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    Libro: “Ojos de perro azul” - Sofia Bokalic 2 GEA

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    bokalic sofia


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    Post  bokalic sofia Fri Aug 27, 2010 6:09 pm

    Libro: “Ojos de perro azul”

    Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles

    Recursos de estilo:

    Anáfora: “Todavía le ardía en la nariz el olor a hierba húmeda. Todavía permanecía la oscuridad delante de sus ojos rodeándolos.” (Página 154).
    Nabo permanecía en el cuarto donde lo habían dejado después de que fue pateado y luego de tantos años de estar allí seguía sintiendo el olor a hierba húmeda.

    Sinestesia: “La voz oscura y pacifica del hombre que se golpeaba las rodillas, diciendo: te estamos esperando Nabo.” (Página 154).
    La voz del hombre que llamaba a Nabo sonaba mal, el hombre lo llamaba para que se uniera al coro.

    Poliptoton: “Nabo se quedó, pero siguió cantando como si lo hubiéramos aceptado para que cantara, y eso de cepillar los caballos no fuera sino una distracción que hacía mas liviano el trabajo.” (Página 154).
    A Nabo lo habían contratado en el establo para que cepillara a los caballos, no para que cantara, pero igualmente siguió cantando.

    Nabo era un hombre que trabajaba en un establo, en el cual cepillaba a los caballos. Todos los sábados iba a la plaza para ver a un negro, que estaba en una banda y tocaba el saxófono, pero el negro no lo veía. Nabo les cantaba a los caballos todos los días para distraerlos mientras los cepillaba y también le cantaba a la niña muda de la sala. Nabo le daba cuerda todos los días a la ortofónica de la niña muda. Luego de un tiempo la niña comenzó a darle cuerda sola. Fue pateado por un caballo por querer peinarle la cola. Desde ese día quedo atolondrado para toda la vida, desde ese día lo habían encerrado en una habitación y desde ese día la niña no había vuelto a mover la ortofónica. Luego de quince años fue a ver a Nabo un hombre para decirle que se uniera a un coro, pero Nabo dijo que hasta que no encuentre el peine con el que le peino la cola a caballo que lo patio no iba a ir. Luego de un tiempo Nabo salió de aquella habitación en la que permanecía y la niña muda cuando lo vio gritó desde la sala la única palabra que aprendió a decir en toda su vida: “¡Nabo! ¡Nabo!”.

    La tercera resignación

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “Aquel ruido frío, cortante, vertical, que ya tanto conocía pero que ahora se le presentaba agudo y doloroso, como si de un día a otro se hubiera desacostumbrado a él”. (Página 9).
    Significa que no era un ruido agradable sino molesto era el ruido que sentía el niño enfermo.
    Antitesis: “… o por sus ojos que se desorbitaban a su paso y se quedarían ciegos mirando la huida del ruido desde el fondo de su desgarrada oscuridad”. (Página 10).
    Los ojos al estar ciegos no pueden mirar.
    Enumeración-asíndeton: “…; unos brazos pequeños, regordetes, adiposos”. (Página 10).
    Hipérbaton: “Estaba pesado y duro aquel ruido”. (Página11).
    Debería ser: aquel ruido estaba pesado y duro.
    Anáfora: “Cuando se sumergiría en el delirio. Cuando leía la historia de los faraones embalsamados”. (Página 12).
    Nombra como estaba el niño enfermo en su ataúd, que hacía.
    Metáfora: “Su vientre duro como una corteza de nogal”. (Página 15).
    El niño estaba muy enfermo entonces tenía el vientre muy duro y no se sentía nada bien.
    Pregunta retórica: “¿Sentiría miedo después?”. (Página 16).
    El niño pensaba se sentiría miedo después de que se muera.


    Trata de un muchacho que toda su vida estuvo muerto pero a la vez estuvo vivo, desde los ocho año hasta los dieciocho y luego hasta lo veinticinco. Tenía la enfermada de la muerte. Vivía con su madre y su padre. Permanecía solo en una habitación siempre dentro acostado en su ataúd. Su madre lo quería mucho. Cada vez crecía más, hasta los veinticinco años que no creció más. Trataba de mover partes de su cuerpo pero esta no le respondía. Los ratones lo estaban comiendo vivo y el no podía hacer nada al respecto, vivía con un “olor” horrible. Le daba vergüenza de si mismo cuando sus familiares iban a su casa. Ya estaba tan resignado a la muerte que capaz moriría de resignación.



    Tubal-Caín forja una estrella

    Recursos de estilo:

    Personificación: “…, soportando la racha de granizo que le cortaba los párpados mientras su cerebro construía las imágenes…”. (Página 41).
    El granizo no puede cortar los párpados, en ese momento había un granizo muy fuerte.
    Sinestesia: “…, esas imágenes voluptuosas, amargas que poblaron su mundo”. (Página 41).
    Las imágenes que en ese momento estaban en su cabeza no eran agradables.
    Anáfora: “Trató de apostrarse tras el baluarte de su infancia. Trató de levantar entre su pasado y una trinchera de lirios”. (Página 42).
    Tubal intentaba recordar su infancia y a la vez quiso cambiar su pasado porque había sido duro y triste.
    Hipérbaton: “Ahora ese mundo había venido a él”. (Página 42).
    Debería ser: ese mundo ahora había venido a él.
    Pregunta retórica: “¿Cómo se llama el vértigo?”(Página 44).
    Poliptoton: “¿No estas viendo que el pobrecito está triste porque se le están quebrando los ojos azules?”. (Página 44).
    Concatenación: “No. No puedo dormir esta noche!”. (Página 50).


    Trata de un hombre que toda su vida fue perseguido por “el otro”. “El otro” le parecía familiar pero no lo reconocía. Él era muy parecido a su padre. Pensaba que alguien lo llamaba pero no sabía quien era aquella persona que lo intrigaba tanto. Todo el tiempo pensaba en la muerte.


    La otra costilla de la muerte

    Recursos de estilo:

    Enumeracion- asíndeton: “El tren penetro a una geografía árida, estéril aburrida…”. (Página 56).

    Pregunta retórica: “... ¿Se ven los colores en el sueño?”.(Página 56).

    Antitesis: “… la vértebra definitiva en el drama mental de su día y de su noche?”.(Página 59).

    Sinestesia: “por la ventana entreabierta volvió a entrar el olor confundido ya con otro olor a tierra húmeda…” (Pagina 59).
    El protagonista estaba confundido por lo que estaba sucediendo.

    Metáfora: “… pero se imaginó aquella gota formada por una agua fresca buena y amiga,…” (Página 65).
    Todo lo que le sucedió fue triste pero el pensaba que no iba a ser tan duro todo lo que le había pasado.

    Trata de un hombre que tenía un hermano en el que siempre pensaba. Era su hermano gemelo y los dos eran muy unidos. Su hermano se había muerto por un tumor. Cuenta como este hombre vivió la muerte de su hermano. Siempre acompañaba a su hermano a ver a los doctores. El hombre se sentía cerca de su hermano, a pesar de que se había muerto. Lo veía en sus sueños y también pensaba que su gemelo estaba al borde de su cama. Se resignó por la muerte de su hermano.

    Diálogo del espejo

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “Pero el sol regocijado que clarificaba el jardín le desvió la atención hacia otra vida más ordinaria, más terrenal y acaso menos verdadera que su tremenda existencia interior”. (Página 69).
    El sol del jardín brillaba y lo llevo a una vida diferente de la que estaba viviendo.
    Antítesis: “…, transfigurado en un gesto, que era simultáneo, una seriedad sonriente y burlona, asomada al otro cristal húmedo que había dejado la condensación del vapor”. (Página 72).
    La imagen que se reproducía en el espejo lo miraba con seriedad pero a la vez con felicidad.
    Metáfora: “El ruido de la glándula entre la salsa le reventó en el oído, con un recuerdo de lluvia martillante, que era, en efecto, el mismo de la madrugada reciente”. (Página 75).


    Su hermano falleció y cuando se miró al espejo a la mañana vio reflejado en el espejo a un hombre igual a su hermano, era él ya que eran hermanos gemelos. Se miraba al espejo para verse como realmente era. A la vez sabía que tenía que apurarse sino sería expulsado del trabajo. Todo el tiempo se comparaba con su hermano frente al espejo. Un rostro igual al suyo lo contemplaba con unos ojos grandes.

    Amargura para tres sonámbulos

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “Entonces sonrió volvió a mirarnos y se quedo después sonriendo con esa sonrisa fría y quieta que tenía durante las noches cuando transitaba despierta por la casa”. (Página 83).
    La sonrisa de la niña era triste, ella era una niña extraña, su vida era triste.

    Anáfora: “Dijo que no sabrá como llego hasta el patio. Dijo que había sentido mucho calor,…” (Página 83).
    Cuando la vieron tirada en el pasto y pensaron que si había muerto ella les dijo que no sabía como había llegado hasta el patio y también les dijo que había tenido mucho calor.


    Trata de una niña extraña que vivía con tres personas. Ella decía que no iba a sonreír pero lo hacia igual, decía que no volvería a deambular por la casa pero no lo cumplía. Un día apareció tirada en el pasto boca abajo comiendo el barro, pensaban que se había caído de la ventana de su habitación y que se había muerto pero luego les dijo que estaba en el patio porque sintió mucho calor. Siempre usaba una trenza a medio tejer. Siempre estaba sola. Finalmente sus dueños se dieron cuenta que dentro de ella había nacido una niña nueva, diferente a la que había sido.


    De cómo Natanael hace una visita

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “Y caminaron por la calle sombría, bajo los árboles tristes que habían empezado a envejecer en la espera de una estación retardada.” (Página 92).
    Los árboles ya estaban sin hojas, estaban envejeciendo. Natanael estaba solo, (estaba caminando con el lustrador pero luego éste se fue) caminando por la calle y así describía lo que veía.


    Trata de un hombre llamado Natanael que un día cuando se lustro los zapatos se encontró con un lustrador algo raro para él. Cuando el lustrador terminó de lustrarle las botas Natanael fue caminando por la calle sin rumbo. Luego vio a una mujer que le pareció bella y entró por la puerta a la sala donde ella se encontraba. Lo primero que le dijo era que quería casarse con ella, pero ella lo rechazó. Luego la mujer le dijo que si no se iba, iba a llamar a Clotilde. Él le contó la historia sobre él y el lustrador. Ella no lo quiso comprender y él le dijo que capaz Clotilde si lo iba a comprender. Ya no quería casarse con ella sino con Clotilde.

    Ojos de perro azul

    Recursos de estilo:

    Metáfora: “La pared lisa era como otro espejo ciego, donde yo no la veía a ella- sentada a mis espaldas-, pero imaginando la donde estaría si en lugar de la pared hubiera sido puesto un espejo.” (Pagina 104).
    El hombre no podía ver a la mujer a través de una pared aunque quisiera por eso la caracteriza de esa forma.

    Personificación: “…, con la llama lamiéndole la larga piel de cobre.” (Página 105).
    La mujer tenia frió entonces se fue a calentar. La llama empezó a calentarle el cuerpo.

    Trata de un hombre que se encontraba con una mujer en una habitación en la casa de la mujer. Ambos estaban sentados, y tenían frió. La mujer le dijo que quería saber quién era el hombre que le decía en los sueños la frase: “ojos de perro azul”, pero nunca lo consiguió. Siempre escribía por todos lados, en los hoteles, en los restaurantes, en las paredes la frase: “ojos de perro azul”. El hombre nunca recordaba lo que había soñado, entonces tampoco pudo recordar si era él el hombre que siempre le decía: “ojos de perro azul”.

    La mujer que llegaba a las seis

    Recursos de estilo:

    Enumeración- asíndeton: “Pero la mujer seguía hablando, y su voz era una corriente uniforme, suelta, apasionada.” (Página 125).

    Núcleo resumidor: “Todo será como tu dices.” (Página 126).

    Sinestesia: “José la echó entonces una mirada tibia y complaciente” (Página 126).
    José le echó una mirada agradable, porque la quería mucho, la trataba muy bien a la mujer.


    Trata de una mujer que siempre llegaba a las seis al restaurante de José. Siempre llegaba al restaurante con un hambre tremendo y José le preparaba lo mejor que tenía (la mayoría de las veces gratis), pero esta vez llegó a las seis menos cuarto y no tenía hambre. Él la quería mucho y siempre decía la verdad y le dijo que siempre le prepararía lo mejor que tenía solo para ella y que mataría a todo hombre que esta con ella. Ella también lo quería pero no lo demostraba, le gustaba burlarse de él.



    Eva esta dentro de su gato

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “Aquella amarga belleza que llegó a dolerle físicamente como un tumor o como un cáncer”. (Página 23).
    Quiere decir que la muchacha era bella pero la belleza le dolía.
    Metáfora: “Eran esos insectos los mismos que pintaban ese gesto amargo, esa tristeza inconsolable en el rostro de sus antepasados”. (Página 24).
    Quiere decir que los insectos eran lo que hacían que los antepasados se sintieran tristes.
    Pregunta retórica: “¿De qué servía una belleza así?”. (Página 25).
    Eva se preguntaba de que servía ser bella si eso dolía tanto y la hacía sentir mal.
    Personificación: “…, con los dientes, huyéndole al frío que le mordía la espalda;…”. (Página 27).
    En ese momento hacía mucho frío.


    Trata de una mujer llamada Eva. Ella y sus antepasados sufrieron mucho por lo bellos que habían sido. No quería ser bella por lo que sufría, preferiría ser fea y que los hombres no la miren. Estaba muy enojada con sus antepasados. Contenía en su cuerpo unos insectos que la hacían parecer más bella todavía.

    La noche de los alcaravanes

    Recursos de estilo:

    Personificación: “En el corredor, al pasar, oímos la música cercana, grande contra nosotros.” (Página 133).
    Cada vez se iban acercando más a la música que escuchaban.

    Anáfora: “Sentimos el olor a mujeres tristes, sentadas y esperando. Sentimos el olor prolongado vació del corredor delante de nosotros.,…” (Página 133).
    Los hombres no tenían ojos y lo único que podían sentir era el olor. Se encontraban perdidos en un corredor interminable.

    Trata de tres hombres a los que los alcaravanes les sacaron los ojos. Ellos se encontraban encerrados en un lugar y siempre caminaban de aquí para allá con las manos juntas cuidándose el uno al otro. Ésta noticia apareció en todos lo periódicos. Aparece un niño que los reconoció porque lo alcaravanes les sacaron los ojos y que les iba a ayudar, pero a la vez el niño tenía miedo de que lo apedrearan. Por eso los tres hombres nunca pudieron salir de ese lugar.




    Alguien desordena estas rosas

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “La mañana estaba entristecida por este invierno taciturno y sobrecogedor que me ha puesto a recordar la colina donde la gente del pueblo abandona sus muertos.” (Página 143).
    La mañana no puede estar triste sino que el aspecto del día hacía que se viera triste.

    Antitesis: “…, a pesar de que permanecieron secándose durante veinte años junto al fogón apagado.” (Pagina 145).
    El hombre muerto había dejado antes de morirse en un fogón unas cosas para que se secaran y nunca se secaron porque el fogón se había apagado.

    Trata de una mujer que hacía rosas y luego se las llevaba a sus santos pero además de eso también las vendía. Se las llevaba a un muerto al altar para dedicárselas. Éste muerto siempre las veía y las desordenaba pero ella siempre pensaba que era el viento. Ella iba a la casa de aquel muerto y siempre les rezaba a sus santos. Desde aquel momento en el que el muerto se murió iba todos los domingos al altar del muerto y le colocaba la rosas.

    Un hombre viene bajo la lluvia

    Recursos de estilo:

    Sinestesia: “…, y la calle triste y desierta.” (Página 167).
    El hombre que se dirigía a la casa de la señora caminaba bajo la lluvia y la calle estaba vacía, no había nadie en la calle. La calle estaba sin gente, sin color, sin voz.

    Trata de una mujer que una noche de tormenta la fue a visitar a su casa un hombre. La mujer mandó a la otra mujer que trabajaba en su casa, que le fuera a abrir la puerta al hombre. Cuando entró, éste se sacó las botas y la otra mujer le dio una botella a medio empezar y un vaso mientras que la dueña de la casa lo miraba. El hombre bebió toda la botella. Cuando la dueña de la casa le preguntó a la otra mujer si quedaba algo más en el armario, para beber, la mujer le dijo que no, que esa había sido la última botella que quedaba. Luego temiendo que el hombre las hubiera escuchado miraron de nuevo hacia la mesa pero no vieron ni al hombre ni a la mesa sino que solo vieron a la oscuridad.

    Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo

    Recursos de estilo:

    Anáfora: “Vi las paredes lavadas, las junturas de la madera ensanchadas por el agua. Vi el jardincillo, vacío por primera vez, y el jazminero contra el muro, fiel al recuerdo de mi madre”. (Página 175).
    Cuenta todas las cosas que veía Isabel que se producían por la tormenta, todas las cosas malas que hizo la tormenta.

    Metáfora: “Al atardecer del martes el agua apretaba y dolía como una mortaja en el corazón”. (Página 176).
    La tormenta duro tanto tiempo que hasta le dolía cuando seguía lloviendo, y siempre se lamentaba por todo lo malo que estaba sucediendo.


    Isabel vivía con su esposo Martín, con su padre y su madrastra. Siempre se acordaba y recordaba a su madre. Estaba embarazada. Toda la semana estuvo lloviendo y ella estaba triste. La casa se había inundado por la enorme tormenta. En todos esos días de lluvia pasaron cosas terribles, había muerto una vaca, una mujer había sido encontrada flotando en el patio de su casa. Isabel estaba aterrorizada, estaba poseída por el espanto y el diluvio. Ella era la única de la familia que la había pasado tan mal en esos días terribles, en Macondo. Se había desesperado por todo lo que había pasado.



    El recurso que mas abundan son las metáforas porque el autor,Gabriel Garcia Marquez, quiere mostrar la realidad desde otro punto de vista, desde un punto irreal.


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