Belen Rodriguez Fri May 21, 2010 6:54 amLos ojos del perro siberiano
Ezequiel el hijo primogénito, buen alumno, alegre e inteligente quien a los 18 años se contagio SIDA, se fue de su casa ubicada en San Isidro que compartía con su mamá, su papá y su hermano menor, un niño sensible y buen alumno.
Su padre, un hombre corpulento, con una mirada terrible y malhumorado estaba decepcionado y enojado por la horrible noticia de a enfermedad de Ezequiel, él repetía todo el tiempo: “¿Por qué a mi? ¿Por qué eh?” pág.26. Su madre, con una profunda tristeza en cambio se abocaba a su gran pasión: La jardinería.
Ezequiel nunca tuvo relación con su hermano, ya que cuando se había ido de su casa el niño era muy chico.
Cuando el pequeño comenzó a crecer quiso saber las razones por la cual su hermano se había ido de su casa; para eso necesito la ayuda de una persona incondicional, Mariano, su mejor amigo. Entonces, descubrió que su hermano tenía HIV. Cuando le contó a Mariano sobre lo que se había enterado, éste dijo “Es tarde” pág. 80 y nunca más volvió a hablar con él.
Luego de muchos encuentros, Ezequiel logro crear un vínculo muy cercano con su hermano quien lo habría de acompañar hasta lo que serían sus últimos días de vida, ya que para él “Ninguna enfermedad te enseña a morir, te enseña a vivir” pág.129.
Al morir su hermano, él termino la secundaria y se fue a los Estados Unidos a estudiar.
Pasaron años, hasta que el pequeño convertido en hombre, volvió y entendió que su hermano quien decía que “El sida es como la tormenta, nadie quiere sacar la cabeza para ver que hay afuera”. Pág. 108, era su ejemplo de vida y que le había dejado una enseñanza: “La vida es asomar la cabeza, para ver que hay afuera, aunque haya tormenta…”
Veronika decide morir
Veronika, una chica oriunda de Eslovenia, vivía en un cuarto en un convento en Ljubljana. Era una mujer sensible, bonita, inteligente, fuerte, con una mirada profunda con ojos verdes y su cabello largo; ella lo tenía todo.
Un día decidió suicidarse sin razón aparente. Tomó unos somníferos despidiéndose de su vida y al día siguiente se despertó en una cama, atada. Había despertado varias semanas después de un coma a causa de la intoxicación que le había producido la ingesta de las pastillas. El doctor que la atendía, llamado Igor, un hombre poderoso e influyente, romántico y temido por todos, era el director de un manicomio de Ljubljana llamado Villete donde ésta se encontraba. El doctor le informo que estaba padeciendo una afección cardiaca producto del coma, en unos días moriría y tendría que permanecer en el manicomio hasta sus últimos días de vida, ya que sus padres lo habían decidido así.
Igor quien decía: “El mundo no reconocerá ahora mi esfuerzo” pág. 110, quiso entender porque Veronika había decidido morir. Así, empezó a armar una tesis. Luego de días, hablando con Veronika e investigando, él comprendió que todas las personas tenían el Vitriolo, comúnmente llamado “ La Amargura” y que Veronika había decidido morir porque ella no tenia problemas con su vida , ya que la misma era perfecta.
En Villete, Veronika conoció a Mari, una anciana de 65 años de cabellos blancos que padecía el Síndrome del Pánico y decía que “ El ser humano, sustituye gran parte de sus emociones por miedo” pág. 128, eso le sucedía a ella. También conoció a Zedka Mendel una muchacha de 35 años muy solitaria, que sostenía que “ La locura es la incapacidad de comunicar tus ideas” pág. 81; ella tenía una fuerte depresión crónica.
A medida, que pasaron los días y al verse enterado de su temprana muerte, Veronika comenzó a sentir que no podía morirse, comenzó a sentir que valía la pena la vida. Este sentimiento se lo produjo un interno de Villete del cual Veronika se había enamorado, Eduard; un esquizofrénico de 28 años, sensible, educado, solitario, que le pedía a Veronika que tocara el piano todas las noches (ella estudió muchos años piano, y cuando era chica su vocación era ser pianista), “Quizás sea demasiado pronto o demasiado tarde y sin embargo, de la misma forma que tu has hecho conmigo, yo quiero decirte que te amo” pág.220. Eduard se había enamorado de Veronika.
En el ultimo día de vida que le quedaba a Veronika ella le dijo a Eduard “No hay tal vez, porque no hay elección” pág.65, esas fueron las últimas palabras de la joven muchacha, cuando ella y Eduard se escaparon de Villete.
Ambos luego de haberse emborrachado, emprendieron camino al castillo de Ljubljana.
Eduard y Veronika se despidieron ya que ella en minutos moriría. Veronika cerró los ojos y él lleno de tristeza los cerró junto con ella. A la mañana siguiente, Eduard despierta y junto con él Veronika…
El doctor Igor, le había inyectado una droga para que Veronika tuviese sus ataques (ella los relacionaba con su afección cardiaca) y el así comprobaría su teoría para su tesis:“Ser consiente de la inevitabilidad de morir, incrementó las ansias de vivir de Veronika”
Para la hermosa joven , todos los días de su vida serían un milagro... ya que siempre tendría un día más de vida.
Placido Marin.
2º COM.
Ezequiel el hijo primogénito, buen alumno, alegre e inteligente quien a los 18 años se contagio SIDA, se fue de su casa ubicada en San Isidro que compartía con su mamá, su papá y su hermano menor, un niño sensible y buen alumno.
Su padre, un hombre corpulento, con una mirada terrible y malhumorado estaba decepcionado y enojado por la horrible noticia de a enfermedad de Ezequiel, él repetía todo el tiempo: “¿Por qué a mi? ¿Por qué eh?” pág.26. Su madre, con una profunda tristeza en cambio se abocaba a su gran pasión: La jardinería.
Ezequiel nunca tuvo relación con su hermano, ya que cuando se había ido de su casa el niño era muy chico.
Cuando el pequeño comenzó a crecer quiso saber las razones por la cual su hermano se había ido de su casa; para eso necesito la ayuda de una persona incondicional, Mariano, su mejor amigo. Entonces, descubrió que su hermano tenía HIV. Cuando le contó a Mariano sobre lo que se había enterado, éste dijo “Es tarde” pág. 80 y nunca más volvió a hablar con él.
Luego de muchos encuentros, Ezequiel logro crear un vínculo muy cercano con su hermano quien lo habría de acompañar hasta lo que serían sus últimos días de vida, ya que para él “Ninguna enfermedad te enseña a morir, te enseña a vivir” pág.129.
Al morir su hermano, él termino la secundaria y se fue a los Estados Unidos a estudiar.
Pasaron años, hasta que el pequeño convertido en hombre, volvió y entendió que su hermano quien decía que “El sida es como la tormenta, nadie quiere sacar la cabeza para ver que hay afuera”. Pág. 108, era su ejemplo de vida y que le había dejado una enseñanza: “La vida es asomar la cabeza, para ver que hay afuera, aunque haya tormenta…”
Veronika decide morir
Veronika, una chica oriunda de Eslovenia, vivía en un cuarto en un convento en Ljubljana. Era una mujer sensible, bonita, inteligente, fuerte, con una mirada profunda con ojos verdes y su cabello largo; ella lo tenía todo.
Un día decidió suicidarse sin razón aparente. Tomó unos somníferos despidiéndose de su vida y al día siguiente se despertó en una cama, atada. Había despertado varias semanas después de un coma a causa de la intoxicación que le había producido la ingesta de las pastillas. El doctor que la atendía, llamado Igor, un hombre poderoso e influyente, romántico y temido por todos, era el director de un manicomio de Ljubljana llamado Villete donde ésta se encontraba. El doctor le informo que estaba padeciendo una afección cardiaca producto del coma, en unos días moriría y tendría que permanecer en el manicomio hasta sus últimos días de vida, ya que sus padres lo habían decidido así.
Igor quien decía: “El mundo no reconocerá ahora mi esfuerzo” pág. 110, quiso entender porque Veronika había decidido morir. Así, empezó a armar una tesis. Luego de días, hablando con Veronika e investigando, él comprendió que todas las personas tenían el Vitriolo, comúnmente llamado “ La Amargura” y que Veronika había decidido morir porque ella no tenia problemas con su vida , ya que la misma era perfecta.
En Villete, Veronika conoció a Mari, una anciana de 65 años de cabellos blancos que padecía el Síndrome del Pánico y decía que “ El ser humano, sustituye gran parte de sus emociones por miedo” pág. 128, eso le sucedía a ella. También conoció a Zedka Mendel una muchacha de 35 años muy solitaria, que sostenía que “ La locura es la incapacidad de comunicar tus ideas” pág. 81; ella tenía una fuerte depresión crónica.
A medida, que pasaron los días y al verse enterado de su temprana muerte, Veronika comenzó a sentir que no podía morirse, comenzó a sentir que valía la pena la vida. Este sentimiento se lo produjo un interno de Villete del cual Veronika se había enamorado, Eduard; un esquizofrénico de 28 años, sensible, educado, solitario, que le pedía a Veronika que tocara el piano todas las noches (ella estudió muchos años piano, y cuando era chica su vocación era ser pianista), “Quizás sea demasiado pronto o demasiado tarde y sin embargo, de la misma forma que tu has hecho conmigo, yo quiero decirte que te amo” pág.220. Eduard se había enamorado de Veronika.
En el ultimo día de vida que le quedaba a Veronika ella le dijo a Eduard “No hay tal vez, porque no hay elección” pág.65, esas fueron las últimas palabras de la joven muchacha, cuando ella y Eduard se escaparon de Villete.
Ambos luego de haberse emborrachado, emprendieron camino al castillo de Ljubljana.
Eduard y Veronika se despidieron ya que ella en minutos moriría. Veronika cerró los ojos y él lleno de tristeza los cerró junto con ella. A la mañana siguiente, Eduard despierta y junto con él Veronika…
El doctor Igor, le había inyectado una droga para que Veronika tuviese sus ataques (ella los relacionaba con su afección cardiaca) y el así comprobaría su teoría para su tesis:“Ser consiente de la inevitabilidad de morir, incrementó las ansias de vivir de Veronika”
Para la hermosa joven , todos los días de su vida serían un milagro... ya que siempre tendría un día más de vida.
Placido Marin.
2º COM.
