brunella Mon Aug 23, 2010 12:08 amEnsayo sobre la ceguera
Sinopsis: La conciencia moral, a la que tanto insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del cuaternario, cuando el alma era a penas un proyecto confuso. Con la marcha de los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios genéticos, acabamos metiendo la conciencia en el color de la sangre y en la sal de las lagrimas, y, como si tanto fuera un poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca. La esposa del médico finge estar ciega para poder seguir al lado de su esposo. La joven de gafas oscuras que se queda ciega en un hotel alojamiento se hace cargo del niño estrábico que se encuentra sin su madre.
Una ceguera blanca se expande de forma inminente. De repente los afectados se vuelven ciegos. Sin que se sepa la forma de transmisión aquellas personas que tienen cierto contacto con los enfermos van siendo afectados por la misteriosa enfermedad.
Las autoridades de la ciudad, deciden aislar a los pacientes en un manicomio, bajo la rigurosa vigilancia del ejército quien impone su aislamiento absoluto en diferentes salas y los convierten en “apestados”.
Internados en cuarentena o perdidos por la ciudad los ciegos deben enfrentarse a lo más primitivo de la especie humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
Todo comienza con un hombre parado ante un semáforo en rojo dentro de su auto que se queda ciego de repente.
El autor nos alerta sobre “la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron”. Saramago muestra en este libro una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos sombríos que estamos viviendo. La novela es una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad. “Hay en nosotros una cosa que no tiene nombre. Esa cosa es lo que somos”.
Recursos Literarios:
Cap. 1: Descripción subjetiva: “Los párpados muy abiertos, la piel de la cara crispada, las cejas, repentinamente revueltas, todo eso que cualquiera puede comprobar, son trastornos de la angustia”. (Pág. 10).
Metáfora: “El ciego alzó las manos ante los ojos, las movió, Nada, es como si estuviera en medio de una niebla espesa, es como si hubiera caído en un mar de leche”. (Pág. 11).
Cap. 2: Antitesis: “Sólo cuando […] algo o nada, otros dirían que actuó según un reflejo condicionado de su personalidad”. (Pág. 24).
Metáfora: “Con la marcha de los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios genéticos, acabamos metiendo la conciencia en el color de la sangre y en la sal de las lagrimas, y, como si tanto fuera un poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca”. (Pág. 25).
Cap. 3: Poliptoton: “Ella afirmo con la cabeza, pero estando ciega como estaba, […] en una palabra”. (Pág. 35).
Enumeración: “El ministerio quería saber […] el nombre, la edad, el estado civil, la profesión, el domicilio, y terminó declarándose dispuesto a acompañar a la persona o personas que fuesen a recogerlos”. (Pág. 42).
Cap. 4: Antitesis: “Ya en el interior, la cuerda se bifurcaba, una hacia la izquierda, otra hacia la derecha, el sargento gritó, Atención, su lado es el derecho”. (Pág. 47).
Descripción subjetiva: “Era amplia como una enfermería antigua, con dos filas de camas pintada de un gris ceniciento, pero ya con la pintura descascarillada”. (Pág. 47).
Cap. 5: Personificación: “La luz varió otra vez, las nubes se alejaban”. (Pág. 66).
Antitesis: “Parados, los ciegos vacilaron, pero alguien tenía que empezar, dos hombres hablaron al mismo tiempo, siempre pasa igual, luego los dos se callaron, y fue un tercero quien comenzó”. (Pág. 67).
Cap. 6: Antitesis: “Los buenos y los malos […] enterrarlo”. (Pág. 86).
Cap. 7: Metáfora: “Un estómago que trabaja en falso amanece pronto”. (Pág. 102).
Cap. 8: Antitesis: “Ayer veíamos, hoy no vemos […] esperanzadora conclusión”. (Pág. 128).
Cap. 9: Enumeración: “Te exigirán que los alimentes, que los laves, que los acuestes y los levantes, que los lleves de aquí para allá, que les suenes y les seques sus lágrimas, te llamarán cuando estés durmiendo, te insultaran si tardas en acudir”. (Pág. 140).
Cap. 10: Hipérbaton: “Decidió, pues, el viejo de la venda negra […] hay una pistola”. (Pág. 155).
Cap. 11: Antitesis: “No dejaría de registrar la patente contradicción entre lo poco que se ingería y lo mucho que se evacuaba”. (Pág. 166).
Cap. 12: Antitesis: “Dando golpes a diestro y siniestro, se fue abriendo camino”. (Pág. 195).
Cap. 13: Poliptoton y Antitesis: “Le dices a un ciego, Estás libre, le abres la puerta que lo separaba del mundo, Vete, estás libre, volvemos a decirle, y no se va, se queda allí parado en medio de la calle, él y los otros […] para llegar”. (Pág. 221).
Cap. 14: Antitesis: “En cuanto al calzado, […] fáciles de poner y de quitar, nada mejor para andar por los barrizales”. (Pág. 243).
Cap. 15: Núcleo resumidor: “Bajamos todos los escalones de la indignidad, todos”. (Pág. 277).
Cap. 16: Metáfora: “No sé cómo vamos a vivir si el calor aprieta”. (Pág. 297).
Cap. 17: Antitesis y Poliptoton: “Ni ella me buscó después, ni yo la busqué más”. (Pág. 311).
Conclusión: El recurso que aparece frecuentemente, en mi opinión, es: La metáfora, porque en varias oportunidades, hace referencia a cosas de manera irreal. Por ejemplo cuando habla de una ceguera blanca como un mar de leche. Ya que en vez de ser una ceguera normal en la que se ve negro, los afectados ven todo blanco.
La novela me pareció muy intensa, esta nos hace reflexionar sobre el comportamiento humano y la búsqueda por todos los medios de la supervivencia. Esta demuestra lo peor y lo mejor de los seres humanos.
Sinopsis: La conciencia moral, a la que tanto insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del cuaternario, cuando el alma era a penas un proyecto confuso. Con la marcha de los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios genéticos, acabamos metiendo la conciencia en el color de la sangre y en la sal de las lagrimas, y, como si tanto fuera un poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca. La esposa del médico finge estar ciega para poder seguir al lado de su esposo. La joven de gafas oscuras que se queda ciega en un hotel alojamiento se hace cargo del niño estrábico que se encuentra sin su madre.
Una ceguera blanca se expande de forma inminente. De repente los afectados se vuelven ciegos. Sin que se sepa la forma de transmisión aquellas personas que tienen cierto contacto con los enfermos van siendo afectados por la misteriosa enfermedad.
Las autoridades de la ciudad, deciden aislar a los pacientes en un manicomio, bajo la rigurosa vigilancia del ejército quien impone su aislamiento absoluto en diferentes salas y los convierten en “apestados”.
Internados en cuarentena o perdidos por la ciudad los ciegos deben enfrentarse a lo más primitivo de la especie humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
Todo comienza con un hombre parado ante un semáforo en rojo dentro de su auto que se queda ciego de repente.
El autor nos alerta sobre “la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron”. Saramago muestra en este libro una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos sombríos que estamos viviendo. La novela es una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad. “Hay en nosotros una cosa que no tiene nombre. Esa cosa es lo que somos”.
Recursos Literarios:
Cap. 1: Descripción subjetiva: “Los párpados muy abiertos, la piel de la cara crispada, las cejas, repentinamente revueltas, todo eso que cualquiera puede comprobar, son trastornos de la angustia”. (Pág. 10).
Metáfora: “El ciego alzó las manos ante los ojos, las movió, Nada, es como si estuviera en medio de una niebla espesa, es como si hubiera caído en un mar de leche”. (Pág. 11).
Cap. 2: Antitesis: “Sólo cuando […] algo o nada, otros dirían que actuó según un reflejo condicionado de su personalidad”. (Pág. 24).
Metáfora: “Con la marcha de los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios genéticos, acabamos metiendo la conciencia en el color de la sangre y en la sal de las lagrimas, y, como si tanto fuera un poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca”. (Pág. 25).
Cap. 3: Poliptoton: “Ella afirmo con la cabeza, pero estando ciega como estaba, […] en una palabra”. (Pág. 35).
Enumeración: “El ministerio quería saber […] el nombre, la edad, el estado civil, la profesión, el domicilio, y terminó declarándose dispuesto a acompañar a la persona o personas que fuesen a recogerlos”. (Pág. 42).
Cap. 4: Antitesis: “Ya en el interior, la cuerda se bifurcaba, una hacia la izquierda, otra hacia la derecha, el sargento gritó, Atención, su lado es el derecho”. (Pág. 47).
Descripción subjetiva: “Era amplia como una enfermería antigua, con dos filas de camas pintada de un gris ceniciento, pero ya con la pintura descascarillada”. (Pág. 47).
Cap. 5: Personificación: “La luz varió otra vez, las nubes se alejaban”. (Pág. 66).
Antitesis: “Parados, los ciegos vacilaron, pero alguien tenía que empezar, dos hombres hablaron al mismo tiempo, siempre pasa igual, luego los dos se callaron, y fue un tercero quien comenzó”. (Pág. 67).
Cap. 6: Antitesis: “Los buenos y los malos […] enterrarlo”. (Pág. 86).
Cap. 7: Metáfora: “Un estómago que trabaja en falso amanece pronto”. (Pág. 102).
Cap. 8: Antitesis: “Ayer veíamos, hoy no vemos […] esperanzadora conclusión”. (Pág. 128).
Cap. 9: Enumeración: “Te exigirán que los alimentes, que los laves, que los acuestes y los levantes, que los lleves de aquí para allá, que les suenes y les seques sus lágrimas, te llamarán cuando estés durmiendo, te insultaran si tardas en acudir”. (Pág. 140).
Cap. 10: Hipérbaton: “Decidió, pues, el viejo de la venda negra […] hay una pistola”. (Pág. 155).
Cap. 11: Antitesis: “No dejaría de registrar la patente contradicción entre lo poco que se ingería y lo mucho que se evacuaba”. (Pág. 166).
Cap. 12: Antitesis: “Dando golpes a diestro y siniestro, se fue abriendo camino”. (Pág. 195).
Cap. 13: Poliptoton y Antitesis: “Le dices a un ciego, Estás libre, le abres la puerta que lo separaba del mundo, Vete, estás libre, volvemos a decirle, y no se va, se queda allí parado en medio de la calle, él y los otros […] para llegar”. (Pág. 221).
Cap. 14: Antitesis: “En cuanto al calzado, […] fáciles de poner y de quitar, nada mejor para andar por los barrizales”. (Pág. 243).
Cap. 15: Núcleo resumidor: “Bajamos todos los escalones de la indignidad, todos”. (Pág. 277).
Cap. 16: Metáfora: “No sé cómo vamos a vivir si el calor aprieta”. (Pág. 297).
Cap. 17: Antitesis y Poliptoton: “Ni ella me buscó después, ni yo la busqué más”. (Pág. 311).
Conclusión: El recurso que aparece frecuentemente, en mi opinión, es: La metáfora, porque en varias oportunidades, hace referencia a cosas de manera irreal. Por ejemplo cuando habla de una ceguera blanca como un mar de leche. Ya que en vez de ser una ceguera normal en la que se ve negro, los afectados ven todo blanco.
La novela me pareció muy intensa, esta nos hace reflexionar sobre el comportamiento humano y la búsqueda por todos los medios de la supervivencia. Esta demuestra lo peor y lo mejor de los seres humanos.
