Cientos de personas viven aisladas en un manicomio de dos alas amplias con anchos pasillos, con una gran cantidad de habitaciones grises a causa de una ceguera blanca extraña que se apodera repentinamente de ellos sin razón alguna. En un ala del manicomio habitan aquellas personas que estuvieron próximas a los contagiados, en la otra habitan los contagiados, entre ellos se encuentran el oculista, el tenia coraje de no poder realizar sus cosas normalmente, y resignación de haberse quedado siego; su mujer, gracias a ella podían realizar sus actividades biológicas por que ellas les decía por donde caminar también era la encargada de alentarles sobre algún peligro; el hombre de la venda negra, a el le gustaba enterarse de las noticias que pasaban en el radio y así enterase de las cosas que pasaban en el mundo exterior; el niño estrabico, constantemente tenia temor ya que se había separado de su mama, se había aferrado mucho a la mujer de las gafas; la mujer de las gafas, sentía vergüenza por el pasado que havia tenido por que era un chica fácil; el primer ciego, a quien la ceguera lo sorprendió en un semáforo; la mujer del primer ciego, es oficinista, fue la que lleva a su marido al consultorio del oculista; el ladrón de autos, estaba casado. Al principio todo transcurría tal cual el gobierno había prometido, tres veces por día les daban comida y les alcanzaban productos para su higiene, pero las cosas empezaron a empeorar a medida que había mas contagiados, el gobierno no quería dar mas comida y pasaron a darles solamente una sola ves al día. A medida que el tiempo paso ya no había higiene en el lugar las personas hacían sus “necesidades” en los pasillos ya que no sabían donde se ubicaban los sanitarios, tampoco había cupo para mas personas en el lugar mucha gente dormía en le piso de las habitaciones y otros hasta dormían el piso en los pasillos, los otros ciegos , unos que se habían apoderado de un arma, se negaban a darles comida gratis así que les dijeron que tenían que darles todo lo que tuvieran de valor, llego un momento que ya no había mas objetos y que los soldados les pidieron a las mujeres sexo a cambio de comida, las personas morían y los ciegos se tenían que encargar de enterrarlos, todo se había convertido en un desastre. Un día la mujer del oculista, cansada del maltrato de los soldados, decide acompañar al las mujeres de la habitación de al lado a la de ella a su turno de sexo, mientras eso estaba sucediendo ella mata a uno de los soldados jefes y logra liberar a las otras ciegas, los soldados se niegan a darles comida a estos por bronca y miedo, los compañeros de habitación comienzan a reclamar y la mujer del medico cuenta que ella no esta ciega. Los soldados se habían quedado todos ciegos y tenían temor de que los ciegos los mataran a ellos también así que deciden abandonar el manicomio, uno de ellos incendia un tramo de este antes de retirarse lo que provoca que se derrumbe una parte del lugar, los habitantes de este aprovechan y deciden escapar. Pasan la noche en un local y cuando amanece deciden ir a las casas de algunos de los ciegos, en la casa de la chica de las gafas solamente encuentran a una vecina que estaba ciega también, ella de da las llaves de la casa, la chica ingresa y no encuentra a nadie así que deciden irse. Tiempo después la vecina de la chica fallece. La mujer del medico opta por ir en busca de comida pero se pierde y se pone a llorar en eso aparece un perro que le lame y le seca las lagrimas ella se levanta y sigue en busca de un lugar para encontrar comida, en eso encuentra un supermercado y toma cosas de un deposito que este tiene logra irse pero un grupo de perros quiere robarle la comida el perro amigo de la chica la defiende los perros huyen. La mujer lleva la comida a sus compañeros, ellos van a la casa del oculista. A partir de ese día todas las noches se cuentan historias, una noche el hombre del parche se siente compenetrado en la historia y de repente sucedió algo inesperado el hombre recupera la vista, sus compañeros se emocionan y comienzan a llorar, este suceso les permite dormirse tranquilos. A medida que los días transcurrían las personas comenzaban a ver. Por ultimo la gente estaba feliz y deciden hacer como una especie de celebración, la mujer del medico mira al cielo y piensa que se había quedado ciega pero en el momento en el que resignada mira el suelo se da cuenta que todo estaba allí.
Recursos de estilo:
Los recursos que más aparecen son:
• Metáfora :
“… dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos…”
“… los conductores impacientes, con el pie en el pedal del embrague, mantenían los coches en tensión, avanzando, retrocediendo, como caballos nerviosos que vieran la fusta alzada en el aire… ”
“…el policía encontró al ladrón llorando como un niño perdido…”
• Enumeración :
“… las manos a veces se perdían en el aire porque no sabían donde estaban los rostros, los ojos, la boca…”
“… las tres bombillas colgadas del techo alto, fuera del alcance, derramaban sobre los camastros una luz sucia, amarillenta, que ni capaz era de producir sombra…”
• Personificación:
“… las tres bombillas colgadas del techo alto, fuera del alcance, derramaban sobre los camastros una luz sucia, amarillenta, que ni capaz era de producir sombra…” (funciona también como enumeración)
“…La sangre sinuosa arrastrándose lentamente por las losas como si estuviese viva…”
Recursos de estilo:
Los recursos que más aparecen son:
• Metáfora :
“… dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos…”
“… los conductores impacientes, con el pie en el pedal del embrague, mantenían los coches en tensión, avanzando, retrocediendo, como caballos nerviosos que vieran la fusta alzada en el aire… ”
“…el policía encontró al ladrón llorando como un niño perdido…”
• Enumeración :
“… las manos a veces se perdían en el aire porque no sabían donde estaban los rostros, los ojos, la boca…”
“… las tres bombillas colgadas del techo alto, fuera del alcance, derramaban sobre los camastros una luz sucia, amarillenta, que ni capaz era de producir sombra…”
• Personificación:
“… las tres bombillas colgadas del techo alto, fuera del alcance, derramaban sobre los camastros una luz sucia, amarillenta, que ni capaz era de producir sombra…” (funciona también como enumeración)
“…La sangre sinuosa arrastrándose lentamente por las losas como si estuviese viva…”