visita a Parodi. Éste le da su propia versión del asesinato, muy
diferente a la que había contado Shu Tung. El talismán estaba escondido en la
casa incendiada, y fue recuperado por Fang She, asesinando a Tai An y
colocándoselo en su boca, para que al ser trasladado su cadáver a China, la
joya regresara finalmente a su lugar.
Recursos de Estilo:
Comparación: “[…] No fue advertida por
los negligentes vecinos que dormían como una rectilínea biblioteca de libros
clásicos […]” Página 166.
Sinestesia: “[…] En el encendido verano […]” Página 166
Utiliza reiteradamente las comparaciones.