Christopher John Boone es un niño de tan solo quince años quien padece un trastorno profundo del desarrollo cerebral caracterizado por faltas en la comunicación social, denominado síndrome de Asperger. Este síndrome se considera una forma de autismo de alto funcionamiento y las personas que lo padecen muestran dificultades (como antes mencioné) a la hora de la interacción social, junto con problemas de comportamiento. Si bien a simple vista padecen un aspecto externo normal, acostumbran ser inteligentes y no poseen atraso en el aprendizaje del habla. No obstante exhibe serios problemas para relacionarse con las demás personas y con el entorno, tal es así que hasta pueden reaccionar inadecuadamente. Su desarrollo lingüístico se ve perturbado cuando es empleado con fines comunicativos, y comúnmente fijan su atención en temas particulares y de su interés. Tienen una intuición muy inocente de los contextos sociales, pese a ser llamados “raros” o “extraños” por la sociedad. El Síndrome de Asperger afecta de 3 a 7 por cada 1000 niños, entre 7 y 16 años de edad. Las cifras no son exactas, pero se reconoce que es un trastorno que afecta más frecuentemente a los niños que a las niñas y que suele descubrirse dicho trastorno a los tres años aproximadamente.
En la novela policial: “El curioso incidente del perro a la medianoche” el protagonista, Christopher, intenta resolver el enigma de: ¿Quién mato a Wellington? Para ello comienza con su búsqueda de pistas para intentar resolver el caso. Tiene una adoración por Sherlock Holmes, un detective ficticio creado por Sir Arthur Conan Doyle que destaca por su inteligencia y hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles.
“Lo veo todo […]
Pero la mayoría de la gente es perezosa. Nunca miran nada. Hacen lo que se llama echar un vistazo, que es como chocar contra algo y continuar sin desviar el camino. Y la información en su cabeza es mínima. […]
(p. 175)
Lo que intenta hacer dar cuenta es la diferencia de ver y observar, ya que ver consiste en una mirada mas superficial, sin atención de los detalles, que es lo que comúnmente hace la gente al leer carteles en la calle, etc.; a diferencia de él que observa y tiene mucha memoria visual de las cosas y tal es así que puede acordarse detalladamente de los lugares con tan solo haber estado allí.
Así es como Christopher al meterse en el papel de detective, emprende su esforzada tarea de relacionarse con desconocidos a través de interrogantes que lleva a cabo a cada uno de sus vecinos.
Christopher es consiente de su trastorno, es decir, el concurre a una escuela para personas especiales y sabe cuales son sus problemas de conducta.
“Estos son algunos de mis Problemas de Conducta:
A. No hablar durante mucho tiempo
B. No comer ni beber nada durante mucho tiempo
C. No gustarme que me toquen.
D. Gritar cuando estoy enfadado o confundido.
E. No gustarme estar en sitios pequeños con otras personas.
F. Destrozar cosas cuando estoy enfadado o confundido.
G. Gemir
H. No gustarme las cosas amarillas o marrones y negarme a tocar cosas amarilla so marrones.
I. Negarme a usar el cepillo de dientes si alguien lo ha tocado.
J. No comerme la comida si las diferentes clases de comida se tocan entre si
K. No darme cuenta de que la gente esta enfadada conmigo.
L. No sonreír.
M. Decir cosas que a la gente le parecen groseras.
N. Hacer cosas estúpidas
O. Pegarles a otras personas
P. Odiar Francia.
Q. Conducir el coche de Madre
R. Ponerme furioso cuando alguien ha movido los muebles”
(p. 66-67)
“Yo soy la primera persona en mi colegio que se presenta a un examen de bachillerato, porque es una escuela especial”
(p. 79)
A lo largo del relato, va superando sus miedos y descubre cosas que cree incapaz de averiguarlas por sus propios medios manifestándose de manera individual y logrando así relacionarse con desconocidos.
El punto que desata prontamente varios de los conflictos a los que debe someterse Christopher, fue haberse olvidado el libro que estaba escribiendo en la cocina, sin tomar los recaudos necesarios para ocultarlo y que su padre no lo viera y así no enterarse de que había quebrantado su promesa de alguna manera. Tal es así que Padre se entera que Christopher había estado dialogando con la señora Alexander y había desobedecido a su padre.
“-¿Qué coño te dije, Christopher? – Eso lo dijo mucho más alto.
Y yo contesté:
-Que no mencionara el nombre del señor Shears en esta casa. Y que no fuera a preguntarle a la señora Shears ni a nadie más quien mato al maldito perro. Y que no entrara sin autorización en los jardines de otras personas. Y que dejara este ridículo juego de detective. Solo que yo no he hecho ninguna de esas cosas. Sólo le pregunte a la señora Alexander sobre el señor Shears porque. . . […]
Pero yo no podía pensar. Y Padre dijo:
-Que no fueras por ahí metiendo tus jodidas narices en los asuntos de los demás. ¿Y qué haces tú? Vas y metes las narices en los asuntos de los demás. Vas por ahí desenterrando el pasado y compartiéndolo con cada Fulano y Mengano con que te encuentras. ¿Qué voy a hacer contigo, Christopher?”
(p. 110-111)
Seguido de esta cita, Padre golpea fuertemente a Christopher, quién reacciona violentamente contra él.
“Y entonces ya no supe qué hacia.
Durante un rato no tuve ningún recuerdo. Sé que fue poco porque después consulté mi reloj. Fue como si alguien me hubiese apagado para luego volver a encenderme”
(p. 111)
Este fue el motivo por el cual Padre se enoja con Christopher y le quita su libro, imposibilitándolo a continuar con la búsqueda del asesino de Wellington. Pero no se daría por vencido tan fácil, ya que al llegar a su casa después del colegio, Padre nunca se encontraba en casa y tendría el tiempo suficiente para buscar su libro por toda la casa. Finalmente decide entrar a la habitación de Padre, a la cual no sabía si debía ingresar ya que se le había advertido que no anduviera metiendo las narices por ahí. Pero el deseo de hallar su libro fue superior a cualquier otra advertencia, así es que ingresó y examinó cada recoveco de la habitación. Finalmente logró localizarlo en una caja que se encontraba debajo de otra caja que contenía herramientas. Dentro de la caja donde se hallaba su libro había un sobre dirigido a él junto a otros sobres más.
“Era un sobre que estaba dirigido a mi y estaba debajo de mi libro, en la caja de camisas, con algunos sobres más. Lo cogí. Nunca lo habían abierto. […]
Entonces me di cuenta que había un montón de sobres más y que todos iban dirigidos a mi. Y eso era interesante y me confundía. “
(p. 125)
El niño tomo el sobre y lo escondió debajo de su colchón para luego leerlo. La carta lo colmó de dudas, era de Madre. Madre había muerto hace dos años y el contenido de la carta era confuso ya que ella nunca había trabajado de secretaria, nunca había vivido en Londres y nunca había escrito una carta. Esto generó nuevos desafíos para intentar obtener las cartas restantes. Tal es intriga que provoca en Christopher que deja por un lado el crimen de Wellington para averiguar quien era la persona que realmente había escrito esas cartas.
Pasaron varios días hasta que Christopher pudo volver a entrar a la habitación de Padre. Tuvo que detenerse antes de finalizar de leer la cuarta carta ya que se sentía mareado. Había descubierto la primer verdad: su madre nunca había muerto.
“Madre no había tenido un ataque al corazón. Madre no se había muerto. Madre había estado viva todo el tiempo. Y Padre me había mentido sobre eso.
Me esforcé mucho en pensar si había otra explicación pero no se me ocurrió ninguna. Y entonces ya no pude pensar en nada en absoluto porque mi cerebro no estaba funcionando correctamente”
(p. 145)
Padre lo encontró en su cuarto todo vomitado leyendo sus cartas, medio inconsciente. Había comprendido que Christopher sabía una parte de la verdad acerca de su madre. Padre lo tomó por el hombro, pero el niño no gritó. No le dolió que lo hayan tocado, y permaneció inmovilizado. Permaneció tácito durante mucho tiempo. Padre intentó explicarle porque había inventado todos esos años que su madre había muerto, hasta que finalmente concluyó diciéndole que había sido él quien había matado a Wellington. Padre intentó expresar todo lo que había reprimido esos dos años desde que Madre los había abandonado. Christopher estaba totalmente sorprendido, empujo a su padre cuando éste levantó la mano derecha y abrió los dedos formando un abanico.
“Levantó la mano derecha y abrió los dedos formando un abanico. Yo levanté la mano izquierda y abrí los dedos formando un abanico e hicimos que nuestros dedos se tocaran. Hacemos esto porque a veces a Padre quiere abrazarme, pero como a mi no me gustan los abrazos, hacemos eso en su lugar, y así me dice que me quiere”
(p. 29)
Christopher temía de su padre. Él pensaba que si Padre había matado a Wellington, podía matarlo a él también. Por ello decide escapar cuando su padre se va de la casa en su furgoneta. Tiene que tomar una decisión muy importante para la continuación de la novela. Quedarse en casa con Padre era peligroso, así es que piensa los posibles destinos hacia donde podría dirigirse.
“Y entonces tuve que decidir qué hacer porque ya no podía vivir en la casa con Padre porque era peligroso.
Así que tomé una decisión.
Decidi que iria y llamaría a la puerta de la señora Shears y que me iria a vivir con ella, porque la conocía y ella no era una extraña y yo había estado antes en su casa, cuando hubo un corte de electricidad en nuestro lado de la calle. Pero esta vez no me dirá que me vaya, porque yo le diré quién ha matado a Wellington y así ella me dará cuenta de que yo soy un amigo. Y además comprenderá por qué yo ya no puedo seguir viviendo con Padre”
(p. 163)
Se dirigió hacia la casa de la señora Shears pero ésta no contesto a la puerta así que se sentó detrás del cubo de la basura para que no puedan verlo y reflexionó: A su casa no podía volver, Siobhan no podría cuidar de él después del colegio porque era una profesora y no un amigo o miembro de la familia, tío Terry vivía lejos y no sabia como llegar hasta allí, la señora Alexander era una extraña así es que llego a la conclusión que podía marcharse a vivir con Madre a Londres. Evidentemente era la única opción posible dentro de todos los disparates que había estado pensado. Esto implicaba viajar a Londres, y el único transporte que conocía bien era el tren. Gracias a su tren de juguete sabía como consultar los horarios de partida hacia los destinos, comprar el boleto correspondiente, dirigirse hacia el tablero que informaba al andén que debía dirigirse para tomarse el tren correspondiente. Christopher decide tomar las precauciones necesarias para poder viajar hacia Londres, en consecuencia hurta la tarjeta del cajero automático de Padre para poder conseguir dinero, y toma su mochila con comida para Toby su rata, algunos de sus libros de matemáticas, pantalones limpios, un chaleco y una camisa limpia, un cartón de zumo de naranja, una botella de leche, dos clementinas, un paquete de galletas y dos latas de judías estofadas.
Uno de sus primeros grandes avances es cuando sale de su casa y va más allá de la tienda de la esquina. Decide ir al colegio ya que era un camino que conocía.
“Normalmente, de haber ido andando al colegio, me habría asustado cada vez más, porque nunca lo había hecho antes. Pero estaba asustado por dos motivos diferentes. Por estar lejos de un sitio al que estaba acostumbrado, y por estar cerca de donde Padre vivía…”
(P. 170)
Hasta que finalmente llegó al colegio, pero al observar la furgoneta de su padre, le dieron ganas de vomitar y sintió ganas de gemir y tirarse en el piso, pero finalmente logró superar ese obstáculo que lo ponía su trastorno y continuó su recorrido.
“Pero esa vez supe que iba a vomitar, así que no me vomité encima, y sólo vomité en un muro y en la acera, y no había mucho vómito porque no había comido mucho. Y cuando ya había vomitado quise acurrucarme en el suelo y gemir un poco. Pero sabía que si me acurrucaba en el suelo y gemía, Padre saldría del colegio y me vería y me atraparía y me llevaría a casa. Así que inspiré profundamente muchas veces, como Siobhan dice que tengo que hacer si alguien me pega en el colegio, y conté cincuenta respiraciones y me concentré muchísimo en los números y los elevé al cubo a medida que los decía. Y eso hizo que el dolor fuese mas suave”
(p. 171)
Luego de superar este tipo de situaciones que eran características en personas como Christopher, resuelve proseguir con la búsqueda de la estación de tren. Finalmente decide preguntarle a una señora donde podía comprar un mapa. Estaba a punto de relacionarse con un desconocido, lo cual generaba temor en él, por eso es que tomo su navaja del Ejército Suizo y abrió la hoja de la sierra y la sostuvo en su bolsillo como defensa personal por si a la persona que estaba a punto de preguntar no reaccionaba de la manera que el esperaba.
Christopher se encontraba en un lugar al que jamás había marchado solo, estaba dominando en parte, la barrera de sus miedos pidiendo ayuda al relacionarse con las demás personas. Se encontraba en un sitio rodeado de una multitud.
“Y no me gustó que todas esas personas estuvieran cerca de mí y todo aquel ruido, porque era demasiada información en mi cabeza y hacía que me fuese difícil pensar, como si hubiese gritos en mi cabeza. Así que me tapé los oídos y gemí suavemente.
(p. 173)
Finalmente por medio de la deducción logró llegar a la estación de trenes e imaginó un plano de la misma. Evidentemente no se encontraba en un buen estado, ya que encontrarse en un lugar desconocido, lleno de gente que entraba y salía lo mareaba y aturdía. Aquí es donde da otro paso más importante, cuando debe cruzar el túnel y controlar sus miedos y emociones.
“Así que tapé las orejas con las manos para bloquear el ruido y pensar. Y pensé que tenia que quedarme en la estación para subirme a un tren y que tenia que sentarme en algún sitio y no había ningún sitio en que sentarse cerca de la puerta de la estación así que tenia que pasar por el túnel. Así que me dije a mi mismo, en mi cabeza, no en voz alta: <Voy a pasar por el túnel y a lo mejor hay un sitio para sentarme y podre cerrar los ojos y podre pensar>, y pasé por el túnel tratando de concentrarme en el letrero al final del túnel que decía ATENCION circuito cerrado de televisión en funcionamiento. Y fue como cruzar el precipicio caminando sobre una cuerda floja”
(p. 180)
Constantemente Christopher a partir de ahora tiene que ir superándose a si mismo, justamente para poder llegar a Londres a la casa de su madre. En los momentos en los que el niño se encuentra con una sobrecarga de información en su cabeza, intenta dispersarse pensando en problemas matemáticos o de lógica, ya que eso lo tranquilizan mucho; también eleva números al cubo y cuenta respiraciones para conseguir serenarse. Permanece dos horas y medias sentado en una cafetería en un absoluto trance. Al levantar la mirada, observa a un policía con el cuál entabla una charla y lo ayuda a viajar.
“Y entonces volvimos a pasar a través del túnel, pero no me dio tanto miedo porque iba un policía conmigo”
(p. 187)
Por lo tanto, el policía lo deja en la boletería, luego de ayudar al niño a retirar dinero del cajero automático y se retira. Allí es cuando Christopher vuelve a tener miedo pero decide pensar en otras cosas. Controla sus miedos.
“Y no había tenido miedo cuando estaba con el policía pero mi la la vuelta y vi que ya se había ido y me asuste otra vez, así que traté de imaginar que estaba jugando a un juego en mi ordenador…”
(p. 188)
En conclusión, pudo sacar su boleto, que si bien su color era algo amarillento, tuvo que guardarlo porque era el billete para su tren. Nuevamente vuelve a hablar con un desconocido preguntándole cuando era el tren a Londres, quien le explicó brevemente hacia donde debía dirigirse. Debió volver a tomar el paso subterráneo, y en el medio de su trayecto una persona chocó con el, quién soltó un ruido como de perro al ladrar para asustarle. Finalmente, ingresó al tren.
A Christopher le gustaban los horarios, ya que a él le encantaba saber cuando iban a pasar las cosas, ya que mantenía la postura de que todas las cosas deben tener un orden preciso, y el hecho de alterar ese orden, le causaba temor.
“Esta permitido mover las sillas y la mesa de la cocina porque eso es distinto, pero me hace sentir mareado y enfermo que alguien mueva el sofá y las sillas en la sala de estar o en el comedor. Madre solía hacerlo cuando pasaba el aspirador, así que yo tenia un plano especial de donde se suponía que tenia que estar todos los muebles y tomaba medidas y luego volvía a poner todo en el sitio correcto y entonces me sentía mejor.”
(p. 67)
Una vez dentro del tren, un policía lo encuentra y le advierte que su padre lo estaba buscando, que debía retornar a su hogar, pero el niño se negro. Así es que permanecieron en el vagón, y el policía tomó un diario el cual se puso a leer. Al instante Christopher tuvo ganas de orinar y al no saber que había LAVABOS en los trenes, se orino una pequeña cantidad encima, hasta que, finalmente, el policía le advirtió que en los trenes había baños donde la gente podía dirigirse. Le indicó el camino y el niño fue solo.
Posteriormente, Christopher se baja del tren y confiesa que ya no le agradaban tanto los policías. Un joven intenta acercarse para preguntarse como se encontraba ya que su cara manifestaba que se encontraba perdido, pero inmediatamente Christopher sacas su navaja, ya que no comprendió lo que el hombre intentaba decirle.
Había llegado a Londres. Pregunto a una señora negra de uñas largas pintadas de rosas como podía hacer para llegar hacia la dirección de su madre. Esta aconsejo que se tomara el metro.
“Y pensé Puedo hacerlo porque estaba haciéndolo pero que muy bien y estaba en Londres y encontraría a mi madre. Tenia que pensar las personas son como vacas en el campo y solo tenía que mirar delante todo el rato e imaginar una línea roja en el suelo y seguirla”
(p. 211)
Resulta que debía tomar el metro hacia Willesden Junction, así es que sacó el boleto y tuvo que atravesar unas escaleras mecánicas, las cuales atravesó pacíficamente y sin realizar disturbios. Momentáneamente oyó un ruido que se iba acrecentando cada vez que pasaban los segundos, hasta convertirse en algo insoportablemente fastidioso. Era el sonido del metro que se acercaba a la estación.
“…así que tuve que bajar por las escaleras mecánicas y para no caerme tuve que agarrarme a la barandilla de goma que también se movía, y la gente estaba de pie cerca de mí y quise pegarles para que se fuera, pero no les pegue porque tenía una amonestación.”
(p. 214)
Tal es así que Christopher pudo llegar a casa de Madre, atravesando diferentes obstáculos, y superando sus miedos que no eran si no, un impedimento para la relación con el entorno. Una vez en la puerta de la casa de su madre, aguardó hasta que llegara. Madre al ver al niño, lo abrazó, olvidando que Christopher odia que lo toquen. Tal es así que el niño reacciono agresivamente contra su madre, quien se cayó. Pero el señor Shears no tuvo la misma reacción alegre al ver Christopher.
“Y Madre me rodeo con sus brazos y dijo:
-Christopher, Christopher, Christopher.
Y yo la aparté de un empujon porque me estaba agarrando y no me gusta que hagan eso, y la empujé muy fuerte y se cayó.
Y el señor Shears dijo:
-¿Qué coño pasa aquí?
Y madre dijo:
-Lo siento, Christopher. Se me había olvidado.
Y yo estaba en el suelo y Madre me levanto la mano derecha y abrió los dedos en abanico para que yo pudiese tocarle los dedos, pero entones vi que Toby se me había escapado del bolsillo asi que tenia que atraparlo. Y el señor Shears dijo:
-Supongo que esto significa que ET está aquí.
Y asi es como Christopher luego le relata a su madre las aventuras que había atravesado hasta llegar a Londres, más precisamente a su casa. Se acomoda en su acogedora casa como pueden. Super el obstáculo con el color amarillo, ya que usa unos pantalones cortos de madre de dicho color.
“Pero no tenia ningún pijama, asi que me puse una camiseta blanca y un par de shorts amarillos que eran de Madre, pero no me importo, porque estaba muy cansado. Y mientras hacía eso, Madre fue a la cocina y me calentó un poco de sopa de tomate, porque era roja.”
(p. 234)
Finalmente, el señor Shears dio su consentimiento que Christopher podía quedarse unos días. Pero este, no comprende la enfermedad de Christopher y tiene peleas con Madre. Madre había llamado a la directora para informarle que Christopher no se presentaría a su examen de bachillerato en matemáticas, lo que provocó una gran frustración en el niño, ya que él habia prometido sacarse un sobresaliente en dicho examen. Al cabo de varias peleas entre Madre y el señor Shears, ella decide mudarse con Christopher hacia la casa de Padre. Al regresar, el niño ilusionado cree que podría realizar su examen para el bachillerato pese a que el mismo se llevaría a cabo el dia siguiente, asi es que le insiste a su madre para que llame nuevamente a la directora para informarle que ya se encontraba en la ciudad y que podría hacerlo. Definitivamente le informan al niño que podría hacer su examen, pero se encontraba muy cansado y su mente no funcionaria bien. De todas maneras, decide llevar a cabo el examen.
“-¿Estás seguro de que eso es lo que quieres hacer, Christopher?
Y yo pensé en la pregunta y no estuve seguido de cuál era la respuesta, porque quería hacer el examen de matemáticas pero estaba muy cansado y cuando trataba de pensar en matematias mi cerebro no funcionaba correctamente, y cuando trataba de recordar ciertos datos, como la formula logarítmica para el número aproximado de números primos no mayores que (x), no conseguía acordarme, y eso me daba miedo.
Y Siobhan dijo:
-No tienes que hacerlo, Christopher. Si dices que no quieres hacerlo, nadie va a enfadarse contigo. Y no sera una equivocacion o algo ilegal o estupido. Tan solo sera lo que tu quieres y eso estara bien.
Y yo dije:
-Quiero hacerlo.- Porque no me gusta cuando pongo cosas en mi horario y luego tengo que quitarlas, porque cuando hago eso me mareo.”
(p. 255)
Asi es que Christopher al observar el examen 1 del bachillerato e intentar resolverlo, se da cuenta que no podia contestar a ninguna de las preguntas. Su cerebro no estaba funcionando correctamente, se encontraba cansado y asi no podia pensar. Continuó haciendo respiraciones como le habia enseñado Siobhan cuando queria pegarle a alguno de sus compañeros, e hizo cubos de los numeros cardinales. Finalmente logro tranquilizarse y de a poco ir completando su examen. Al dia siguiente realizo el examen 2.
A pesar que ya había pasado bastante tiempo desde la confesion de Padre de que habia matado a Wellington, Christopher seguia sin hablarle ya temía de que le hiciera daño a el.
“...no se me permitia estar solo y Madre dijo que no tenía elección, asi que colocaba la cama contra la puerta por si Padre trataba de entrar. Y a veces trataba de hablarme a través de la puerto, pero yo no le contestaba. Y otras veces lo oía sentarse en el suelo del otro lado de la puerta, en silencio, durante mucho rato”
(p. 260)
Esto me lleva a la conclusión de que por más que Christopher tuviera el sindrome de asperger, que lo reprimia de las conexiones sociales, da un vuelvo en un momento determinado de la novela ya que tiene un mente un proyecto y le gustaba que sea dificil. Y que más dificl para el que relacionarse con personas desconocidas con las cuales nunca en su vida había cruzado siquiera dos palabras. De esta manera manifiesta questiones que le son dificil de responder por sus propios medios, preguntandole a la gente sobre temas especificos, como por ejemplo donde era la estacion de tren, o como iba hasta la casa de madre. Tambien logra un avanze al presentarse a su examen de bachillerato de matematicas, confiando en si mismo en que podria sacarse un sobresaliente y gracias a su valentia y coraje logra tranquilizarse y llevar a cabo con éxito el cuestionario.
“Y fui a una librería con Madre y compré un libro llamado <Curso de especialización en Matemáticas> y Padre le dijo a la señora Gascoyne que iba a sacarme el curso de especialización en Matemáticas el año que viene y ella dijo <De acuerdo>.
Y voy a sacar un sobresaliente. Y dentro de dos años voy a sacarme el titulo de bachiller en Fisica tambien con sobresaliente.
Y entonces, cuando haya hecho eso, voy a la universidad en la otra ciudad. Y no tiene que ser en Londres, porque a mi no me gusta Londres, y hay universidades en montones de sitios y no todoas estan en ciudades grandes. Puedo vivir en un piso con un jardin y un cuarto de baño adecuado. Y puedo llevarme a Sandy y mis libros y mi ordenador.
Y entonces me licenciaré con Matricula de Honor y me convertiré en un científico.
Y se que puedo hacer eso porque fui a Londres yo solo, y porque resolvi el misterio de ¿Quién Mató a Wellington? Y encontre a mi madre y fui valiente y escribi un libro y eso significa que puedo hacer cualquiero cosa”
Bibliografía:
http://www.guiainfantil.com/salud/Asperger/index.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Asperger
Trabajo Practico de Lengua y Literatura.
Ensayo de “El curioso incidente del perro a la media noche”
Alumna: Camila Granata
Curso: 4 RH
En la novela policial: “El curioso incidente del perro a la medianoche” el protagonista, Christopher, intenta resolver el enigma de: ¿Quién mato a Wellington? Para ello comienza con su búsqueda de pistas para intentar resolver el caso. Tiene una adoración por Sherlock Holmes, un detective ficticio creado por Sir Arthur Conan Doyle que destaca por su inteligencia y hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles.
“Lo veo todo […]
Pero la mayoría de la gente es perezosa. Nunca miran nada. Hacen lo que se llama echar un vistazo, que es como chocar contra algo y continuar sin desviar el camino. Y la información en su cabeza es mínima. […]
(p. 175)
Lo que intenta hacer dar cuenta es la diferencia de ver y observar, ya que ver consiste en una mirada mas superficial, sin atención de los detalles, que es lo que comúnmente hace la gente al leer carteles en la calle, etc.; a diferencia de él que observa y tiene mucha memoria visual de las cosas y tal es así que puede acordarse detalladamente de los lugares con tan solo haber estado allí.
Así es como Christopher al meterse en el papel de detective, emprende su esforzada tarea de relacionarse con desconocidos a través de interrogantes que lleva a cabo a cada uno de sus vecinos.
Christopher es consiente de su trastorno, es decir, el concurre a una escuela para personas especiales y sabe cuales son sus problemas de conducta.
“Estos son algunos de mis Problemas de Conducta:
A. No hablar durante mucho tiempo
B. No comer ni beber nada durante mucho tiempo
C. No gustarme que me toquen.
D. Gritar cuando estoy enfadado o confundido.
E. No gustarme estar en sitios pequeños con otras personas.
F. Destrozar cosas cuando estoy enfadado o confundido.
G. Gemir
H. No gustarme las cosas amarillas o marrones y negarme a tocar cosas amarilla so marrones.
I. Negarme a usar el cepillo de dientes si alguien lo ha tocado.
J. No comerme la comida si las diferentes clases de comida se tocan entre si
K. No darme cuenta de que la gente esta enfadada conmigo.
L. No sonreír.
M. Decir cosas que a la gente le parecen groseras.
N. Hacer cosas estúpidas
O. Pegarles a otras personas
P. Odiar Francia.
Q. Conducir el coche de Madre
R. Ponerme furioso cuando alguien ha movido los muebles”
(p. 66-67)
“Yo soy la primera persona en mi colegio que se presenta a un examen de bachillerato, porque es una escuela especial”
(p. 79)
A lo largo del relato, va superando sus miedos y descubre cosas que cree incapaz de averiguarlas por sus propios medios manifestándose de manera individual y logrando así relacionarse con desconocidos.
El punto que desata prontamente varios de los conflictos a los que debe someterse Christopher, fue haberse olvidado el libro que estaba escribiendo en la cocina, sin tomar los recaudos necesarios para ocultarlo y que su padre no lo viera y así no enterarse de que había quebrantado su promesa de alguna manera. Tal es así que Padre se entera que Christopher había estado dialogando con la señora Alexander y había desobedecido a su padre.
“-¿Qué coño te dije, Christopher? – Eso lo dijo mucho más alto.
Y yo contesté:
-Que no mencionara el nombre del señor Shears en esta casa. Y que no fuera a preguntarle a la señora Shears ni a nadie más quien mato al maldito perro. Y que no entrara sin autorización en los jardines de otras personas. Y que dejara este ridículo juego de detective. Solo que yo no he hecho ninguna de esas cosas. Sólo le pregunte a la señora Alexander sobre el señor Shears porque. . . […]
Pero yo no podía pensar. Y Padre dijo:
-Que no fueras por ahí metiendo tus jodidas narices en los asuntos de los demás. ¿Y qué haces tú? Vas y metes las narices en los asuntos de los demás. Vas por ahí desenterrando el pasado y compartiéndolo con cada Fulano y Mengano con que te encuentras. ¿Qué voy a hacer contigo, Christopher?”
(p. 110-111)
Seguido de esta cita, Padre golpea fuertemente a Christopher, quién reacciona violentamente contra él.
“Y entonces ya no supe qué hacia.
Durante un rato no tuve ningún recuerdo. Sé que fue poco porque después consulté mi reloj. Fue como si alguien me hubiese apagado para luego volver a encenderme”
(p. 111)
Este fue el motivo por el cual Padre se enoja con Christopher y le quita su libro, imposibilitándolo a continuar con la búsqueda del asesino de Wellington. Pero no se daría por vencido tan fácil, ya que al llegar a su casa después del colegio, Padre nunca se encontraba en casa y tendría el tiempo suficiente para buscar su libro por toda la casa. Finalmente decide entrar a la habitación de Padre, a la cual no sabía si debía ingresar ya que se le había advertido que no anduviera metiendo las narices por ahí. Pero el deseo de hallar su libro fue superior a cualquier otra advertencia, así es que ingresó y examinó cada recoveco de la habitación. Finalmente logró localizarlo en una caja que se encontraba debajo de otra caja que contenía herramientas. Dentro de la caja donde se hallaba su libro había un sobre dirigido a él junto a otros sobres más.
“Era un sobre que estaba dirigido a mi y estaba debajo de mi libro, en la caja de camisas, con algunos sobres más. Lo cogí. Nunca lo habían abierto. […]
Entonces me di cuenta que había un montón de sobres más y que todos iban dirigidos a mi. Y eso era interesante y me confundía. “
(p. 125)
El niño tomo el sobre y lo escondió debajo de su colchón para luego leerlo. La carta lo colmó de dudas, era de Madre. Madre había muerto hace dos años y el contenido de la carta era confuso ya que ella nunca había trabajado de secretaria, nunca había vivido en Londres y nunca había escrito una carta. Esto generó nuevos desafíos para intentar obtener las cartas restantes. Tal es intriga que provoca en Christopher que deja por un lado el crimen de Wellington para averiguar quien era la persona que realmente había escrito esas cartas.
Pasaron varios días hasta que Christopher pudo volver a entrar a la habitación de Padre. Tuvo que detenerse antes de finalizar de leer la cuarta carta ya que se sentía mareado. Había descubierto la primer verdad: su madre nunca había muerto.
“Madre no había tenido un ataque al corazón. Madre no se había muerto. Madre había estado viva todo el tiempo. Y Padre me había mentido sobre eso.
Me esforcé mucho en pensar si había otra explicación pero no se me ocurrió ninguna. Y entonces ya no pude pensar en nada en absoluto porque mi cerebro no estaba funcionando correctamente”
(p. 145)
Padre lo encontró en su cuarto todo vomitado leyendo sus cartas, medio inconsciente. Había comprendido que Christopher sabía una parte de la verdad acerca de su madre. Padre lo tomó por el hombro, pero el niño no gritó. No le dolió que lo hayan tocado, y permaneció inmovilizado. Permaneció tácito durante mucho tiempo. Padre intentó explicarle porque había inventado todos esos años que su madre había muerto, hasta que finalmente concluyó diciéndole que había sido él quien había matado a Wellington. Padre intentó expresar todo lo que había reprimido esos dos años desde que Madre los había abandonado. Christopher estaba totalmente sorprendido, empujo a su padre cuando éste levantó la mano derecha y abrió los dedos formando un abanico.
“Levantó la mano derecha y abrió los dedos formando un abanico. Yo levanté la mano izquierda y abrí los dedos formando un abanico e hicimos que nuestros dedos se tocaran. Hacemos esto porque a veces a Padre quiere abrazarme, pero como a mi no me gustan los abrazos, hacemos eso en su lugar, y así me dice que me quiere”
(p. 29)
Christopher temía de su padre. Él pensaba que si Padre había matado a Wellington, podía matarlo a él también. Por ello decide escapar cuando su padre se va de la casa en su furgoneta. Tiene que tomar una decisión muy importante para la continuación de la novela. Quedarse en casa con Padre era peligroso, así es que piensa los posibles destinos hacia donde podría dirigirse.
“Y entonces tuve que decidir qué hacer porque ya no podía vivir en la casa con Padre porque era peligroso.
Así que tomé una decisión.
Decidi que iria y llamaría a la puerta de la señora Shears y que me iria a vivir con ella, porque la conocía y ella no era una extraña y yo había estado antes en su casa, cuando hubo un corte de electricidad en nuestro lado de la calle. Pero esta vez no me dirá que me vaya, porque yo le diré quién ha matado a Wellington y así ella me dará cuenta de que yo soy un amigo. Y además comprenderá por qué yo ya no puedo seguir viviendo con Padre”
(p. 163)
Se dirigió hacia la casa de la señora Shears pero ésta no contesto a la puerta así que se sentó detrás del cubo de la basura para que no puedan verlo y reflexionó: A su casa no podía volver, Siobhan no podría cuidar de él después del colegio porque era una profesora y no un amigo o miembro de la familia, tío Terry vivía lejos y no sabia como llegar hasta allí, la señora Alexander era una extraña así es que llego a la conclusión que podía marcharse a vivir con Madre a Londres. Evidentemente era la única opción posible dentro de todos los disparates que había estado pensado. Esto implicaba viajar a Londres, y el único transporte que conocía bien era el tren. Gracias a su tren de juguete sabía como consultar los horarios de partida hacia los destinos, comprar el boleto correspondiente, dirigirse hacia el tablero que informaba al andén que debía dirigirse para tomarse el tren correspondiente. Christopher decide tomar las precauciones necesarias para poder viajar hacia Londres, en consecuencia hurta la tarjeta del cajero automático de Padre para poder conseguir dinero, y toma su mochila con comida para Toby su rata, algunos de sus libros de matemáticas, pantalones limpios, un chaleco y una camisa limpia, un cartón de zumo de naranja, una botella de leche, dos clementinas, un paquete de galletas y dos latas de judías estofadas.
Uno de sus primeros grandes avances es cuando sale de su casa y va más allá de la tienda de la esquina. Decide ir al colegio ya que era un camino que conocía.
“Normalmente, de haber ido andando al colegio, me habría asustado cada vez más, porque nunca lo había hecho antes. Pero estaba asustado por dos motivos diferentes. Por estar lejos de un sitio al que estaba acostumbrado, y por estar cerca de donde Padre vivía…”
(P. 170)
Hasta que finalmente llegó al colegio, pero al observar la furgoneta de su padre, le dieron ganas de vomitar y sintió ganas de gemir y tirarse en el piso, pero finalmente logró superar ese obstáculo que lo ponía su trastorno y continuó su recorrido.
“Pero esa vez supe que iba a vomitar, así que no me vomité encima, y sólo vomité en un muro y en la acera, y no había mucho vómito porque no había comido mucho. Y cuando ya había vomitado quise acurrucarme en el suelo y gemir un poco. Pero sabía que si me acurrucaba en el suelo y gemía, Padre saldría del colegio y me vería y me atraparía y me llevaría a casa. Así que inspiré profundamente muchas veces, como Siobhan dice que tengo que hacer si alguien me pega en el colegio, y conté cincuenta respiraciones y me concentré muchísimo en los números y los elevé al cubo a medida que los decía. Y eso hizo que el dolor fuese mas suave”
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Luego de superar este tipo de situaciones que eran características en personas como Christopher, resuelve proseguir con la búsqueda de la estación de tren. Finalmente decide preguntarle a una señora donde podía comprar un mapa. Estaba a punto de relacionarse con un desconocido, lo cual generaba temor en él, por eso es que tomo su navaja del Ejército Suizo y abrió la hoja de la sierra y la sostuvo en su bolsillo como defensa personal por si a la persona que estaba a punto de preguntar no reaccionaba de la manera que el esperaba.
Christopher se encontraba en un lugar al que jamás había marchado solo, estaba dominando en parte, la barrera de sus miedos pidiendo ayuda al relacionarse con las demás personas. Se encontraba en un sitio rodeado de una multitud.
“Y no me gustó que todas esas personas estuvieran cerca de mí y todo aquel ruido, porque era demasiada información en mi cabeza y hacía que me fuese difícil pensar, como si hubiese gritos en mi cabeza. Así que me tapé los oídos y gemí suavemente.
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Finalmente por medio de la deducción logró llegar a la estación de trenes e imaginó un plano de la misma. Evidentemente no se encontraba en un buen estado, ya que encontrarse en un lugar desconocido, lleno de gente que entraba y salía lo mareaba y aturdía. Aquí es donde da otro paso más importante, cuando debe cruzar el túnel y controlar sus miedos y emociones.
“Así que tapé las orejas con las manos para bloquear el ruido y pensar. Y pensé que tenia que quedarme en la estación para subirme a un tren y que tenia que sentarme en algún sitio y no había ningún sitio en que sentarse cerca de la puerta de la estación así que tenia que pasar por el túnel. Así que me dije a mi mismo, en mi cabeza, no en voz alta: <Voy a pasar por el túnel y a lo mejor hay un sitio para sentarme y podre cerrar los ojos y podre pensar>, y pasé por el túnel tratando de concentrarme en el letrero al final del túnel que decía ATENCION circuito cerrado de televisión en funcionamiento. Y fue como cruzar el precipicio caminando sobre una cuerda floja”
(p. 180)
Constantemente Christopher a partir de ahora tiene que ir superándose a si mismo, justamente para poder llegar a Londres a la casa de su madre. En los momentos en los que el niño se encuentra con una sobrecarga de información en su cabeza, intenta dispersarse pensando en problemas matemáticos o de lógica, ya que eso lo tranquilizan mucho; también eleva números al cubo y cuenta respiraciones para conseguir serenarse. Permanece dos horas y medias sentado en una cafetería en un absoluto trance. Al levantar la mirada, observa a un policía con el cuál entabla una charla y lo ayuda a viajar.
“Y entonces volvimos a pasar a través del túnel, pero no me dio tanto miedo porque iba un policía conmigo”
(p. 187)
Por lo tanto, el policía lo deja en la boletería, luego de ayudar al niño a retirar dinero del cajero automático y se retira. Allí es cuando Christopher vuelve a tener miedo pero decide pensar en otras cosas. Controla sus miedos.
“Y no había tenido miedo cuando estaba con el policía pero mi la la vuelta y vi que ya se había ido y me asuste otra vez, así que traté de imaginar que estaba jugando a un juego en mi ordenador…”
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En conclusión, pudo sacar su boleto, que si bien su color era algo amarillento, tuvo que guardarlo porque era el billete para su tren. Nuevamente vuelve a hablar con un desconocido preguntándole cuando era el tren a Londres, quien le explicó brevemente hacia donde debía dirigirse. Debió volver a tomar el paso subterráneo, y en el medio de su trayecto una persona chocó con el, quién soltó un ruido como de perro al ladrar para asustarle. Finalmente, ingresó al tren.
A Christopher le gustaban los horarios, ya que a él le encantaba saber cuando iban a pasar las cosas, ya que mantenía la postura de que todas las cosas deben tener un orden preciso, y el hecho de alterar ese orden, le causaba temor.
“Esta permitido mover las sillas y la mesa de la cocina porque eso es distinto, pero me hace sentir mareado y enfermo que alguien mueva el sofá y las sillas en la sala de estar o en el comedor. Madre solía hacerlo cuando pasaba el aspirador, así que yo tenia un plano especial de donde se suponía que tenia que estar todos los muebles y tomaba medidas y luego volvía a poner todo en el sitio correcto y entonces me sentía mejor.”
(p. 67)
Una vez dentro del tren, un policía lo encuentra y le advierte que su padre lo estaba buscando, que debía retornar a su hogar, pero el niño se negro. Así es que permanecieron en el vagón, y el policía tomó un diario el cual se puso a leer. Al instante Christopher tuvo ganas de orinar y al no saber que había LAVABOS en los trenes, se orino una pequeña cantidad encima, hasta que, finalmente, el policía le advirtió que en los trenes había baños donde la gente podía dirigirse. Le indicó el camino y el niño fue solo.
Posteriormente, Christopher se baja del tren y confiesa que ya no le agradaban tanto los policías. Un joven intenta acercarse para preguntarse como se encontraba ya que su cara manifestaba que se encontraba perdido, pero inmediatamente Christopher sacas su navaja, ya que no comprendió lo que el hombre intentaba decirle.
Había llegado a Londres. Pregunto a una señora negra de uñas largas pintadas de rosas como podía hacer para llegar hacia la dirección de su madre. Esta aconsejo que se tomara el metro.
“Y pensé Puedo hacerlo porque estaba haciéndolo pero que muy bien y estaba en Londres y encontraría a mi madre. Tenia que pensar las personas son como vacas en el campo y solo tenía que mirar delante todo el rato e imaginar una línea roja en el suelo y seguirla”
(p. 211)
Resulta que debía tomar el metro hacia Willesden Junction, así es que sacó el boleto y tuvo que atravesar unas escaleras mecánicas, las cuales atravesó pacíficamente y sin realizar disturbios. Momentáneamente oyó un ruido que se iba acrecentando cada vez que pasaban los segundos, hasta convertirse en algo insoportablemente fastidioso. Era el sonido del metro que se acercaba a la estación.
“…así que tuve que bajar por las escaleras mecánicas y para no caerme tuve que agarrarme a la barandilla de goma que también se movía, y la gente estaba de pie cerca de mí y quise pegarles para que se fuera, pero no les pegue porque tenía una amonestación.”
(p. 214)
Tal es así que Christopher pudo llegar a casa de Madre, atravesando diferentes obstáculos, y superando sus miedos que no eran si no, un impedimento para la relación con el entorno. Una vez en la puerta de la casa de su madre, aguardó hasta que llegara. Madre al ver al niño, lo abrazó, olvidando que Christopher odia que lo toquen. Tal es así que el niño reacciono agresivamente contra su madre, quien se cayó. Pero el señor Shears no tuvo la misma reacción alegre al ver Christopher.
“Y Madre me rodeo con sus brazos y dijo:
-Christopher, Christopher, Christopher.
Y yo la aparté de un empujon porque me estaba agarrando y no me gusta que hagan eso, y la empujé muy fuerte y se cayó.
Y el señor Shears dijo:
-¿Qué coño pasa aquí?
Y madre dijo:
-Lo siento, Christopher. Se me había olvidado.
Y yo estaba en el suelo y Madre me levanto la mano derecha y abrió los dedos en abanico para que yo pudiese tocarle los dedos, pero entones vi que Toby se me había escapado del bolsillo asi que tenia que atraparlo. Y el señor Shears dijo:
-Supongo que esto significa que ET está aquí.
Y asi es como Christopher luego le relata a su madre las aventuras que había atravesado hasta llegar a Londres, más precisamente a su casa. Se acomoda en su acogedora casa como pueden. Super el obstáculo con el color amarillo, ya que usa unos pantalones cortos de madre de dicho color.
“Pero no tenia ningún pijama, asi que me puse una camiseta blanca y un par de shorts amarillos que eran de Madre, pero no me importo, porque estaba muy cansado. Y mientras hacía eso, Madre fue a la cocina y me calentó un poco de sopa de tomate, porque era roja.”
(p. 234)
Finalmente, el señor Shears dio su consentimiento que Christopher podía quedarse unos días. Pero este, no comprende la enfermedad de Christopher y tiene peleas con Madre. Madre había llamado a la directora para informarle que Christopher no se presentaría a su examen de bachillerato en matemáticas, lo que provocó una gran frustración en el niño, ya que él habia prometido sacarse un sobresaliente en dicho examen. Al cabo de varias peleas entre Madre y el señor Shears, ella decide mudarse con Christopher hacia la casa de Padre. Al regresar, el niño ilusionado cree que podría realizar su examen para el bachillerato pese a que el mismo se llevaría a cabo el dia siguiente, asi es que le insiste a su madre para que llame nuevamente a la directora para informarle que ya se encontraba en la ciudad y que podría hacerlo. Definitivamente le informan al niño que podría hacer su examen, pero se encontraba muy cansado y su mente no funcionaria bien. De todas maneras, decide llevar a cabo el examen.
“-¿Estás seguro de que eso es lo que quieres hacer, Christopher?
Y yo pensé en la pregunta y no estuve seguido de cuál era la respuesta, porque quería hacer el examen de matemáticas pero estaba muy cansado y cuando trataba de pensar en matematias mi cerebro no funcionaba correctamente, y cuando trataba de recordar ciertos datos, como la formula logarítmica para el número aproximado de números primos no mayores que (x), no conseguía acordarme, y eso me daba miedo.
Y Siobhan dijo:
-No tienes que hacerlo, Christopher. Si dices que no quieres hacerlo, nadie va a enfadarse contigo. Y no sera una equivocacion o algo ilegal o estupido. Tan solo sera lo que tu quieres y eso estara bien.
Y yo dije:
-Quiero hacerlo.- Porque no me gusta cuando pongo cosas en mi horario y luego tengo que quitarlas, porque cuando hago eso me mareo.”
(p. 255)
Asi es que Christopher al observar el examen 1 del bachillerato e intentar resolverlo, se da cuenta que no podia contestar a ninguna de las preguntas. Su cerebro no estaba funcionando correctamente, se encontraba cansado y asi no podia pensar. Continuó haciendo respiraciones como le habia enseñado Siobhan cuando queria pegarle a alguno de sus compañeros, e hizo cubos de los numeros cardinales. Finalmente logro tranquilizarse y de a poco ir completando su examen. Al dia siguiente realizo el examen 2.
A pesar que ya había pasado bastante tiempo desde la confesion de Padre de que habia matado a Wellington, Christopher seguia sin hablarle ya temía de que le hiciera daño a el.
“...no se me permitia estar solo y Madre dijo que no tenía elección, asi que colocaba la cama contra la puerta por si Padre trataba de entrar. Y a veces trataba de hablarme a través de la puerto, pero yo no le contestaba. Y otras veces lo oía sentarse en el suelo del otro lado de la puerta, en silencio, durante mucho rato”
(p. 260)
Esto me lleva a la conclusión de que por más que Christopher tuviera el sindrome de asperger, que lo reprimia de las conexiones sociales, da un vuelvo en un momento determinado de la novela ya que tiene un mente un proyecto y le gustaba que sea dificil. Y que más dificl para el que relacionarse con personas desconocidas con las cuales nunca en su vida había cruzado siquiera dos palabras. De esta manera manifiesta questiones que le son dificil de responder por sus propios medios, preguntandole a la gente sobre temas especificos, como por ejemplo donde era la estacion de tren, o como iba hasta la casa de madre. Tambien logra un avanze al presentarse a su examen de bachillerato de matematicas, confiando en si mismo en que podria sacarse un sobresaliente y gracias a su valentia y coraje logra tranquilizarse y llevar a cabo con éxito el cuestionario.
“Y fui a una librería con Madre y compré un libro llamado <Curso de especialización en Matemáticas> y Padre le dijo a la señora Gascoyne que iba a sacarme el curso de especialización en Matemáticas el año que viene y ella dijo <De acuerdo>.
Y voy a sacar un sobresaliente. Y dentro de dos años voy a sacarme el titulo de bachiller en Fisica tambien con sobresaliente.
Y entonces, cuando haya hecho eso, voy a la universidad en la otra ciudad. Y no tiene que ser en Londres, porque a mi no me gusta Londres, y hay universidades en montones de sitios y no todoas estan en ciudades grandes. Puedo vivir en un piso con un jardin y un cuarto de baño adecuado. Y puedo llevarme a Sandy y mis libros y mi ordenador.
Y entonces me licenciaré con Matricula de Honor y me convertiré en un científico.
Y se que puedo hacer eso porque fui a Londres yo solo, y porque resolvi el misterio de ¿Quién Mató a Wellington? Y encontre a mi madre y fui valiente y escribi un libro y eso significa que puedo hacer cualquiero cosa”
Bibliografía:
http://www.guiainfantil.com/salud/Asperger/index.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Asperger
Trabajo Practico de Lengua y Literatura.
Ensayo de “El curioso incidente del perro a la media noche”
Alumna: Camila Granata
Curso: 4 RH