Los ojos del perro Siberiano
(Antoño Santa Ana)
(Antoño Santa Ana)
La familia vive en San Isidro, en una gran ‘’casona’’ de principio de siglo, cercana al río. Esta compuesta por: El narrador (No se menciona su nombre) al cual la familia le oculta la enfermedad de su hermano [Cap. III]. Una madre que no interviene mucho, apasionada por su mini-huerta, y ocultadora [Cap. XIX] ''[…]¿Por qué nunca hablamos de Ezequiel? Apoyó las cosas en el piso con mucha calma. Estiró su mano como para acariciarme. Me miró. Bajó la mano. Luego la vista y me dijo casi en un susurro: Hay cosas de las que es mejor no hablar''. También por un padre soberbio, manipulador, estructurado, deportista y avocado al trabajo ’’Yo me ocupaba de mis asuntos y él de los suyos. Me explico mejor: si yo me ocupaba de sacar buenas notas, hacer deportes (natación y rugby), obedecerlo y respetarlo no tendría ningún problema. El, bueno, el… Se ocupaba de lo suyo es decir de sus negocios y sus cosas, que nunca compartió con nosotros’’ [Cap I]. Un hermano mayor poseedor de HIV, un factor principal en la historia y el desencadenante de la depresión que invadía a su familia […] ‘’Si bien es cierto que el nombre de Ezequiel no se nombraba habitualmente en la casa, después de ese incidente la sola mención de su nombre provocaba chispas’’.[Cap. V], a los 18 años, se mudó a un departamento de Palermo con su perro siberiano Sacha, un Siberiano diferente a todos con ojos oscuros y las orejas un poco mas grandes de las que siguen la norma;
es muy significativo para Ezequiel, el hermano del narrador, por diferentes motivos ‘’La gente tiene miedo a lo que no entiende. Si la sociedad margina a los que son diferentes que destino puede tener un perro’’ – Desde que estoy enfermo la gente me mira de distintas maneras. En los ojos de algunos veo temor, en los de otros intolerancia. En los de la abuela veo lástima. En los de papá enojo y vergüenza,. En los de mamá miedo y reproche. En tus ojos curiosidad y misterio, a menos que creas que creas que mi enfermedad no tiene nada que ver con que estemos juntos en este momento. Los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro. En los ojos de Sacha. [Cap. III - XXV]. Y finalmente, por su abuela, comprensiva, compinche de sus nietos y muy compañera, tiene una casa en el campo en el cual la familia pasa los veranos e iban los fines de semana. ‘’[…] Ella vivía en el capo y tenía un departamento en Barrio Norte que utilizaba cuando venía a la ciudad por algún motivo. Nosotros la visitabamos al menos una ves por mes’’ [Cap. XII]. Luego de investigar encuentra a su hermano, quien le explica que tiene SIDA, y ahí el narrador descubre el ¿por qué? de la situación de los padres con Ezequiel
‘’Otra vez se hizo silencio, yo lo rompí
-¿Por qué los viejos están enojados con vos?-
Pregunté rápidamente y sin respirar
-¿Por qué tengo SIDA- Contestó [Cap VI], a partir de eso y un corto lapso de tiempo después, los hermanos: Ezequiel y el Narrador, se hicieron íntimos. Su familia, hipócritamente dicen a todos los cercanos que su hijo tiene Leucemia para no pasar vergüenza ante todos. ’’Una mañana de domingo, por esa época, había ido hasta el Shopping a comprar un libro y me encontré con unos amigos de papá
-Nos enteramos lo de Ezequiel- dijeron, después de preguntarme por el colegio, la familia, y esas cosas. […] Me quedé callado.
-Es una enfermedad terrible…-insistieron.
-Sí…-balbuceé
-…la leucemia…-
-¿La…leucemia?
-Sí claro. Leucemia. La enfermedad de Ezequiel. Pobrecito. […]Mis padres al no poder evitar la evidencia de que Ezequiel se iba a morir, tuvieron que inventarle una enfermedad.’’ [Cap. XXXII] Cuando el narrador decide contarle a Mariano, su mejor amigo, sobre la enfermedad de su hermano, éste, insensible, deja de hablarle y comienza a ignorarlo, lleno de indignación, porque su amigo no quería dejar de ver a su hermano, como el le había impuesto.
‘’-Ya se por que están enojados con Ezequiel.
Mariano me dedicó una mirada invitando a seguir.
-Porque tiene SIDA.
Se quedó en silencio, no preguntó nada. Yo lo imité.
-Supongo que no lo vas a ver más –dijo al rato, como en un susurro.
-Claro que lo voy a seguir viendo. Es mi hermano.
Su cara se desfiguró, se puso roja […] [Cap. XX]’’ Como Mariano era su único y mejor amigo, en el colegio ya no hablaba con nadie y decidió cambiarse de colegio para no verlo más.’’La magia se había perdido, Nunca más volvió a mi casa.’’ En su nuevo colegio, Ezequiel iba siempre a buscarlo a la salida, ya que su casa estaba a 5 minutos de la institución, a cada día los hermanos iban consiguiendo una mejor relación, a la cual el padre se impone y cuestiona permanentemente.[Cap.XVII] Al finalizar sus estudios en su primer colegio, al poco tiempo, Ezequiel cae en una de sus últimas internaciones, con un deterioro físico abismal, un día de visita el narrador decide ir a ver a su hermano. Ezequiel dormía, y cuando despertó, le dijo unas palabras sin sentido, volvió a quedarse dormido, y nunca más despertó
‘’Estaba durmiendo cuando llegué a la habitación, la abuela aprovechó mi arribo para ir a tomar un café
Me senté al lado de la cama y le tomé la mano, mientras se la acariciaba despertó.
¿Sabes? Yo te enseñe a caminar.
-Sí, lo sé.
-Vaya paradoja, yo te acompaño en tus primeros pasos, y vos me acompañas en los últimos…
-No digas boludeces Ezequiel.
Sonrió. Cerró los ojos un rato, cuando los volvió a abrir me dijo:
-He visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión…
Está delirando otra vez, pensé. Volvió a sonreír, me apretó la mano. Cerró los ojos y se quedó dormido.
Nunca más los volvió a abrir.’’ [Cap. XXXVIII]
Durante un tiempo la familia fueron ‘’fantasmas’’ y de a poco todo volvió a su lugar. El padre a su trabajo, la madre a la jardinería, y El narrador, emprende un vuelo hacia los Estados Unidos para comenzar sus estudios universitarios, entre otras cosas, sentía que ya nada lo ataba a su hogar. [Cap. XXXIX]
Luego de un tiempo reflexiona sobre las enseñanzas que su hermano le había dejado.
''Ayer volví después de tantos años, al río. El agua, las piedras, los árboles, el viento, son los mismos.
Yo ya no soy el mismo.
Ya no me pregunto cómo será mi destino.
Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no es más que eso: Asomar la cabeza, para ver qué pasa afuera, aunque haya tormenta. Y una Suite de Bach'' [XLIII]
Luciano Napolitano
2º Comunicación
Instituto Plácido Marín