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    Chicas de Alambre & Veronika decide morir - Reseña

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    Nicole Jazmin Varela


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    Join date : 17/05/2010

    Chicas de Alambre & Veronika decide morir - Reseña Empty Chicas de Alambre & Veronika decide morir - Reseña

    Post  Nicole Jazmin Varela Wed May 19, 2010 5:16 pm

    Las chicas de Alambre


    Las Wire Girls o Chicas de Alambre, así las llamó el hombre que las introdujo en el mundo de la moda y de las drogas: Jean Claude Pleyel (“¿Fue Pleyel quien introdujo Cyrille en el mundo de las drogas?” “Si, fue rotundo”/ Pág. 92), según contó Fredderic Dejonet, “el hombre que llevó a Cyrille a París, tenía ochenta, (…) alto, con glamour, clase, elegancia” (pág. 87).
    Una española, una norteamericana y una egipcia. “Vania, era morena, tenía cabello negro, ojos grises profundos y tristes siempre, nariz recta y afilada, mentón redondo, labios carnosos y con una imagen de perenne inocencia juvenil. Jess Hunt era rubia como el trigo, de cabello largo y rizado, de ojos verdes, siempre sonriente, chispeante, con su enorme boca abierta y sus dientes blancos, mandíbula firme, frente y pómulos perfectos. Y Cyrille negra y de piel brillante como el azabache, cabello corto, ojos de tigresa oscuros y misteriosos, boca pequeña y labios rojos de fresa”. Lo más característico de las tres era “su estatura, de metro ochenta, su tipo moldeado por su naturaleza milimétrica… y su extrema delgadez” (pág 16).
    Jonatan Boix es un reportero de veinticinco años, algo desordenado y poco convencional, que quiere investigar acerca de la muerte de estas tres top models y puntualmente, sobre la desaparición de una de ellas: Vania o mejor dicho Vanesa Molins Cadafalch.
    Jon trabaja en la editorial Zonas Interiores en Barcelona, de la cual su madre, Paula Montornés, es directora y propietaria (“No por ser Paula Montornés la propietaria y directora de Z.I…”/Pág. 9).
    Con motivo de cumplirse los diez años de la desaparición de las chicas de alambre, Jon inicia una investigación para realizar una nota periodística para su editorial y a la vez poder averiguar acerca de la suerte que le deparó a Vania.
    En este recorrido, a fines del siglo XX, Jon se contacta con diferentes personajes significativos en la historia de las tres modelos en distintos lugares del mundo: Tomás Fernandez, novio de Vania a los 16 años (“El primer amor serio de Vania, pese a que por entonces, a los dieciséis años, ya iba directo a la fama, había sido de lo más vulgar. Tomás Fernandez”/ Pág. 59), Carlos Sanromán, el fotógrafo que transformo a Vania en top model (“…donde Carlos Sanromán aún tenía su estudio de fotografía. Hacia 22 años de allí mismo, una adolescente, Vanesa Molins Cadafalch comenzó a transformarse en Vania, la top model.”/ Pág. 28), Vicente Molins, el padre de Vania (“Fue un accidente. Fui su padre por un azar, nada más.”/ pág. 51), Nando Iturralde, segundo novio de Vania (“Así que eso fue lo que sucedió: nos conocimos en aquella gala, nos escapamos juntos al terminar, y aquella misma noche nos amamos como si fuera…”/ pág. 67), Trisha Bonmarchais, la esposa de Pleyel (“La cuestión, pese a todo, era que Pleyel había sido un cerdo. Eso si se demostró en el juicio” “Pero ella era su mujer, así que no iba a sacarle nada por ahí”/ Pág. 104), Robert Ashcroft el hombre que llevó a altar a Vania cuando tenía 23 años (“Cuando se casaron, el tendría unos treinta y pocos. Ahora habían pasado doce años, así que tenía unos cuarenta y pocos”/ Pág. 124), Luisa Cadafalch, la tía de Vania (“Mi sobrina está muerta. No sé porqué no se ha sabido, ¿Cómo pudieron enterrarla o qué pasó?; pero está muerta.”/ pág. 163) y Fredderic Dejonet, “padre, hermano, marido y amante” (pág. 91) de Cyrille.
    Todos estos personajes no habían podido aportar información importante para su investigación hasta que conoció a Barbara Hunt, la hermana menor de Jess (“Tu interés por mi no tendrá nada que ver con mi hermana Jess, ¿Verdad?”/ pág. 139). Fue ella quien le mostró la foto donde estaban Jess, Vania y Cyrille, y la otra mujer: la criada de Vania, Noraima, la mujer negra, venezolana o colombiana, y su mejor y única amiga después de la muerte de Cyrille y Jess. Noraima, cuando Jon va en su búsqueda le asegura que Vania esta muerta, pero a partir de una imagen en la ventana de su casa, él descubre la mentira y el secreto: la morena modelo vivía allí, en Aruba con su criada desde hacía diez años.
    En una extensa conversación con Jon, Vania justifica su desaparición: “primero lo hice porque estaba enferma. Me vine aquí al salir de la clínica y Noraima se encargó de que me recuperara. Pero después, durante aquellos meses de paz, pensando en el pasado, en Cyrille, en Jess…un día comprendí que no tenía ya mas deseos de ser Vania” (Pág. 208).
    Jon ahora tenía que pensar qué haría con esta información.

    El recorrido de esta historia nos hace reflexionar acerca de los verdaderos riesgos a los que se deben enfrentar las modelos para poder llegar al éxito en su carrera profesional y en cómo la imagen que nos venden en sus diferentes producciones solo refleja el aspecto superficial de sus vidas y no lo que en realidad les sucede.


    Veronika decide morir

    “El día 11 de noviembre de 1997, Verónika decidió que había llegado, por fin, el momento de matarse.” (pág. 19) Verónika era una chica joven, bonita, inteligente, de ojos verdes y cabello castaño. Su país era Eslovenia y tenía 24 años. Se consideraba una persona normal pero decidió suicidarse por dos razones: una que toda su vida era igual y la segunda, que todo en el mundo andaba mal. Para ello tomó cuatro cajas de pastillas para dormir, pero sin embargo no consiguió su objetivo y terminó internada en el hospital psiquiátrico de Villete.
    Allí además de darse cuenta que seguía viva, pronto se enteró de que en realidad esto seguiría sucediendo unos pocos días más, ya que su corazón había sido seriamente afectado por los comprimidos que consumió. “Unos cinco días. Una semana como máximo” (pág. 48) era el tiempo que le quedaba.
    Al principio y sabiendo esto, Verónika decide volver a suicidarse, pero en esos días en Villete aparecen en la vida de Verónika algunos personajes que le darán un nuevo sentido y la harán reflexionar.
    Zedka, una mujer que sufría de depresión crónica causada por un amor imposible (“Zedka era una persona absolutamente normal y necesitaba pasar por la experiencia del amor imposible”/ pág. 74). Ella fue su primer contacto en el manicomio (“quiero continuar loca viviendo mi vida de la manera que yo sueño y no de la manera en que otros desean”/ pág. 54).
    Mari, que había pasado cuarenta años de su vida trabajando como abogada, sufría de síndrome de pánico (“Yo vine aquí por un motivo muy concreto, el síndrome de pánico y termine quedándome por un motivo muy abstracto: la incapacidad de encarar una vida diferente, sin empleo y sin marido”/ pág. 187), la ayuda a conocerse a si misma.
    Eduard era un esquizofrénico. Bien parecido, atrayente, sensible y educado. Su relación con él la hace reflexionar acerca del sentido de su vida (“Hoy yo había pedido al doctor Igor que me permitiera salir de aquí y escoger el lugar donde pudiera cerrar los ojos para siempre. Sin embargo, cuando te vi reducido por los enfermeros entendí cual era la imagen que quería estar contemplando cuando partiese de este mundo: tu rostro”/ pág. 210)
    El Dr. Igor, que era un médico experimentado, romántico por naturaleza, director de Villete, con sus cabellos teñidos de negro, estaba obsesionado por encontrar la cura para los desvaríos de la mente y era el descubridor no reconocido del veneno mortal que el llamaba Vitriolo (“Si el descubriese, no obstante, como combatir el Vitriolo, su nombre entraría en la historia, y Eslovenia sería colocada definitivamente en el mapa”/ pág. 94) y con Verónika pudo hallar la cura: la conciencia de la muerte era el medicamento que había empleado en su primer gran experimento con los pacientes, para lograr la conciencia de la vida.
    La vida de Verónika nunca había estado en riesgo, sino que el doctor Igor usó este plan para que Verónika adquiriera la capacidad para sobrevivir. (“¿Por qué no utilizarla como cobayo para ver si conseguía eliminar el Vitriolo – o amargura - de su organismo? Y el doctor Igor concibió su plan”/ pág. 224)

    Este libro hace reflexionar todo el tiempo sobre el concepto de locura y como muchas veces es difícil aceptar a la gente como diferente, por lo cual la mayoría intenta ser convencional y actuar como el resto solo para no ser catalogado de loco. Y, además, como el sentimiento de una muerte cercana nos puede llevar a reconsiderar y valorizar nuestra vida.


    Nicole Varela
    2do A CBU, María Ana Mogas.

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