El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias
Alumno: Fabián Parlakian 3º D
Profesora: Alejandra Giacomazzi
Tema: Poder Político
El Señor Presidente, es una novela de Miguel Ángel Asturias en la que en una ciudad que no especifica (Tampoco el tiempo) y había una dictadura, ejercida por el Señor Presidente Constitucional de la República que su figura es omnipresente en todas partes. Todos temían a lo que les podía pasar, ya que era impredecible la reacción del Auditor de Guerra o del Señor Presidente, que todo lo justificaban como crimen político (Terror del Pueblo). Además habían muchas muertes sin razón, ya que al ser un delito político no tenia perdón (La Ley es superior a los hombres, salvo que el Señor Presidente lo indulte), también podía ser un “Revolucionario” y era considerado traición al Señor Presidente (Muertes), y al estar presos, eran interrogados por el Auditor de Guerra, que luego le informaba al Presidente, y si decían la verdad, el Auditor no lo creía y quería que mientan para culpar a un inocente, y para lograrlo, utilizaba la fuerza (Injusticia, desconocían los derechos del ciudadano y Maldad). Como en toda Dictadura, por las calles habían gendarmes y era muy común verlos maltratar a ciudadanos acusándolos de delitos políticos. La sociedad estaba dividida en Clase Alta, Clase Baja y Mendigos.
Todo empieza en un lugar llamado “El portal del señor”, donde se mantenían los pordioseros y entre ellos estaban el Mosco (Ciego y no tenía piernas), el Viuda (Mulato degenerado), Patahueca (Amigo del Pelele y remedaba al borracho), el Pelele, que también le decían el idiota. El Pelele se irritaba cada vez que decían la palabra “madre”, y una vez un coronel llamado José Parrales Sonriente “El hombre de la Mulita” lo fue a despertar gritándole esta palabra, el mendigo, responde furioso le entierra los dedos en los ojos, le hace pedazos la nariz a dentelladas y le golpea las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte. Después del asesinato el Pelele huye (“El Pelele escapo por las calles en tiniebla […] paroxismo”), la policía llega al lugar y se lleva a todos los pordioseros para que testifiquen (“Los pordioseros que iban capturando […] muerte”) y son obligados a decir una mentira que inculpaba al General Eusebio Canales y al Licenciado Abel Carvajal (“¡Fue el idiota! […]¡Mentira!”), que luego iría a juicio y muere ejecutado (“Una, dos, tres, […] nueve descargas siguieron. […] Su marido tuvo la dicha de morir en la primera descarga”), su mujer estaba desolada, por el asesinato. El Mosco se niega a testificar mentiras, culpando al Pelele y es asesinado por el Auditor de Guerra que usaba anteojos de miope (“Niegue entonces que fue el Pelele. De acuerdo, macho lerdo, el Pelele fue… ¡Imbeecil!” […] Al soltar la cuerda, el cadáver del Mosco cayó a plomo como péndulo roto).
El Pelele es encontrado por Miguel Cara de Ángel y un leñador y este es llevado a un pueblo por ellos (“El leñador abandonó al herido al llegar a las primeras casas”). Cara de Ángel (Hombre de toda confianza del Presidente, era bello y malo como Satán) también llamado “El Favorito” le da la noticia al Presidente que siempre vestía de luto riguroso, tenía bigotes canos peinados sobre las comisuras de los labios, disimulaba las encías sin dientes, tenía los carrillos pellejudos y los párpados como pellizcados (“Mil excusas […] tuve que ayudar a un leñatero con un herido que recogió de la basura”) y el le ordena que ayude a escapar al General Eusebio Canales pues no le conviene a su gobierno que una figura como Canales sea enviado a las baterías (“Las autoridades […] la captura de ese pícaro de Eusebio Canales”). Cara de Ángel le advierte a Camila al salir del Tus Tep (“Señorita, prevenga […] muy urgente de comunicarle”) donde había conocido a Vásquez y a la Masacuata y les había comentado sobre el secuestro de Camila pero con la excusa de querer casarse porque Eusebio se los negaba. Lucio y otro policía llamado Genaro Rodas se encuentran al Pelele en el Portal, moribundo y Lucio Vásquez “Terciopelo” lo mata de dos tiros (“Al primer disparo, el Pelele se desplomó por las gradas. Otro disparo puso fin a la obra”). Lucio después se dirige a la casa de Canales (“Voy a ver si todavía es tiempo de darle una manita al traído de la hija del general”) y lo ayuda a éste y a Camila a escapar, Canales se escapa separándose de Camila, todo estaba organizado, ya Cara de Ángel había dado instrucciones. Cara de Ángel y Camila se dirigen a la cantina Tus Tep (“La Chabelona la ocultó en el comedor”). Cara de Ángel había ido a pedir refugio para Camila a casa de su tío Juan, pero Juan desconocía todo tipo de contacto con Eusebio y su hija (“Por eso le explicaba yo a Don Miguel que estábamos distanciados desde hacia mucho tiempo con mi hermano, éramos como enemigos”). El favorito le comenta ésto a Camila y ella no lo cree, entonces al día siguiente van a la casa de los tíos de ella para pedir refugio pero les es rechazado (“Era verdad lo que afirmó Cara de Ángel, ella no quería creerlo, aunque fuera cierto”). Fedina, la esposa de Genaro va a la casa de Canales a ver lo sucedido, ya que ella se entera porque Lucio se lo cuenta a Genaro y Genaro se lo contó a ella, pero la policía llega en ese momento, la condenan y la interrogan y torturan para saber el paradero de Canales pero ella no sabe nada y por eso la amenazan con matar a su hijo (“¡No he visto al general! ¡No lo he visto! […] Esa carta la encontré en su casa y la pepené del suelo cuando ya salía”). Su hijo termina muriéndose de hambre (“Su hijo había dejado de existir”). Después el Auditor la vende a Doña Chon la dueña de un prostíbulo a 10.000 pesos, pero Fedina le es inútil ya que está atormentada, en shock y loca por la muerte de su hijo, que todavía al llegar a “El Dulce Encanto” lo tenía en brazos (“Por 10.000 pesos […] como su pupila”). Canales se refugia en la casa de tres hermanas que habían perdido a su madre recientemente y habían sido estafadas por un médico al que luego Eusebio mataría (“Se adelanto a prevenir a las amigas de Canales, tres hermanas solteras[…] Niñas comprendo sus bondades […] ¿Cual de todos es el médico? […] se desplomó un hombre”). Ellas le consiguen un contrabandista (“Nosotras le arreglamos la fuga”). Después de mucho tiempo cabalgando Canales logra llegar a la frontera e intenta una Revolución que sería frustrada por su muerte. Cara de Ángel anhelaba tanto un milagro para que se cure Camila que comenzó a realizar buenas acciones (¡Un milagro! ¡Sólo un Milagro!).
Un brujo llamado Ticher que también sabía ingles, le aconseja a Camila que se case con Cara de Ángel para aliviar un poco su soledad y dice que la única manera de combatir a la muerte es con el amor, y lo hace. El presidente es el padrino de bodas de Camila (“Ayer por la noche, contrajeron matrimonio la bella señorita Camila Canales y el señor don Miguel Cara de Ángel, boda que fue apadrinada ante la Ley por el Excelentísimo Señor Presidente”). Genaro Rodas es liberado para que le diga al Auditor todos los movimientos de Cara de Ángel, y le hizo firmar un papel en el que certificaba haber recibido 10.000 pesos de Doña Concepción Gamucino. En el tiempo ella y Cara de Ángel se acercan más sentimentalmente. Cara de Ángel se va a una cantina donde se encuentra a Mister Gengis y a unos partidarios del presidente y empiezan a hablar sobre la situación de Cara de Ángel con el Señor Presidente. Cuando Cara de Ángel se cansa de la plática sale de la cantina y se encuentra a un ministro que lo lleva a la casa presidencial, donde el presidente le cuenta sobre los que querían influir sobre los Estados Unidos para que retiren su confianza sobre el Señor Presidente y le preocupa su reelección (“Al salir de Gambirnus, Cara de Ángel se encontró al Ministro de la Guerra”). Le ordena que debe ir a Washington para que le informe detalladamente lo que sucede allí (“Me refiero a los que tratan de influir en la opinión norteamericana con el objeto de que Washington me retire su confianza”). Cara de Ángel no muy convencido decide ir (“Preferiría quedar a su lado y defenderlo con mi propia sangre”). Después le cuenta a Camila del viaje, ella comienza a llorar desconsolada (“Pero ¿por qué lloras?... No llores…”). Ya en el puerto Ángel se encuentra a Farfán y éste le dice que el Señor Presidente le telegrafió para que este a sus ordenes, pero él y otros compañeros lo golpean y le quitan sus cosas, y en su lugar se va otra persona parecida a él a los Estados Unidos y Cara de Ángel se lo llevan al calabozo 17 y lo torturan (“Farfán le saludó desde lejos/ Un individuo alto como Cara de Ángel […] desapareció en seguida”). El Señor Presidente le guardaba rencor y fue una emboscada.
Pasa el tiempo y Camila se preocupa y llama a la embajada y le dicen mentiras de su esposo. Días después da a luz a un hijo que esperaba. Al final un informante le dice a Cara de Ángel que la razón por la que lo tenían encarcelado era porque él era esposo de Camila y ella era como el amor imposible del presidente. Cara de Ángel se cree esta mentira y después muere de un infarto. Camila se va al campo a seguir con su vida después de esperar cartas de él desde Washington (“Había escuchado la voz de su marido, muerto en alta mar […] Recibió su hijo el nombre de Miguel […] El pequeño Miguel creció en el campo, fue hombre de campo y Camila no volvió a poner los pies en la ciudad”). Los recursos de estilo utilizados para con el tema eran, entre otros, Onomatopeyas (“¡Ton-Torón-Ton! ¡Ton-Torón-Ton! […] ¡Ta-ra-rá! ¡Ta-ra-rí!”), Metáfora (“Un salto de edad, y se veía ya grande”), Personificación (“Tropezaron sus pupilas”), Anáfora (“¡Alumbra, lumbre de alumbre… alumbre… alumbre… alumbra…, alumbra, lumbre de alumbre… alumbra, alumbre…!”), Hipérbaton (“Humo se hizo el vehículo”) y Sinestesia (“Prados dormidos”).
En mi opinión, la dictadura no es la mejor forma de gobernar a un pueblo, el poder se concentra en la figura del dictador y todo depende de él, que impide cualquier forma de control democrático, negándole al pueblo la libertad de expresión, es decir, se eliminan todas las garantías jurídicas que protegen a las personas contra el abuso del Estado. (“¡Deberían saberlo mis enemigos para no descuidarse, porque a la primera, les boto la cabeza!”). El temor que ejercía el Señor Presidente era inmenso (Impredecible e injusto). El Auditor de guerra ejercía cierto temor y poder sobre las personas y era de lo más injusto, ya que mataba a gente inocente y el que cometía delitos, en realidad era el propio gobierno. Los ciudadanos eran víctimas de esta dictadura, a pesar de que algunos estaban a favor y otros en contra (“Un inocente en mal con el gobierno, es peor que si fuera culpable”). Cara de Ángel, aunque sea por esperar un milagro de hacer buenas obras, cambió mucho de personalidad. Al principio comenzó siendo el fiel y favorito del Presidente, pero a través del tiempo fue alejándose más del Presidente y acercándose a Camila. Para mí el recurso de estilo mas utilizado es la metáfora (“Hombres de Hielo Negro”), también personificaciones pero en un menor numero de veces.
Alumno: Fabián Parlakian 3º D
Profesora: Alejandra Giacomazzi
Tema: Poder Político
El Señor Presidente, es una novela de Miguel Ángel Asturias en la que en una ciudad que no especifica (Tampoco el tiempo) y había una dictadura, ejercida por el Señor Presidente Constitucional de la República que su figura es omnipresente en todas partes. Todos temían a lo que les podía pasar, ya que era impredecible la reacción del Auditor de Guerra o del Señor Presidente, que todo lo justificaban como crimen político (Terror del Pueblo). Además habían muchas muertes sin razón, ya que al ser un delito político no tenia perdón (La Ley es superior a los hombres, salvo que el Señor Presidente lo indulte), también podía ser un “Revolucionario” y era considerado traición al Señor Presidente (Muertes), y al estar presos, eran interrogados por el Auditor de Guerra, que luego le informaba al Presidente, y si decían la verdad, el Auditor no lo creía y quería que mientan para culpar a un inocente, y para lograrlo, utilizaba la fuerza (Injusticia, desconocían los derechos del ciudadano y Maldad). Como en toda Dictadura, por las calles habían gendarmes y era muy común verlos maltratar a ciudadanos acusándolos de delitos políticos. La sociedad estaba dividida en Clase Alta, Clase Baja y Mendigos.
Todo empieza en un lugar llamado “El portal del señor”, donde se mantenían los pordioseros y entre ellos estaban el Mosco (Ciego y no tenía piernas), el Viuda (Mulato degenerado), Patahueca (Amigo del Pelele y remedaba al borracho), el Pelele, que también le decían el idiota. El Pelele se irritaba cada vez que decían la palabra “madre”, y una vez un coronel llamado José Parrales Sonriente “El hombre de la Mulita” lo fue a despertar gritándole esta palabra, el mendigo, responde furioso le entierra los dedos en los ojos, le hace pedazos la nariz a dentelladas y le golpea las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte. Después del asesinato el Pelele huye (“El Pelele escapo por las calles en tiniebla […] paroxismo”), la policía llega al lugar y se lleva a todos los pordioseros para que testifiquen (“Los pordioseros que iban capturando […] muerte”) y son obligados a decir una mentira que inculpaba al General Eusebio Canales y al Licenciado Abel Carvajal (“¡Fue el idiota! […]¡Mentira!”), que luego iría a juicio y muere ejecutado (“Una, dos, tres, […] nueve descargas siguieron. […] Su marido tuvo la dicha de morir en la primera descarga”), su mujer estaba desolada, por el asesinato. El Mosco se niega a testificar mentiras, culpando al Pelele y es asesinado por el Auditor de Guerra que usaba anteojos de miope (“Niegue entonces que fue el Pelele. De acuerdo, macho lerdo, el Pelele fue… ¡Imbeecil!” […] Al soltar la cuerda, el cadáver del Mosco cayó a plomo como péndulo roto).
El Pelele es encontrado por Miguel Cara de Ángel y un leñador y este es llevado a un pueblo por ellos (“El leñador abandonó al herido al llegar a las primeras casas”). Cara de Ángel (Hombre de toda confianza del Presidente, era bello y malo como Satán) también llamado “El Favorito” le da la noticia al Presidente que siempre vestía de luto riguroso, tenía bigotes canos peinados sobre las comisuras de los labios, disimulaba las encías sin dientes, tenía los carrillos pellejudos y los párpados como pellizcados (“Mil excusas […] tuve que ayudar a un leñatero con un herido que recogió de la basura”) y el le ordena que ayude a escapar al General Eusebio Canales pues no le conviene a su gobierno que una figura como Canales sea enviado a las baterías (“Las autoridades […] la captura de ese pícaro de Eusebio Canales”). Cara de Ángel le advierte a Camila al salir del Tus Tep (“Señorita, prevenga […] muy urgente de comunicarle”) donde había conocido a Vásquez y a la Masacuata y les había comentado sobre el secuestro de Camila pero con la excusa de querer casarse porque Eusebio se los negaba. Lucio y otro policía llamado Genaro Rodas se encuentran al Pelele en el Portal, moribundo y Lucio Vásquez “Terciopelo” lo mata de dos tiros (“Al primer disparo, el Pelele se desplomó por las gradas. Otro disparo puso fin a la obra”). Lucio después se dirige a la casa de Canales (“Voy a ver si todavía es tiempo de darle una manita al traído de la hija del general”) y lo ayuda a éste y a Camila a escapar, Canales se escapa separándose de Camila, todo estaba organizado, ya Cara de Ángel había dado instrucciones. Cara de Ángel y Camila se dirigen a la cantina Tus Tep (“La Chabelona la ocultó en el comedor”). Cara de Ángel había ido a pedir refugio para Camila a casa de su tío Juan, pero Juan desconocía todo tipo de contacto con Eusebio y su hija (“Por eso le explicaba yo a Don Miguel que estábamos distanciados desde hacia mucho tiempo con mi hermano, éramos como enemigos”). El favorito le comenta ésto a Camila y ella no lo cree, entonces al día siguiente van a la casa de los tíos de ella para pedir refugio pero les es rechazado (“Era verdad lo que afirmó Cara de Ángel, ella no quería creerlo, aunque fuera cierto”). Fedina, la esposa de Genaro va a la casa de Canales a ver lo sucedido, ya que ella se entera porque Lucio se lo cuenta a Genaro y Genaro se lo contó a ella, pero la policía llega en ese momento, la condenan y la interrogan y torturan para saber el paradero de Canales pero ella no sabe nada y por eso la amenazan con matar a su hijo (“¡No he visto al general! ¡No lo he visto! […] Esa carta la encontré en su casa y la pepené del suelo cuando ya salía”). Su hijo termina muriéndose de hambre (“Su hijo había dejado de existir”). Después el Auditor la vende a Doña Chon la dueña de un prostíbulo a 10.000 pesos, pero Fedina le es inútil ya que está atormentada, en shock y loca por la muerte de su hijo, que todavía al llegar a “El Dulce Encanto” lo tenía en brazos (“Por 10.000 pesos […] como su pupila”). Canales se refugia en la casa de tres hermanas que habían perdido a su madre recientemente y habían sido estafadas por un médico al que luego Eusebio mataría (“Se adelanto a prevenir a las amigas de Canales, tres hermanas solteras[…] Niñas comprendo sus bondades […] ¿Cual de todos es el médico? […] se desplomó un hombre”). Ellas le consiguen un contrabandista (“Nosotras le arreglamos la fuga”). Después de mucho tiempo cabalgando Canales logra llegar a la frontera e intenta una Revolución que sería frustrada por su muerte. Cara de Ángel anhelaba tanto un milagro para que se cure Camila que comenzó a realizar buenas acciones (¡Un milagro! ¡Sólo un Milagro!).
Un brujo llamado Ticher que también sabía ingles, le aconseja a Camila que se case con Cara de Ángel para aliviar un poco su soledad y dice que la única manera de combatir a la muerte es con el amor, y lo hace. El presidente es el padrino de bodas de Camila (“Ayer por la noche, contrajeron matrimonio la bella señorita Camila Canales y el señor don Miguel Cara de Ángel, boda que fue apadrinada ante la Ley por el Excelentísimo Señor Presidente”). Genaro Rodas es liberado para que le diga al Auditor todos los movimientos de Cara de Ángel, y le hizo firmar un papel en el que certificaba haber recibido 10.000 pesos de Doña Concepción Gamucino. En el tiempo ella y Cara de Ángel se acercan más sentimentalmente. Cara de Ángel se va a una cantina donde se encuentra a Mister Gengis y a unos partidarios del presidente y empiezan a hablar sobre la situación de Cara de Ángel con el Señor Presidente. Cuando Cara de Ángel se cansa de la plática sale de la cantina y se encuentra a un ministro que lo lleva a la casa presidencial, donde el presidente le cuenta sobre los que querían influir sobre los Estados Unidos para que retiren su confianza sobre el Señor Presidente y le preocupa su reelección (“Al salir de Gambirnus, Cara de Ángel se encontró al Ministro de la Guerra”). Le ordena que debe ir a Washington para que le informe detalladamente lo que sucede allí (“Me refiero a los que tratan de influir en la opinión norteamericana con el objeto de que Washington me retire su confianza”). Cara de Ángel no muy convencido decide ir (“Preferiría quedar a su lado y defenderlo con mi propia sangre”). Después le cuenta a Camila del viaje, ella comienza a llorar desconsolada (“Pero ¿por qué lloras?... No llores…”). Ya en el puerto Ángel se encuentra a Farfán y éste le dice que el Señor Presidente le telegrafió para que este a sus ordenes, pero él y otros compañeros lo golpean y le quitan sus cosas, y en su lugar se va otra persona parecida a él a los Estados Unidos y Cara de Ángel se lo llevan al calabozo 17 y lo torturan (“Farfán le saludó desde lejos/ Un individuo alto como Cara de Ángel […] desapareció en seguida”). El Señor Presidente le guardaba rencor y fue una emboscada.
Pasa el tiempo y Camila se preocupa y llama a la embajada y le dicen mentiras de su esposo. Días después da a luz a un hijo que esperaba. Al final un informante le dice a Cara de Ángel que la razón por la que lo tenían encarcelado era porque él era esposo de Camila y ella era como el amor imposible del presidente. Cara de Ángel se cree esta mentira y después muere de un infarto. Camila se va al campo a seguir con su vida después de esperar cartas de él desde Washington (“Había escuchado la voz de su marido, muerto en alta mar […] Recibió su hijo el nombre de Miguel […] El pequeño Miguel creció en el campo, fue hombre de campo y Camila no volvió a poner los pies en la ciudad”). Los recursos de estilo utilizados para con el tema eran, entre otros, Onomatopeyas (“¡Ton-Torón-Ton! ¡Ton-Torón-Ton! […] ¡Ta-ra-rá! ¡Ta-ra-rí!”), Metáfora (“Un salto de edad, y se veía ya grande”), Personificación (“Tropezaron sus pupilas”), Anáfora (“¡Alumbra, lumbre de alumbre… alumbre… alumbre… alumbra…, alumbra, lumbre de alumbre… alumbra, alumbre…!”), Hipérbaton (“Humo se hizo el vehículo”) y Sinestesia (“Prados dormidos”).
En mi opinión, la dictadura no es la mejor forma de gobernar a un pueblo, el poder se concentra en la figura del dictador y todo depende de él, que impide cualquier forma de control democrático, negándole al pueblo la libertad de expresión, es decir, se eliminan todas las garantías jurídicas que protegen a las personas contra el abuso del Estado. (“¡Deberían saberlo mis enemigos para no descuidarse, porque a la primera, les boto la cabeza!”). El temor que ejercía el Señor Presidente era inmenso (Impredecible e injusto). El Auditor de guerra ejercía cierto temor y poder sobre las personas y era de lo más injusto, ya que mataba a gente inocente y el que cometía delitos, en realidad era el propio gobierno. Los ciudadanos eran víctimas de esta dictadura, a pesar de que algunos estaban a favor y otros en contra (“Un inocente en mal con el gobierno, es peor que si fuera culpable”). Cara de Ángel, aunque sea por esperar un milagro de hacer buenas obras, cambió mucho de personalidad. Al principio comenzó siendo el fiel y favorito del Presidente, pero a través del tiempo fue alejándose más del Presidente y acercándose a Camila. Para mí el recurso de estilo mas utilizado es la metáfora (“Hombres de Hielo Negro”), también personificaciones pero en un menor numero de veces.