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    El amor en los tiempos del cólera. Ariadna Nocella 2º Mercantil.

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    Ariadna Nocella


    Posts : 2
    Join date : 18/05/2010

    El amor en los tiempos del cólera.         Ariadna Nocella 2º Mercantil. Empty El amor en los tiempos del cólera. Ariadna Nocella 2º Mercantil.

    Post  Ariadna Nocella Sun Aug 08, 2010 11:23 am

    Profesora yo le había comentado que el libro lo saqué de Internet; entonces quedamos en que le pasaba el LInk de la página de donde lo había leído. Bueno no la encontré, pero,si una similar.
    http://www.librosgratisweb.com/html/garcia-marquez-gabriel/el-amor-en-los-tiempos-del-colera/index.htm



    EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA
    :


    En esta novela “El amor en los tiempos del cólera”, uno de los temas relevantes es la historia de amor de los personajes en el transcurso del tiempo, teniendo sus ventajas y sus desventajas como por ejemplo en aquellos tiempos era muy importante la condición social del pretendiente para que los padres eligieran al futuro esposo de sus hijas. Como le ocurrió a Florentino Ariza, quien era alguien humilde, que vivía con su madre “En la época de la ruptura él tenía veintidós años y vivía solo con su madre, Tránsito Ariza, en una media casa alquilada de la Calle de las Ventanas…” Pág. 33; además en su adolescencia fue el chico mas solicitado, sabía bailar muy bien y sabía recitar poesías de memoria, hasta que comenzó a trabajar como telegrafista, que fue allí en donde conoció a Fermina Daza su eterna amada “Cuando conoció a Fermina Daza, a los dieciocho años, era el joven más solicitado de su medio social, el que mejor bailaba la música de moda y recitaba de memoria la poesía sentimental, y estaba siempre a disposición de sus amigos para llevar a sus novias serenatas de violín solo.” Pág. 34; en un día como cualquier otro, fue a entregar un telegrama a el señor Lorenzo Daza (Padre de Fermina), y fue ahí en donde intercambiaron miradas comprometedoras por primera vez con la hija de este. “pero la niña levantó la vista para ver quién pasaba por la ventana, y esa mirada casual fue el origen de un cataclismo de amor que medio siglo después aún no había terminado.” Pág. 35. A partir de entonces Florentino comenzó a averiguar cosas sobre la vida de la familia, descubriendo que ella no era como su padre, es decir, a pesar de su situación económica no le importaba tanto la condición social de aquella persona que la acompañara en su vida como esposo (este contraste de su situación con su pensamiento se denomina antítesis) “De todos modos era un colegio caro, y el hecho de que Fermina Daza estudiara allí era por sí solo un indicio de la situación económica de la familia, aunque no lo fuera de su condición social.” Pág. 35, a seguir día a día los pasos de la niña y fue así como supo a que colegio iba y sus horarios de entrada y salida; tanto así hasta saber los lugares que pasaba de regreso a su casa, para luego él aparecer, pasando por desapercibido, por el recorrido habitual de Fermina: por ejemplo fingía leer un libro siempre en el Parque de los Evangelios, solamente para verla pasar. Pero cierto día Fermina se da cuenta de este acto y comienzan a hablarse con señas, ya que ella siempre iba acompañada por su tía, y mas allá de que ella le había enseñado ese lenguaje, no se le permitía hablar con personas que no fueran conocidas, aunque ellos tuvieron muchas oportunidades de mirarse de manera única con un amor en la mirada de ambos muy fuertes, en donde Fermina sintió que se le desbocaba el corazón una de tantas veces que se veían de lejos “…y esa inquietud le desbocó el corazón.” Pág. 36 (propio de una personificación) y fue allí donde Florentino se había enamorado completamente de ella y decidió escribirle una carta, la cual no se animaba a dársela, hasta que tomó coraje y una tarde, aprovechando la situación, se acercó hacía ella y le pidió el favor de aceptarle esa carta, “Animado por la suposición irreflexiva de que aquella había sido una oportunidad concertada, Florentino Ariza atravesó la calle y se plantó frente a Fermina Daza… “Pág. 37; “Le habló con la cabeza alzada y con una determinación que sólo volvería a tener medio siglo después, y por la misma causa.” Pág. 37…en esta cita existe una elusión, o sea, se esta hablando de la voz, de la valentía que tuvo para hablarle (al amor que le tenía). “Lo único que le pido es que me reciba una carta -le dijo.” Pág. 37.Por consecuencia esta no aceptó la carta y este inmediatamente le dijo “Es un asunto de vida o muerte.”Pág. 37 (es un caso de antítesis, la que se encuentra en esta frase), pero le indicó que valla todas las tardes (como lo solía hacer) y espera a una indicación suya para que se volviera a acercar. “Vuelva todas las tardes -le dijo –y espere a que yo cambie de silla.” Pág. 37, a pesar de todo ella ni siquiera lo miró a la cara “Fermina Daza no levantó la vista hacia él, sino que examinó el contorno con una mirada circular y vio las calles desiertas en el sopor de la sequía…” Pág. 38… en el contexto de esta cita se da un recurso de estilo denominado poliptoton; así espero hasta que ella le indicó que debía acercarse de manera indirecta para después de tanto entregarle, por fin, la carta. La respuesta se hizo esperar bastante, pero, finalmente, llegó a las manos de Florentino; y así fue, ambos se escribían cartas y luego las dejaban en los distintos lugares de la ciudad así nadie sospechaba nada “Pero en los primeros tres meses no pasó un solo día sin que se escribieran, y en cierta época hasta dos veces diarias…” Pág. 42. Aunque ellos no podían verse todo iba relativamente bien, excepto aquel día en que Fermina leía una carta de su pretendiente en la escuela y la descubrieron, así que por este motivo la debieron expulsar de la escuela “El caso era que el sábado anterior, la hermana Franca de la Luz, superiora del Colegio de la Presentación de la Santísima Virgen, había entrado en la clase de Nociones de Cosmogonía con el sigilo de una serpiente, y espiando a las alumnas por encima del hombro descubrió que Fermina Daza fingía tomar notas en el cuaderno cuando en realidad estaba escribiendo una carta de amor. La falta, de acuerdo con los reglamentos del colegio, era motivo de expulsión.” Pág. 47; al enterarse, su padre de lo ocurrido, empezó a averiguar sobre Florentino Ariza, y no solo, no encontró nada bueno de él, sino la decepción de, con quien su hija mantenía el noviazgo.
    A causa de esto Lorenzo Daza, no solo se enojó con su Hermana, la tía cómplice que ayudaba a Fermina, sino que también se enfureció con esta, por la causa tan grave (en aquellos tiempos) de haberle ocultado su relación, y encima con la clase de persona que era Florentino. Así que decidió emprender un viaje por un tiempo con su hija a donde vivía su prima Hildebranda Sánchez “Aquella misma semana se llevó a la hija al viaje del olvido.” Pág. 49; pero aun así estando alejados, ambos seguían estando en contacto debido a un descuido de su padre al informarle a su cuñado Lisímaco Sánchez por telégrafo de su visita. “Entonces lo supo. Antes de emprender el viaje, Lorenzo Daza había cometido el error de anunciarlo por telégrafo a su cuñado Lisímaco Sánchez…” Pág. 51; así estuvieron escribiéndose por carta hasta que su padre creyó de que ya era hora de regresar hacía donde ellos vivían. Al regresar ella había cambiado un montón, ya era más grande y tenía otras responsabilidades dentro de la casa, “Fermina Daza no era ya la hija única, a la vez consentida y tiranizada por el padre, sino la dueña y señora de un imperio de polvo y telarañas que sólo podía ser rescatado por la fuerza de un amor invencible.” Pág. 57; pero sobre todo lo que había cambiado en ella era su pensamiento hacia Florentino, ya que un día haciendo sus compras, por ciertos factores, ya no sentía ese amor, había quedado en el olvido, solo lo recordaba con una frase que la repitió a lo largo de su vida, que se denomina como un recurso de estilo llamado Leiv- Motiv “Pobre Hombre” “Apenas alcanzó a pensar: “¡Dios mío, pobre hombre!” Pág. 60. “Lo único que se permitió fue un suspiro más hondo que de costumbre, el último: “¡Pobre hombre!”Pág. 114; “Florentino Ariza sonrió, trató de decir algo, trató de seguirla, pero ella lo borró de su vida con un gesto de la mano.” Pág. 60; “Esa tarde, mientras su padre dormía la siesta, le mandó con Gala Placidia una carta de dos líneas: Hoy, al verlo, me di cuenta que lo nuestro no es más que una ilusión.” Pág. 60
    Pronto ella tuvo síntomas del cólera, que por aquellos tiempos era muy común que una persona padeciera de esta enfermedad. Entonces fue allí cuando conoció a Juvenal Urbino, un médico joven de una familia adinerada, que, al ver a Fermina sintió cierta atracción por ella. Así que un día decidió regresar a la casa para hacerle un chequeo médico, aunque no fuera necesario “Sin embargo, el martes de la semana siguiente, sin ser llamado y sin anuncio alguno, el doctor Juvenal Urbino volvió a la casa a la hora inoportuna de las tres de la tarde.” Pág. 67, y este trató de sociabilizarse con ella, pero no tuvo éxito, hasta entonces, pero con el padre si, que intentaba hacer que su hija estuviera con Juvenal. “Fermina Daza se dio cuenta muy pronto de que su padre estaba tratando de ablandarle el corazón.” Pág. 70. Luego de algunos encuentros casuales Fermina se empezó a sentir atraída por Juvenal, y comenzó pensar en una vida con él, así que una mañana le respondió una de sus cartas, diciéndole que hablara con su padre, por el tema del matrimonio “Era una carta de las suyas, sin una letra de más ni de menos, en la cual sólo decía que sí, doctor, que hablara con su padre.” Pág. 78. Y así fue, Fermina se casa con Juvenal “Cuando Florentino Ariza supo que Fermina Daza iba a casarse con un médico de alcurnia y fortuna, educado en Europa y con una reputación insólita a su edad…” Pág. 78; con quien tuvo dos hijos, Ofelia y Marco. De esta manera tuvo una vida dentro de todo feliz, enamorándose de él de a poco, viviendo aventuras, viajes “La misma mañana en que regresó del viaje inconcluso se enteró de que Fermina
    Daza estaba pasando la luna de miel en Europa, y su corazón aturdido dio por hecho que se quedaría a vivir allá, si no para siempre, sí por muchos años.” Pág. 84, emociones, tristezas y toda clase de sentimientos. Aunque todo no fue tan bueno como parecía, ya que, por ejemplo Juvenal había estado un tiempo con otra mujer Bárbara Lynch “El doctor Juvenal Urbino la había conocido cuatro meses antes, esperando el turno en la consulta externa del Hospital de la Misericordia, y se dio cuenta al instante de que algo irreparable acababa de ocurrir en su destino.” Pág. 133; pero no esto cambió mucho porque pronto resolvieron el problema y este siguió conviviendo con su esposa hasta el día de su muerte. Pero mientras tanto Florentino Ariza ahogado en sus llantos de dolor de haber perdido a su amada, todo le recordaba a ella “Todo olía a ella.” Pág. 84, aunque se dejó bien en claro de no dejar atrás sus esperazas de algún día volver a conseguir su amor. Así que en el transcurso de su vida trató de volverse alguien conocido, adinerado, para cumplir con su deseo pero no lo logró, hasta la vejez de ambos, que fue cuando le dieron una oportunidad al amor; ya que Fermina Daza no cambió de parecer al estar con su marido. Aunque Florentino no dejó pasar oportunidad alguna para estar con alguna mujer, ya que se comentaba que era alguien de costumbres distintas a lo que se llamaba normal en la ciudad. “Fue entonces cuando se inició en los amores solitarios” Pág. 87
    Así fueron pasando los años, Florentino la mayoría de las veces de amores con viudas, “El propio Florentino Ariza estaba convencido al cabo de seis meses de amores
    desaforados con la viuda de Nazaret, de que había logrado sobrevivir al tormento de
    Fermina Daza.”Pág. 86 “La relación con Sara Noriega fue una de las más largas y estables de Florentino Ariza, aunque no fue la única que él mantuvo en aquellos cinco años.” Pág. 112, aunque nunca estuvo mas enamorado de alguien, como lo estuvo con Fermina, a la cual le había prometido que la esperaría por siempre; y esta última casada con Juvenal Urbino con quien llevaba una vida confortable hasta el día de la muerte de su esposo, que esta resultó ser inesperada “Pero lo soltó de inmediato, porque la escalera resbaló bajo sus pies y él se quedó un instante suspendido en el aire, y entonces alcanzó a darse cuenta de que se había muerto sin comunión, sin tiempo para arrepentirse de nada ni despedirse de nadie, a las cuatro y siete minutos de la tarde del domingo de Pentecostés.” Pág. 27, “…a las cuatro y siete minutos de la tarde del domingo de Pentecostés.” Pág. 27 además de ser un recurso de estilo “Hipérbaton” es también Leiv Motiv, ya que se repite muchas veces. Y muy conmemorable, ya que resultó ser alguien muy importante y querido con el transcurso del tiempo. Y fue en ese momento en donde Florentino volvió a aparecerse en la vida de Fermina “Fermina -le dijo-: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre.” Pág. 33, (esta frase también la repite uno de los protagonistas a lo largo de su vida, que se denomina Leiv-Motiv), pero con mas expectativas de cómo lo hacía antes, ya que comenzó a escribirle cartas y la viuda a la vez se las contestaba, hasta aparecerse, de sorpresa, por la casa de esta, que se fueron convirtiendo en visitas crónicas, que de esta maneras logró que haya mas confianza entre ambos, tanta como para invitarla a pasear un buque fluvial, que por cierto él quedó como encargado de la empresa al morirse su tío, y él ir con ella en un viaje en donde dejaron todo atrás y vivieron el presente como dos personas intentando acercarse con cierta timidez y miedo. Hasta que ambos empezaron a sentir ese amor tan propio; y ellos estaban felices con el simple hecho de poder estar juntos. “Les bastaba con la dicha simple de estar juntos.” Pág. 186.
    Pronto llegó el día en que ellos tuvieran que regresar a su hogar, pero lo hicieron de una manera especial: izaron la bandera amarilla, que correspondía al cólera, e hicieron que todos los pasajeros se bajen, y que queden solamente Florentino, Fermina, el capitán y una señora muy especial para él. Todo iba demasiado bien hasta que un bote de la Sanidad del Puerto les hizo detener el barco para inspeccionar a los supuestos enfermos, “Empezaban a desayunar en silencio, cuando un bote de gasolina de la Sanidad del Puerto ordenó detener el barco.” Pág. 189; pero ellos enseguida tomaron la decisión de seguir adelante “Sigamos derecho, derecho, derecho, otra vez hasta La Dorada.”Pág. 190; y cambiar el rumbo del viaje. Y así fue como siguió la vida de los cuatro escapando, pero a la vez con mucho amor para dar.

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