el amor en los tiempos del colera - Gimenez Gorostiaga Camila

El amor en los tiempos del Cólera
Autor: Gabriel García Márquez

En esta oportunidad, García Márquez narra de manera seductora la historia de amor de los persoajes pricipales a lo largo de las décadas, demostrando que éste persiste a todo cuando es realmente puro y sincero.
Transcurre en el pueblo en donde, por el siglo XX, existía una fuerte epidemia de Cólera que costó la muerte de ciento cuarenta mil personas en París, Francia, incluyendo al padre de uno de los personajes pricipales: Juvenal Urbino.
Comienza cuando Florentino Ariza es enviado por Lotario Thugut hacia la casa de Lorenzo Daza para entregar un telegrama, y es allí, donde conoce a quien luego sería el amor de su vida, la hija del señor Daza: Fermina Daza. En el momento que sus ojos se deleitaron con la belleza de la jóven, ésta estaba ocupada enseñado a leer a su tia Escolástica, quien fue cómplice y testigo del amor de ambos, de encuentros y de cartas recibidas y enviadas, la misma que ocupó el lugar de la madre de Fermina cuando ella murió.
Desde ese momento, Florentino tenía sus pensamientos ocupados por aquella 'niña' y a causa de esto, estaba siempre pendiente de lo que ella y su tía hacían, las miraba pasar por aquella plaza cercana a su colegio, y escribía cartas y poemas expresando sus sentimientos por ella, sabiendo que, por vegüenza, nunca entregaría, hasta que un día, tomó coraje y le entregó una de las tantas que tenía escritas. Por nervios e impaciencia, pasó largas noches sin dormir, esperando una respuesta de la jóven que le robó el corazón, y comenzó a enfermarse, padeciendo casi los mismos síntomas del Cólera <<La exacerbación del deseo se alía a la muerte y a la enfermedad porque se le parece: "los síntomas del amor son los mismos del cólera">> (Contratapa)
Desde ese entonces comezaron a mandarse cartas, comenzando una relación 'escrita' que duró por mucho tiempo más. En una de sus comunicaciones, Florentino le expresa el deseo de casarse, y luego de un largo tiempo Fermina da el SI <<Está bien, me caso con usted si me promete que no me hará comer berengenas>> (pág. 99). Pero cuando el enamorado quiere decirle a su futuro suegro, éste se empeña en mantenerlos separados, asi que obliga a su hija a irse de viaje con la idea de que hacer desaparecer este amor que ella sentía por Florentino. Pero estos sieguieron enviándose cartas a espaldas de Lorenzo Daza. Cuando creyó que su plan había fucionado, tomaron rumbo de regreso, y al saber esto, el enamorado va en busca de su prometida. Pero se iba a encontrar con una piedra en el camino: el Doctor Juvenal Urbino, quien aparece cuando Fermina parecia padecer cólera, pero resultó ser una infección intestinal. Luego de esto, Lorenzo vió cierta confiaza en este hombre, alguien perfecto para su hija, y por esto ella, sin estar enamorada, accede a contraer matrimonio con el doctor, pero cuando éste muere luego de medio siglo, Florentino vuelve a su vida para continuar con su historia, demostrando que nunca dejó de amarla. Ambos abordaron el barco "La Nueva Fidelidad", dónde le dan vida a su amor, como la primera vez, lejos de todo y de todos, logrando vivir como siempre quisieron, su hermosa historia de amor.
En esta novela, el autor Gabriel García Márquez escribe utilizando diferentes recursos de estilo, pero principalmente utiliza la descripción: <<Encontró el cadáver cubierto con una manta en el catre de campaña donde había dormido siempre, cerca de un taburete con la cubeta que había servido para vaporizar el veneno. En el suelo, amarrado de la pata del catre, estaba el cuerpo tendido de un Gran Danés negro de pecho nevado y junto a él estaban las muletas. El cuarto sofocante y abigarrado que hacía al mismo tiempo de alcoba y laboratorio, empezaba a iluminarse a penas con el resplandor del amanecer en la ventana abierta pero era luz bastante para reconocer de inmediato la autoridad de la muerte>> (pág 11) y la metáfora: <<No iba a derramar una lágrima, no iba a malgastar el resto de sus años cociándose a fuego lento en el caldo de larvas de la memoria, no iba a sepultarse en vida a coser su mortaja dentro de estas cuatro paredes como era tambien visto que lo hicieran las viudas nativas>> (pág 29)