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    Reseña, tp de lengua, Valeria Cornara Perez 2°A CBU María Ana Mogas

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    valeria cornara perez


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    Post  valeria cornara perez Thu May 20, 2010 3:11 pm

    Reseña: De Amor y de Sombra, Isabel Allende

    “Digna explico que había traído al mundo una criatura morena…]” (Pág. 29) Digna era una humilde campesina, trabajadora, hija y nieta de campesinos, era prudente y desconfiada “era la primera en levantarse y la ultima en ir a la cama […] solo existía trabajo y cansancio para ella, vivía para su familia, en particular su marido,”(Pág.24) ”Digna sacaba la maleta de cartón oculta bajo la cama y a la luz de una vela repasaba la ropa de trabajo de su marido” (Pág.33), “Para el reservaba la mejor porción de cazuela” (Pág.51) así comenzó todo, jamás había imaginado que esa criatura luego seria el núcleo de lo que cambiaria la vida de su familia para siempre, y seria la unión de tres historias. Después del parto, los Ranquileo(la familia estaba compuesta por Digna, Hipólito; su marido, ”no se comportaba como una campesino bruto, trabajaba en el circo, era un artista, corría caminos, veía mundo y a su vuelta contaba hechos asombrosos” (Pág. 24) “…tenía virtudes de buen marido, era tranquilo, nada revoltoso o violento…” (Pág. 26), Pradalio; era el hijo mayor “…era un gigante. Llamaba la atención su enorme esqueleto inexplicable…” (Pág. 219)], la hermana mayor, Jacinto; “…era el menor de la familia, nieto de Digna, fruto bastardo de su hija mayor y un forastero que llegó en otoño a pedir que lo dejaran pasar la noche en la cocina” (Pág. 27) y Evangelina Ranquileo) y los Flores [dueños de la otra niña equivocada, de la otra Evangelina; …”típica campesina morena, de ojos vivaces, amplias caderas y senos opulentos, bien plantada en sus gruesas y tornadas piernas. Era fuerte y de temperamento alegre” (Pág. 46)] intentaron recuperar a sus hijas, “decidieron quedarse provisoriamente con la que tenían en brazos, finalmente optaron por criar a las niñas ajenas” (Pág. 45 y 46).
    Todo marchaba relativamente bien en la vida de los Ranquileo hasta que se produjo el primer ataque de Evangelina;”…criatura llorona, lunática, frágil y difícil de cuidar piel sonrosada y su claro pelo”, la familia le daba un trato especial (Pág. 28, 46)
    Francisco; hijo de Hilda y el profesor Leal, “la vida de Francisco Leal, plena de buenos augurios en la adolescencia, al terminar la veintena parecía un fracaso” (Pág. 70) “cuando Francisco terminó su carrera decidió perfeccionarla con estudios en el extranjero” (Pág. 276) al principio trabajaba en su oficio de psicólogo, pero tuvo problemas con la dictadura, por lo que termino siendo fotógrafo, así conocería a Irene, de la cual luego se enamoraría, necesitaba trabajo, e Irene; era una joven estrafalaria, solidaria que siempre pensó en los demás, adoraba a su padre, “…hereditaria de la distracción angélica de su abuela paterna y el constante buen humor del padre” (Pág. 67) era una periodista muy audaz, “…niña consentida, única hija de padres adinerados, protegida del roce con el mundo y hasta de las inquietudes de su propio corazón. Halagos, mimos, caricias, colegio inglés para señoritas, universidad católica…” (Pág. 194) era una oportunidad. Ella luego lo llevaría a hacer un reportaje a la “Santa” (así la llamaban a Evangelina Ranquileo que a través de sus ataques realizaba milagros), ese encuentro seria clave en sus vidas, seria testigo de su amor y del peligro que correrían juntos.
    “Nadie escuchó llegar al camión de la guardia. Oyeron las ordenes y antes que pudieran reaccionar, los militares invadieron el tropel, ocupando el patio y metiéndose a la casa con las armas en la mano” (Pág. 97) “Digna bajó la cabeza sin responder, el domingo anterior durante la noche, cuando todos dormían en la casa, regresaron el Teniente Juan de Dios Ramírez y sus subalterno, colocaron a la familia alineada contra el muro y enseguida arrastraron a Evangelina al Jeep” (Pág. 144). A partir de ese momento el sentido de la vida para Francisco, como para Irene seria esclarecer que le había pasado a Evangelina, donde está y por que lo que había sucedido. Tendrán la ayuda de José Leal; era plomero pero principalmente dedicaba su vida a la ayuda del prójimo, “era el mas fornido y tosco de la familia, el único sin los huesos largos y la nariz anguilera de los Leal. Parecía un pescador meridional y nada en su apariencia delataba la delicadeza de su alma. Entró al Seminario tan pronto salió del liceo…” (Pág. 35), Hilda; “única mujer en una familia de varones, consiguió imponer su dulzura y discreción” (Pág. 37) madre de Francisco, José y Javier Leal; hermano mayor, casado, “el mas temido era Javier por su coraje y la destreza de sus puños. Tuvo una adolescencia tumultosa hasta enamorarse de la primera mujer que captó su atención. Se casó con ella y le fue fiel hasta su noche fatal.” (Pág. 169), tenía problemas económicos, y el profesor Leal; marido de Hilda, tenía una imprenta clandestina en su cocina, había sido detenido por la dictadura, el se le resistía en todo aspecto, era un seguidor de las ideas de Marx, “el Profesor de lógica y Literatura era comunista ferviente y ateo, pero no carecía de intuición…” (Pág.43) que siempre los acompañan a lo largo de la novela.
    Allende en este momento hace que la vida de la protagonista tome otro sentido, su vida da un vuelco repentino, en el que no todo seguirá siendo fácil, “Irene Beltrán vivió hasta entonces preservada en una ignorancia angélica, no por desidia o por estupidez, sino porque era la norma de su medio” (Pág. 161). A partir de ese momento comenzaría a correr riesgos, debería enfrentar obstáculos, y los momentos de paz serian los que pase junto a Francisco, su fiel compañero. Irene como periodista haría sus interrogatorios, aunque la situación se volvería cada vez mas compleja, luego se sumaria la fuga de Pradalio de la Tenencia en una situación muy peligrosa, “Partió a la montaña guiado por Jacinto, su hermano menor quien conocía esos cerros como nadie” (Pág. 175). El sabia que le había hecho el teniente Juan de Dios Ramírez, un hombre muy brusco y robusto siempre silbaba cuando estaba nervioso, “Ranquileo, le decía su teniente, el uniforme debe ser tu único ideal, tienes que defenderlo y confiar en tus superiores. Así lo hizo siempre. El oficial le enseño a conducir lo vehículos de la tenencia y lo convirtió en su chofer. A veces iban juntos a tomar unas cervezas y a visitar las putas de los Riscos, como dos buenos amigos” (Pág.228) era un conductor prudente, a su hermana y sabia que lo había echo en la mina abandonada de los Riscos; “No se parecía en nada alo imaginado: era una cámara cavada en las duras entrañas del monte, de la cual partían dos túneles angostos, bloqueados con escombros. Aun existían los Andamiajes de madera para evitar los derrumbes en la época de explotación del mineral…” (Pág.255) Esta era una pista clave, con ella Francisco e Irene debelarían el misterio, “Francisco dirigió la luz hacia el lugar donde Irene había removido la roca, era una mano humana, o mas bien lo que quedaba de ella” (Pág. 254). Pero en De Amor y de Sombra también son muy importantes los sentimientos entre personajes, con historias de engaños y despedidas, así como Beatriz Alcántara; madre de Irene, “Ella pertenecía a una familia de clase media y desde niña su única ambición fue acender en la escala social. Su capital consistía en la belleza des sus rasgos, el artificio de sus maneras y algunas frases chapuceadas en inglés y francés con tanto desparpajo que parecía dominar esas lenguas. Un barniz de cultura le permitía hacer buen papel en los salones y su habilidad para el cuidado de su persona le dieron prestigio de mujer elegante.”(Pág.65,66), luego de ser abandonada, para subsistir a Irene se le ocurre poner un asilo en su casa; “ Al ver la casa se sintió una vez más cautivado por el ancho muro que cercaba la propiedad, construido por piedras redondas de río, orilladas por esa vegetación enana nacida en la humedad del invierno. Una discreta placa de metal anunciaba Hogar de ancianos y más bajo agregaba un nombre adecuado al sentido del humor de Irene: La Voluntad de Dios. Siempre lo Maravillaba el contraste entre el jardín bien cuidado donde pronto florecerían dalias, glicinas, rosas y gladiolos en una explosión de perfume y color, […] En la planta alta todo era armonía y buen gusto. Allí estaba n las alfombras orientales, los exquisitos muebles, las obras de arte adquiridas por Eusebio Beltrán antes de desaparecer.” (Pág.59), abandonada por el poco amor que le quedaba a su esposo Eusebio Beltrán, “quiso cortar por lo sano y separarse para siempre de esa esposa que lo hostigaba y perseguía con una cantinela agobiante, pero ella se negó sin tener mas razón que el deseo de atormentarlo…]” (Pág.68), luego calmaría su dolor, ya que pronto Michel; su nuevo novio, “era tanto menor que podía pasar por su hijo, alto, de anchas espaldas y angostas caderas de torero, el pelo desteñido por el exceso de sol, los ojos claros, un dulce acento al hablar y toda la sabiduría necesaria a la hora del amor” (Pág.236), calmaría su angustia. También se debela el amor platónico entre Pradalio y su hermana Evangelina, aunque solo parecía ser un juego, el amor entre estos dos era más que un abismo a lo prohibido. En el centro de la historia, claro, la escritora narra con detalle el joven amor que comienza a crecer en los corazones de Irene y Francisco que, mientras van develando el misterio que los unió en un principio, que unió a los Beltrán con los Leal y los Ranquileo, comienzan a descubrirse el uno al otro, casi como si fueran la misma persona con una solo destino, “Permanecieron estrechamente unidos en tranquilo reposo, descubriendo el amor en plenitud, respirando y palpitando al unísono…]” (Pág. 264).
    Esta historia de amor y dolor se desarrolla en los últimos años de la dictadura en Chile, y claro el desenlace no podía no estar relacionado con los sucesos de la época, para poder sacar a luz el terrible hecho que se oculta, Francisco e Irene necesitaran de los medios y de la ayuda de la iglesia. También fue clave el asombroso relato que el Sargento Rivera, el cual anotaba todo lo que veía en su libreta, dio a Irene de cómo seguramente habían sido las acciones previas al asesinato de Evangelina, pero como característico de la época fue arrollado en la carretera por una camioneta blanca, antes de que pudiera declarar. “Amaneció un miércoles asoleado como día de pleno verano. La comisión llegó a los Riscos en tres automóviles, dirigida por el Obispo Auxiliar y guiados por José Leal […] Los periodistas, los representantes de organismos internacionales y los abogados” todos esperaban la abertura de la mina, allí todo cobraría sentido y seria un gran desenlace para este conflicto. Aunque mas allá de todos los cuidados y prevenciones que se tomaron, Irene no pudo escapar del disparo que recibió en la puerta de la Editorial en donde trabajaba, “Salía de su trabajo, tarde ya, cuando un automóvil estacionado en la acera de enfrente puso el motor en marcha, aceleró y pasó por su lado como un viento fatídico disparando una ráfaga de metralla antes de perderse en el tráfico” (Pág.334), esto le traía a consecuencia una larga recuperación, pero contaría con la ayuda de su amigo y compañero de trabajo Mario que apenas se dio cuenta que la clínica estaba vigilada armó un plan; era el peluquero, comenzó como un pobre chico que luego se convirtió por la buena fama que obtuvo en el mejor estilista, la alojaría en su casa; “ Su departamento estaba decorado en blanco y negro, en un estilo sobrio, moderno, original. Entre las líneas geométricas del acero y el cristal, había tres o cuatro muebles barrocos muy antiguos y tapices de seda china” (Pág.124), durante el tiempo de reposo para que no corriera riesgos y los ayudaría mucho a ella y a Francisco. También la justicia colaboraría, “Llevaron ante tribunales al Teniente Juan de Dios Ramírez y a varios hombres de su tropa. Nuevamente los crímenes de Los Riscos hicieron noticia en los periódicos…” (Pág.351). Isabel Allende quiere que esta novela que se desarrolla durante dos largos años, esta historia de amor entre Francisco e Irene tenga un desenlace que en realidad será el comienzo de otra nueva vida, del otro lado de la frontera, perseguidos por una sociedad, obligados a exiliarse, pero siempre permaneciendo unidos.


    Valeria Cornara Perez 2° A CBU María Ana Mogas


    Reseña: “Crónica de una muerte anunciada” Gabriel García Marques

    Jamás se ha oído de una muerte más anunciada como la de Santiago Nasar, heredero de la hacienda de ganado de su padre, que el administraba con buen juicio, pero con poca fortuna. “Dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada…” (Pág.Cool, “había cumplido 21 años la última semana de enero, y era esbelto y pálido, y tenía los párpados árabes, y los cabellos rizados de su padre. Era el hijo único de un matrimonio de conveniencia…” (Pág.10), “pero el parecía feliz…” (Pág.10), pero en realidad no tuvo momentos felices. Tenía el instinto de su madre, amaba a los caballos, tenía valores y era prudente, “Forzado a abandonar sus estudios al término de la escuela secundaria […] era alegre y pacífico, y de corazón fácil” (Pág.10),”…tenía un talento casi mágico para los disfraces, y su diversión predilecta era trastocar la identidad de las mulatas” (Pág.52) se sentía defraudado, creía que su fortuna lo hacia intocable, acosaba a Divina flor, “todavía un poco montaraz, parecía sofocada por el ímpetu de sus glándulas” (Pág.11), “…esta no le había dicho nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que lo mataran[…] no era mas que una niña asustada” (Pág.14), hija de Victoria Gusman, la cocinera, “A pesar de su edad […] se conservaba entera…” (Pág.11), el principal personaje de esta novela, la víctima de un teléfono decompuesto, del cual todos participan pero nadie puede evitar lo inevitable. Pero esta muerte tiene un porque, y ese porque se va descubriendo a lo largo del libro, incluye a la hermosa Ángela Vicario, “hija menor de una familia de recursos escasos” (Pág.27), “…era la mas bella de las cuatro […] tenía un aire desamparado y una pobreza de espíritu…” (Pág.28), no quería a su marido, “Yo detestaba a los hombres altaneros, y nunca había visto uno con tantas ínfulas…” (Pág.26), la cual no podrá disfrutar de un matrimonio con Bayardo San Román, “…había venido por primera vez en agosto del año anterior: seis meses antes de la boda […] Andaba alrededor de los treinta años, pero muy bien escondidos, pues tenía una cintura angosta de novillero, los ojos dorados, y la piel cocinada al fuego lento por el salitre” (Pág. 23), “Le gustaban las fiestas ruidosas y largas, pero era de buen beber, separado de pleitos y enemigo de los juegos de manos […] Bayardo San Román no solo era capaz de hacer todo, y de hacerlo muy bien, sino que además disponía de recursos interminables” (Pág.24), quien aunque estaba muy enamorado de ella, al enterarse de la noticia no dudo en mantener su honor y devolver a la novia.
    Es una lectura de idas y vueltas, llena de suspenso y desconcierto, un caso en el que a medida que el narrador hará sus interrogatorios podrá ir uniendo el rompecabezas que llevó a que los hermanos Pedro y Pablo Vicario; “tenían 24 años, y se parecían tanto que costaba distinguirlos. Eran de catadura espesa pero de buena índole” (Pág.16), “Tenían tan bien fundada su reputación de gente buena, que nadie les hizo caso” (Pág.42), “Pedro Vicario me pareció siempre más sentimental, y por lo misino más autoritario. Se presentaron juntos para el servicio militar a los 20 años […] Pedro Vicario cumplió el servicio durante once meses en patrullas de orden público […] Pablo Vicario desarrolló de pronto una dependencia rara de hermano menor cuando Pedro Vicario regresó con un alma cuartelaría” (Pág.48), “Pedro Vicario […] mereció las insignias de sargento primero, y una mañana esplendida su patrulla se internó en territorio de guerrillas…” (Pág.65), por defender la honra de su hermana, dejen a Santiago irreconocible.
    Capítulo a capítulo los distintos personajes a penas terminada la boda, trataran de advertir a Santiago, aunque todo será en vano, ya tenía contadas las horas “Nunca hubo una muerte mas anunciada. Después de que la hermana les reveló el nombre, los gemelos Vicario pasaron por el depósito de la pocilga, y escogieron, los dos cuchillos mejores: uno de descuartizar y otro de limpiar…]” (Pág. 41)
    Pero lo que nadie se esperaba, es que luego del incidente, Ángela Vicario finalmente termine enamorada de ese esposo, de ese matrimonio sin sentido “Bayardo San Román estaba en su vida para siempre desde que la había devuelto a su casa” (Pág.71, 72) le comenzó a escribir cartas, pero jamás respondía, lo hizo por diecisiete años, hasta que un día de Agosto el regreso.
    Los encargados de realizar la autopsia el mismo lunes de la muerte en un local de la escuela pública con la ayuda del boticario que tomó las notas y un estudiante de primer año de medicina; Cristo Bedoya; tenía mucha confianza con la familia del muerto,”logró la dispensa por su amistad íntima con Santiago Nasar” (Pág.57)”Cristo Bedoya les preguntó a varios conocidos por Santiago Nasar, pero nadie lo había visto” (Pág.84) “…cometió entonces su único error mortal: pensó que Santiago Nasar había resuelto a última hora desayunar en nuestra casa antes de cambiarse de ropa, y allá se fue a buscarlo” (Pág.84) y el padre Carmen Amador, “…había hecho la carrera de medicina y cirugía en Salamanca, pero ingresó en el seminario sin graduarse…” (Pág.58) que dejarían el cuerpo mas irreconocible de lo que ya estaba,”Parecía un estigma del Crucificado” (Pág.59) hasta Lázaro Aponte; ordenó la autopsia, “…había visto y causado tantas masacres de represión, terminó siendo vegetariano además de espiritista” (Pág.60), terminaría siendo vegetariano.
    Es una lectura muy entretenida, que mantiene al lector muy atento a cada detalle, pero que al final nos dejará con la duda y ganas de saber más, “Jamás se encontró un indicio de que Santiago allá sido el culpable” (Pág. 77). Pero a pesar de esto cada uno de los personajes sufrirá la muerte de Santiago desde el lugar de afecto que le tenían, por su parte la madre, Plácida Linero, que aunque hizo cuanto pudo para salvarlo luego estará nuevamente sola, ya que también había perdido a su marido “la puerta del frente estaba abierta, pero Plácida Linero pensó que lo querían matar dentro de la casa y la cerró, estaba pasando la tranca cuando oyó los gritos de Santiago Nazar y oyó los puñetazos de terror en la puerta, pero creyó que el estaba arriba” (Pág. 89).
    Ángela también sufriría las consecuencias de sus actos, su madre, Pura Vicario; se encargaría de eso, “Su madre quiso enterrarla viva en el caribe” (Pág.68) “Los hermanos encontraron a Ángela Vicario tumbada boca abajo en un sofá del comedor y con la cara marcada a golpes, pero había terminado de llorar” (Pág.39)
    Lo mas intrigante son los últimos detalles previos a la muerte, son los que le dan sentido a la novela, y como termina cada personaje, “Pero luego la vi 23 años después del drama, no tenía nada que ver con la que habían obligado a casarse sin amor a los 20 años, era madura e ingeniosa, de buen juicio y sentido del humor” (Pág.69) pero jamás dice el verdadero causante de su perjuicio, nadie creyó que hubiera sido Santiago, aunque este pobre hombre igual terminé siendo la víctima, el dueño de esta muerte anunciada. El interrumpió empapado de sangre en la casa de Poncho Danao; dueño de la casa contigua, “su esposa y sus cinco hijos no se habían enterado de lo que acababa de ocurrir a 20 pasos de su puerta”, tropezó en el último escalón, luego entro en su casa por la puerta trasera y se derrumbó en la cocina
    Los primeros en ver a Santiago serían Clotilde Armenta; dueña de la lechería, “Clotilde Armenta la habría a las 3.30 de la madrugada. Su marido, el buen don Rogelio de la Flor, se hacía cargo de la cantina hasta la hora de cerrar” (Pág.43) ella sería la primera en enterrarse el propósito de los Vicario, ya que como la tienda estaba en frente a la casa de Santiago, estos dos esperaron allí. Luego comenzaría la larga cadena hasta el general Lázaro Aponte que lograría quitarles los cuchillos, aunque en vano, ya que los otros dos regresarían con unos nuevos, recién afilados en lo de Faustino Santos; un carnicero amigo, “Estaba acostumbrado a verlos los viernes, pero un poco más tarde, y con los delantales de cuero que se ponían para la matanza” (Pág.42), “…fue el único que percibió una lumbre de verdad en la amenaza de Pablo Vicario…” (Pág.43)
    Todos coincidían en que los hermanos no querían verdaderamente concretar el hecho “Los hermanos Vicario no estaban tan ansiosos por cumplir la sentencia como por encontrar a alguien que les hiciera el favor de impedírselo […] les habían contado sus propósitos a mas de doce personas que fueron a comprar leche” (Pág.46). Finalmente estos dos serían encarcelados, y Pedro Vicario declararía que el había tomado la decisión de matarlo. En la cárcel Pablo sufriría el remordimiento y de su colerina, mientras su novia Prudencia Cortes; lo esperaría para casarse, luego de tres años este se reintegraría a las Fuerzas Armadas.
    Santiago podría haberse salvado, María Alejandrina Cervantes; “…fue la mujer más elegante y la más tierna que conocí jamás, y la más servicial en la cama, pero también la más severa. Había nacido y crecido aquí, y aquí vivía, en una casa de puertas abiertas con varios cuartos de alquiler y un enorme patio de baile […] Fue ella quien arrasó con la virginidad de mi generación. Nos enseñó mucho más de lo que debíamos aprender…” (Pág.52) “había dejado sin tranca la puerta de la casa” (Pág. 54), pero no siempre todo es como se espera, todo lo que ocurrió en esos dos días, desde la boda de Ángela y Bernardo San Román, hasta que los hermanos Vicario vieron a Santiago, fue lo que jamás nadie había esperado, fue un hecho más, con un final diferente, en cuestiones de respetar el honor de las mujeres en Arabia, aunque nunca se sabrá si verdaderamente fue Santiago el culpable, “ Mi impresión personal es que murió sin entender su muerte” (Pág. 78)



    Valeria Cornara Perez, 2° A CBU María Ana Mogas

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